El Ministerio de Exteriores de Canberra cuenta con estrategias de promoción para minorías, mujeres, discapacitados y comunidad LGBTI
MADRID, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
La nueva embajadora de Australia en España, Julie-Ann Guivarra, es la primera mujer de origen indígena que alcanza este puesto en su país y está convencida de que, con las medidas adecuadas, es posible alentar la presencia de las minorías y de las mujeres en puestos de responsabilidad. "No basta que solo las minorías afectadas pidan un cambio, necesitas involucrar a gente de la mayoría", explica en una entrevista con Europa Press.
El Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio de Australia no tiene cuotas, pero sí un programa especial sobre mujeres y liderazgo, un compromiso con la inclusión LGBTI, una estrategia para personas con discapacidad y, desde 2015, otra más para las poblaciones indígenas, que se aplica tanto a las políticas internacionales y de desarrollo como a la vida interna del departamento.
"Ha dado resultados. Cuando yo empecé hace unos 20 años, éramos una docena (los funcionarios indígenas), ahora hay 94 personas, el 2,5 por ciento de la plantilla", asegura Guivarra, que admite que con un 2,5 por ciento hay margen de mejora, pero la cifra es "bastante similar" a lo que representa la población indígena en el conjunto del país. El nombramiento del primer embajador varón de origen indígena, Damien Miller, fue hace cinco años.
La embajadora llega a España con el doble mandato de reforzar la relación bilateral en todos los ámbitos, incluido el comercial, y trabajar con países como España que comparten con Australia valores y un enfoque de los temas y retos de la agenda internacional, pero ella se ha propuesto "explorar" dos misiones adicionales: "representar la cara moderna de los pueblos indígenas" y compartir experiencias sobre cómo impulsar el papel de las mujeres en puestos de liderazgo.
"CAMPEONES DEL CAMBIO"
Una iniciativa que considera "bastante poderosa" son los llamados 'campeones del cambio', personas que no forman parte de los colectivos que reclaman sus derechos pero asumen la responsabilidad de ayudar al cambio. Los 'campeones' son voluntarios, ocupan puestos 'senior' --de director general para arriba-- y garantizan que la filosofía cala en sus departamentos. Es la forma de "involucrar a la mayoría" para que las políticas tengan éxito y tiene un coste económico limitado.
La estrategia para los pueblos indígenas incluye medidas para fomentar puestos de trabajo y perspectivas de desarrollo profesional específicas. También la formación de todo el personal en asuntos indígenas y planes para alentar la participación de jóvenes indígenas en los programas de voluntariado internacional del país o en los planes de becas internacionales, entre ellos el New Colombo Plan, una especie de 'Erasmus' de la región indo-pacífica.
Tampoco hay cuotas para mujeres, pero la estrategia Mujeres en Puestos de Liderazgo tiene como objetivo alcanzar un equilibrio entre géneros en el Departamento al 50 por ciento, y además hacerse la pregunta: "Si no, ¿por qué no?".
Así, existe el objetivo de al menos un 40 por ciento de representación femenina para 2020 en puestos 'senior' --40 por ciento mujeres, 40 por ciento hombres, y 20 por ciento de cualquiera de los dos--. Ese enfoque también se aplica al número de embajadoras y se ha cumplido precisamente con la llegada de Guivarra a Madrid.
"Algunos dirían que de esta forma no se consiguen los resultados esperados, pero estamos viendo que sí, siempre que los objetivos se apoyen con medidas adecuadas", afirma. Programas de mentores, oportunidades para ampliar estudios, y formación a los cuadros medios y superiores para tratar de combatir el sesgo de género y que piensen en trabajos flexibles y liderazgo inclusivo son algunas de las medidas.
Guivarra, nacida en 1973, admite que ella misma tiene la "responsabilidad" de ser "un ejemplo" para niñas que tal vez nunca pensaron en una carrera en la diplomacia. Su abuelo, cuenta, era buscador de perlas en el Estrecho de Torres --los isleños del Estrecho de Torres forman, junto a los aborígenes, la población indígena australiana-- y, dos generaciones después, el presidente de la autoridad regional se ha referido a ella como "una inspiración para niños de comunidades remotas en Australia".
"En el Ministerio no he sentido realmente barreras a mi progresión, y cuantas más mujeres tengamos en puestos senior creo que más sentimos una red de apoyo", dice. A su modo de ver, el techo de cristal se ha roto, de alguna forma, con el nombramiento de la primera ministra de Exteriores mujer en el país, Julie Bishop, y la primera secretaria (funcionaria jefe), Frances Adamson, muy involucrada, señala, en la promoción de las mujeres.
Además, contempla con mucho interés lo que sucede en España, un país del mismo ámbito socioeconómico que Australia y donde la situación de las mujeres es similar: desde las manifestaciones del 8 de marzo hasta el nuevo gobierno con mayoría de mujeres, opina que estas medidas "mandan una señal importante". Una de las personas a las que querría ver es a la vicepresidenta y ministra de Igualdad, Carmen Calvo.
El interés australiano en la política de mujer en España no es nuevo: hace dos años responsables del país se interesaron por los sistemas telemáticos contra la violencia de género. El anterior embajador, Timothy Kane, participó el pasado 8 de marzo en un acto con la Asociación Madrileña de Mujeres Directivas y Empresarias.
DERECHOS DE LOS INDÍGENAS
La diplomática reconoce que su país está bajo la lupa de la ONU por el trato histórico a sus poblaciones indígenas. "No hemos alcanzado todos los objetivos, pero el Gobierno está siendo muy transparente sobre cuáles, sobre los motivos y las medidas que estamos tomando para mejorar", dice en alusión al informe anual de la campaña 'Cerrando la brecha' que publica el Departamento del Primer Ministro y del Gabinete.
Además, Australia ha hecho de la promoción de los derechos de los indígenas un objetivo de su política internacional. Guivarra está implicada en la 'Naidoc Week' con la que Australia celebra cada año las culturas indígenas, que este año ha tenido precisamente un lema feminista: 'Gracias a ella, podemos'.
Guivarra, que lleva ocho meses estudiando español, pidió España como destino en un momento en que han comenzado las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre Australia y la UE y dado que ella está especializada en asuntos comerciales. Su anterior puesto fue de subdirectora general en la Sección del Sureste Asiático para Inversión y Servicios.
La embajadora ve gran potencial de aumento de las relaciones económicas bilaterales y los empresarios australianos, asegura, "aprecian que hay un crecimiento fuerte en España". Tradicionalmente la balanza comercial es favorable a España, y también hay más inversión española en Australia que a la inversa, en particular en infraestructuras y energías renovables.
PAÍSES QUE COMPARTEN VALORES
No obstante, subraya que su misión es también trabajar con España, en un momento de "tendencia al proteccionismo", en defensa del sistema internacional no solo comercial sino también de gobernanza y derechos humanos.
Ambos países, que acaban de cumplir 50 años de relaciones diplomáticas, comparten valores similares y ambos son actualmente miembros del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. "Australia y España comparten un número de retos y oportunidades y esto ofrece una buena plataforma de cooperación durante mi estancia aquí en España", subraya.