MADRID, 4 May. (EUROPA PRESS) -
La Comisión de Política Territorial del Congreso aprobó, para su remisión al Senado, la proposición de ley pactada por el PSOE y el PNV para cambiar el nombre de las tres provincias vascas para que pasen a denominarse Araba-Álava, Gipuzkoa y Bizkaia. El PP y UPN votaron en contra.
Este acuerdo se ha materializado tan sólo dos días después de la decisión de los nacionalistas vascos de dejar en suspenso su apoyo al Gobierno tras la decisión del Tribunal Supremo de vetar a Bildu en las elecciones del próximo 22 de mayo.
Eso sí, el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ya había precisado este lunes que la suspensión de apoyo sólo afectaría a las nuevas iniciativas que plantee el Ejecutivo y en ningún caso a lo acordado ya en el marco de las negociaciones de los Presupuestos de este año, que incluye este cambio de denominación y el traspaso al País Vasco de diversas competencias.
BARRA EN VEZ DE GUIÓN
Y es que este cambio de denominación oficial, planteado por el PNV en numerosas ocasiones en las Cortes y que hasta ahora había sido negado sistemáticamente por socialistas y 'populares', se incluyó en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado para 2011 y finalmente el PSOE aceptó su tramitación en el Pleno del pasado 15 de febrero, donde ya sólo se opusieron PP y UPyD.
Con esta medida, se busca cambiar la denominación oficial de las tres provincias como acordaron sus respectivas Juntas Generales: Gipuzkoa por Guipúzcoa, Bizkaia por Vizcaya y Araba-Álava por Álava. Salvo en esta última, desaparece la mención al castellano, que era el argumento que el PSOE venía alegando para rechazar la petición del PNV (la última vez, en el Debate del estado de la Nación de julio de 2010).
Socialistas y nacionalistas sólo introdujeron tres enmiendas que se limitan a corregir el guión de Araba-Álava por una barra (Araba/Álava), al entender que "la norma académica señala que es éste el signo gráfico que debe utilizarse cuando se trata de una denominación en distintos idiomas de una misma entidad y no el guión, que se usa para los casos de dos entidades distintas que conforman una unidad administrativa".
Por su parte, el PP defendió sin éxito una batería de enmiendas con las que pretende mantener al menos el nombre en castellano de las tres provincias vascas junto al euskera porque, a su juicio, el objetivo debe ser adaptar la denominación oficial "a la realidad plurilingüe" del País Vasco, consagrada en la Constitución y el Estatuto.
El ponente del PP, Alfonso Alonso, achacó el cambio de opinión del PSOE a su debilidad parlamentaria y advirtió de que el objetivo de la reforma es eliminar la denominación en castellano y circunscribirlo a un ámbito familiar. En similares términos se pronunció el diputado de UPN, Carlos Salvador, para quien esta proposición de ley "no tendría viabilidad sin la posición incoherentes de la debilidad parlamentaria del PSOE.
Tanto la socialista alavesa Teresa Rodríguez Barahona como el nacionalista Aitor Esteban defendieron el cambio de denominación alegando que así se respeta la voluntad de las Juntas Generales, que según la Constitución son la máxima representación territorial.
¿POR QUE NO SE PROTESTARON OTROS CAMBIOS?
También aprovecharon para recordar al PP que en su momento apoyó otros cambios de denominación oficial como los de Girona, Lleida, Illes Balears, Ourense o A Coruña. "No voy a admitir la sistemática deslegitimación de los acuerdos a los que llega el PSE", protestó la diputada del PSOE. "Aquí no se habla de erradicar una lengua y el cambio no será traumático", garantizó el del PNV.
Una vez aprobada en la comisión, la iniciativa pasará al Senado donde PSOE y PNV, junto con las demás fuerzas nacionalistas, no prevén introducir cambio alguno para asegurar cuanto antes su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) y entrada en vigor.