El Senado da su luz verde en un Pleno extraordinario con sólo seis votos en contra y dos abstenciones
MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
España se ha convertido en el vigésimo tercer país de la UE en completar el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa, tras la luz verde dada hoy por el Senado, que autorizó la ratificación por 232 votos a favor, seis en contra y dos abstenciones, durante la celebración de un Pleno extraordinario.
El proyecto de ley orgánica que autoriza la ratificación del Tratado entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del Estado, precisó hoy el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, quien defendió, en nombre del Gobierno, la necesidad de ratificar el texto.
Al margen de Irlanda, que ha votado 'no' al Tratado, el proceso de ratificación del Tratado en la UE está ya sólo pendiente en Italia, República Checa y Suecia, precisó la Oficina de la Comisión Europea en España, si bien en Polonia --donde el Parlamento ratificó el texto en abril pasado-- su presidente, Lech Kaczynski, aún no ha firmado la ley que permitirá que el Tratado entre en vigor en su país.
Tras el rechazo de Irlanda al Tratado, Kaczynski amenazó con no firmar la ley al considerar que ya no tenía sentido tras el resultado del referéndum irlandés, aunque en esta semana se ha comprometido ante los presidentes francés y español, Nicolas Sarkozy y José Luis Rodríguez Zapatero, respectivamente, a no obstaculizar la ratificación.
ERC, BNG, ICV Y PSM NO APOYAN LA RATIFICACIÓN
Tan sólo los cuatro senadores de ERC (adscritos al Grupo de la Entesa Catalana de Progrès), junto con los del BNG y el Partido Socialista de Mallorca-Entesa Nacionalista votaron en contra, mientras que se abstuvieron los senadores Francisco Javier Tuñón (independiente por Navarra y adscrito al Grupo Mixto) y Jordi Guillot, de Iniciativa per Catalunya-Verds. Se trata del mismo número de votos en contra y abstenciones que se registró en la tramitación en el Congreso.
En defensa de sus votos en contra, el senador del BNG, Xosé Manuel Bouza, advirtió de que el Tratado de Lisboa "conserva lo peor" de la nonata Constitución europea, "avanza en la dirección de una Europa construida sobre bases neoliberales" y se está aprobando sin escuchar la voz de los ciudadanos.
El representante del Partido Socialista de Mallorca, Pere Sampol i Mas, justificó su voto en contra en la escasa, a su juicio, participación de las regiones con capacidad legislativa en la UE y en recientes decisiones comunitarias que "avergüenzan" a los ciudadanos con un "mínimo de sensibilidad", como la directiva de retorno de inmigrantes o la que permite ampliar la jornada laboral a 65 horas semanales.
En su turno de réplica, Moratinos aseguró que el Tratado de Lisboa ofrece un número de "avances e instrumentos muy sustanciales", entre los que citó la aplicación del principio de subsidiariedad, por el que los parlamentos regionales y nacionales podrían llegar a "revocar" decisiones de la Comisión Europea si consideran que ha invadido sus competencias, o la iniciativa popular legislativa, por la que un millón de ciudadanos podrá instar a la Comisión a que presente o retire alguna iniciativa.
El ministro reconoció que hacía "años" que el Senado no habilitaba un pleno extraordinario en el mes de julio, pero subrayó que la "trascendencia" del asunto lo justificaba. Tras admitir que el rechazo de Irlanda al texto ha podido abrir "algunos interrogantes" sobre la reforma, indicó que "existe una voluntad general en los países de llevar adelante la ratificación y reintegrar a Irlanda en el proceso".
Al finalizar el Pleno, Moratinos manifestó su satisfacción por el resultado y destacó que la ratificación del Tratado en España por las dos Cámaras "muestra de nuevo el compromiso europeísta de la sociedad española".
Durante el debate en el Pleno tomaron también la palabra los representantes del PP, PSOE, PSC, CiU, PNV, CC y el Partido Aragonés, junto al independiente por Ibiza Pedro Torres i Torres.
EL PP PREFIERE LISBOA A NIZA
El 'popular' Alejandro Muñoz Alonso sostuvo que, a pesar del 'no' irlandés, la UE "no está bloqueada, sigue funcionando" y aseguró que su partido prefiere el Tratado de Lisboa a volver a Niza.
El socialista José Carracao subrayó que el Parlamento Europeo es la institución comunitaria que sale más "fortalecida" con el Tratado de Lisboa que, en su opinión, es el "mejor tratado posible".
El representante del PSC Joan Sabaté admitió que el Tratado presenta "insuficiencias", pero consideró que supone "un paso adelante", por lo que hizo un llamamiento a ser "posibilistas".
EL RIESGO DE SER DE LOS ÚLTIMOS EN RATIFICAR
El senador de CiU Jordi Vilajoana --de su partido partió la iniciativa de habilitar una sesión extraordinaria en julio para completar la ratificación-- advirtió de que España, con el calendario anterior, "corría el riesgo" de ser de los últimos países en ratificar el Tratado.
Vilajoana subrayó asimismo que su grupo quiere que el Tratado se pueda aplicar para las próximas elecciones europeas de junio de 2009, para que España pueda tener cuatro eurodiputados más.
Iñaki Anasagasti, del PNV, consideró que España debería haber completado el proceso de ratificación "hace un mes" y opinó que el Gobierno ha dado muestras de "galvana" en este asunto, cuando se esforzó por lanzar un "mensaje fuerte de europeísmo" con el referéndum sobre la nonata Constitución europea.
Anasagasti se mostró partidario de seguir el camino que abre el Tratado de Lisboa con Irlanda, República Checa o Polonia (en alusión a los países que más problemas plantean al proceso) o sin ellos.
El representante de Coalición Canaria Alfredo Belda subrayó que el Tratado reconoce las especifidades de las regiones ultraperiféricas, mientras que el representante del Partido Aragonés, José María Mur, abogó por la reforma de la UE para que pueda afrontar los retos del siglo XXI, como la lucha contra el terrorismo, la inmigración o el cambio climático.
El senador independiente por Ibiza, Pedro Torres i Torres, subrayó que el Tratado supone una "mayor democracia" para la UE y una "mayor coherencia" en la política exterior.