Julio César Gálvez asegura que, mientras no se libere a todos los presos, los excarcelados sólo estarán "libres a medias"
MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los presos políticos que han llegado a España en virtud del acuerdo alcanzado por el Gobierno de Raúl Castro y la Iglesia cubana quieren poder comparecer ante el Parlamento Europeo antes de que se decida levantar la Posición Común que regula la política de la Unión Europea hacia la isla desde 1996 para poder explicar la "realidad" en Cuba.
Así se lo indicó a Europa Press Julio César Gálvez, uno de los siete ex prisioneros de la Primavera Negra de 2003 que llegaron ayer a Madrid tras ser liberados por el régimen cubano y que se encuentran alojados en un hostal del barrio de Vallecas a la espera de su traslado a otros puntos de la geografía española.
"Hay una realidad en Cuba que no puede depender de un ministro", en referencia al ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, quien ayer mismo defendió que la decisión de La Habana de liberar a los 52 presos de los 75 detenidos en marzo de 2003 debería ser motivo suficiente para que los Veintisiete acaben con la Posición Común.
"Es una decisión de 27 países", prosiguió. Por ello, añadió, "nos gustaría poder plantearlo en el Parlamento Europeo antes de que se tome una determinación sobre la Posición Común". "No sabemos un plazo" para esa comparecencia, precisó Gálvez. Los ministros de Exteriores deben abordar la cuestión sobre la Posición Común en septiembre, tras dar a Moratinos un plazo de tres meses en junio pasado.
En este mismo sentido, la presidenta de la Federación Española de Asociaciones Cubanas (FECU), Elena Larrinaga, explicó a Europa press que los ex presos han expresado su deseo de aprovechar su estancia en España para denunciar "lo que pasa en Cuba" y que "les gustaría ir a Bruselas para explicar personalmente ante el Parlamento Europeo la realidad de Cuba". No obstante, no pudo precisar una posible fecha para esa comparecencia.
"LIBRES A LA MITAD"
Gálvez --quien pasó "siete años y cuatro meses en una celda de "dos metros y medio", según sus propias palabras-- agradeció tanto las gestiones del cardenal cubano Jaime Ortega como "la participacion del Gobierno español" para conseguir su excarcelación, pero recordó que estos momentos los siete presos se encuentran en un "limbo jurídico".
"Somos libres a medias", aseveró. "Mientras no se libere a todos los presos políticos, y no sólo a los que conformamos el proceso de la Primavera Negra, sino otros presos que llevan en la cárcel 15, 18 y hasta 20 años, no podremos decir que estamos plenamente en libertad", manifestó.
Según Gálvez, aunque los presos excarcelados no gozan "todavía" del estatus de asilo político en España y se encuentran "en calidad de residentes", la "realidad" es que para poder regresar al Cuba deben pedir permiso al Gobierno cubano, lo cual les convierte, en los hechos, en "refugiados politicos". Asimismo, aseguró que ni él ni los otros seis disidentes liberados han firmado "ningún compromiso" para no regresar a Cuba.
Según el ex preso cubano, su felicidad plena llegará el día en el que pueda vivir su libertad en Cuba junto a sus seres queridos y cuando en la isla todos los cubanos puedan vivir sin importar su "opinión política ni religiosa".
Gálvez recordó que los siete disidentes se encuentran en Madrid gracias a la muerte del opositor castrista Orlando Zapata, a los 135 días de huelga de hambre de Guillermo Fariñas, "a la fé y a la lucha inquebrantable de las Damas de Blanco".
Julio César Gálvez ha expresado también su agradecimiento al pueblo español, sin cuyo apoyo "el Gobierno español no hubiera podido hacer absolutamente nada".
Según Gálvez, el Gobierno cubano "no ha aflojado la mano", pero "la represión ha mermado momentáneamente, se está buscando una salida porque el Gobierno cubano tiene serias dificultades econonómicas y sociales y la única manera de que Raúl y Fidel (Castro) sigan en el poder es hallar una vía pacífica a los problemas de Cuba que pase por el diálogo entre los cubanos".