LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 17 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un hombre acusado de presuntamente agredir sexualmente y maltratar de forma habitual a su hija en el domicilio familiar en Santa María de Guía, al norte de Gran Canaria, negó este miércoles los hechos y alegó que ella "estaba obsesionada" con él "desde los quince años". "Mi padre era sólo para mí y no para nadie más", afirmó, por su parte, la víctima.
"Ella es la que quería mantener relaciones sexuales conmigo y yo le decía que no, por lo que ella se autolesionaba y día y noche me formaba escándalos en la vía pública, lloraba y gritaba si yo no accedía a sus pretensiones", aseveró M.M. durante el juicio celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas, donde la Fiscalía solicitó para él 17 años de cárcel y el letrado de la defensa la libre absolución para su cliente.
El acusado argumentó que en sus primeros doce años de vida la niña convivió con sus abuelos maternos mientras sus padres estaban en la cárcel por un delito de tráfico de drogas. Así, a los 15 años se fue a vivir con ellos, por lo que cree que "ella no tiene constancia de la figura paterna". "Ella me ve a mí como un extraño en vez de como un padre", aseveró y negó haber mantenido relaciones sexuales con la menor.
"De la noche a la mañana la niña empezó a cambiar, me olía para ver si había estado con otras mujeres y no quería que yo estuviera con mi mujer", agregó el procesado, mayor de edad y con antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia, en cuanto que condenado por sentencia de 16 de enero de 2009, por el Juzgado de Instrucción número 3 de Santa María de Guía por delito de maltrato familiar a la pena de 6 meses de prisión y prohibición de aproximación y comunicación con la menor durante dos años.
"NO LA HE TOCADO"
M.M. comentó que su hija se acostaba "a veces" con él y su mujer en la cama del dormitorio principal para ver la televisión y "la niña se ponía a llorar y se tiraba al suelo porque quería quedarse en la cama" con él.
"En ningún momento mantuve relaciones sexuales con ella ni aprovechaba que la madre no estuviera en casa", insistió el acusado, que dijo que era la niña la que "quería ir" con él a su cueva en Becerril donde no tenía agua ni luz y él le respondía que "no".
"Yo no he mantenido nunca relaciones sexuales con mi hija en ningún lado ni porque ella me lo pidiera. Cómo voy a tener yo relaciones sexuales con una hija. Yo no la he tocado para nada. Ella sabrá por qué tiene tantos datos", apostilló, así como admitió que "una vez le pegó un cachetón porque ella le pegó a la madre". En todo caso, rechazó que la agrediera el 31 de octubre de 2008 en el parque de La Atalaya en Santa María de Guía.
Además, aseguró no recordar haberle escrito cartas a su hija de índole erótico y donde le expresa sus sentimientos mientras ésta estaba en un centro de acogida inmediata (CAI), donde le ingresó su madre el 11 de marzo de 2009.
Para M.M. la denuncia contra él que interpuso su hija el 17 de abril 2009 y por la que fue detenido es "una venganza y represalia por haberla metido" en el CAI en contra de su voluntad. "Todo esto es una estrategia de la niña para impedirme estar con mi mujer", añadió el acusado, que dijo que su hija "se insinuaba muchas veces".
"SUFRÍ MUCHO MALTRATO"
Por su parte, en su declaración, la víctima --que ahora tiene 17 años de edad-- admitió que las relaciones sexuales con su padre eran "consentidas". Reconoció que ella en ningún momento le rechazó a él, pero que le infundía "respeto" y la "convencía".
"Mi padre era sólo para mí y no para nadie más", admitió, al tiempo que comentó que "los celos eran mutuos", tanto de ella hacia su madre como por parte de ésta hacia la niña.
Durante el testimonio de la joven, tuvieron que echar a su madre de la sala ya que comenzó a decir improperios al escuchar a su hija, que se puso nerviosa. "Viviendo con mis padres sufrí mucho maltrato tanto físico como psicológico", agregó la menor, que dijo que no sabía por qué se fugaba del centro para ir a ver a su padre.
"CONFÍO PLENAMENTE EN ÉL"
La madre de la niña --que declaró antes que ella-- destacó que cuando la menor tenía 15 años "se enamoró de su padre". "Era una pasada esa niña, le controlaba, le acosaba, se ponía ropa provocativa, no dejaba que él se acercara a mí ni que me besara, le preguntaba a él si estaba con otras mujeres", subrayó la mujer, que hizo hincapié en que "era una obsesión lo que tenía con su padre".
"Siempre ha sido una niña muy rebelde", agregó la madre, "llegó un momento en que no quería" que ella se acercara a su padre "para nada". "Una vez durmieron solos y no mantuvieron relaciones sexuales. Yo sé que él no ha hecho eso. Confío plenamente en él. Nunca les vi mantener relaciones sexuales y no me lo creo", sentenció.
"DEPENDENCIA PATOLÓGICA"
Los médicos forenses manifestaron que éste es el "típico caso de maltrato" y remarcaron que la niña "sufría una lucha interna en la que minimizaba los hechos". "Asumía los malos tratos y las agresiones porque era la única forma de tener cariño de sus padres, ella se ponía en el lugar de la madre, la reemplazaba", alegaron.
Igualmente, expusieron que la niña "tenía una dependencia patológica del padre", que, a su juicio, "es lo que defiende y justifica los hechos".
La directora del CAI de la capital grancanaria donde se encontraba la niña señaló que cuando ella salía los fines de semana "regresaba llorando" y un día le contó a su educadora que "había estado haciendo cosas y que se había dado cuenta de que no estaban bien". Luego le contó más detalles sobre las relaciones sexuales con su padre a tres amigas del centro y éstas se lo contaron a la educadora.
"NO SABE QUÉ SIENTE EN REALIDAD"
Así, la educadora comentó que al llegar al centro la niña "se estaba dando cuenta de que había hecho cosas malas con su padre y se sentía culpable, ya que ella en un principio creía normal lo que había hecho".
"Ella quería y quiere al padre, pero no sabe qué es lo que siente en realidad y dice que no puede estar con él, aunque sentía necesidad de verle". La técnico añadió que no sabe si "eso es una especie de enamoramiento o encaprichamiento".
En su escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía pidió quince años de prisión y pérdida de la patria potestad al hombre por el presunto delito de agresión sexual, además de que, por el presunto delito de maltrato habitual, pidió dos años de cárcel y privación del derecho a tenencia y porte de armas por dos años, así como inhabilitación especial para el ejercicio de la patria potestad durante tres años y la prohibición de aproximarse y comunicarse a la niña durante cuatro años.
Además, en concepto de responsabilidad civil, reclama que el acusado --en prisión provisional desde el 27 de julio de 2009-- indemnice a la víctima con 12.000 euros por los daños morales causados, así como por las lesiones producidas.