(Esta noticia sustituye a la anteriormente transmitida sobre el mismo tema)
Mantiene que los documentos probarían que altos mandos conocían la situación de peligro que provocó el accidente que acabó con la vida de dos marineros
FERROL, 25 (EUROPA PRESS)
El cabo de la Armada Jorge Miguel Gago Chao, en su comparecencia esta mañana ante el juez, denunció que en los últimos días ha sido presionado por parte de miembros de la Armada para que no hablase con los medios de comunicación sobre el siniestro de la fragata Extremadura en diciembre de 2005, en el que fallecieron dos marinos.
En la declaración prestada esta mañana ante el Juzgado Togado Militar número 1 de A Coruña en la que se instruye la causa sobre el siniestro, Jorge Miguel Gago Chao informó al juez de que en el día de ayer presentó denuncia ante la Policía Nacional por las supuestas "represalias de determinados cargos" contra su persona, a raíz de sus denuncias públicas sobre la "negligencia" que se habría producido en el accidente de la Extremadura.
El cabo relató que el jueves se presentó voluntariamente ante el Tribunal Médico Pericial para elaborar un informe previo de sus aptitudes psicológicas y físicas, y que el comandante Peña Albarracín, psiquiatra de la Armada, le recibió "con desprecio, advirtiéndole de que sería perjudicial para su salud si seguía saliendo en prensa y desoyendo las quejas y explicaciones".
Por este motivo, ante el juez, esta mañana, recordó que ya el mismo día del accidente, el comandante Víctor Porta Pereira, recomendó a los miembros de la fragata que "no hablaran del tema de lo sucedido a bordo bajo ningún concepto ni con la familia ni con la prensa", ya que "son militares" y se tendrían que "atener a las consecuencias".
MANTIENE DENUNCIA
Los argumentos que figuran en la denuncia presentada ante la Policía Nacional fueron reiterados por el cabo ante el juez, en la comparecencia que se enmarca en las diligencias previas que se instruyen sobre el accidente de la fragata Extremadura, el 18 de diciembre de 2005, en el que murieron dos marinos, Eric Noval y Francisco Javier Pérez Castrillón, en una explosión en las calderas.
En este proceso judicial, el cabo ha declarado que desaparecieron documentos que demostrarían que los altos cargos al mando de la fragata conocían y habían sido alertados de la situación de peligro que se registraba en la caldera.
Además de desaparecer una "tablilla de valores" que constataría que el nivel de cloro en la caldera superaba en diez veces el índice considerado de emergencia, Gago aseguró hoy que también fue retirado el ordenador de la Oficina de Armas poco después del accidente de la caldera.
También recuerda que el libro sobre el tratamiento y el funcionamiento de las calderas, que recogía los datos sobre los niveles máximos de contaminación que se podían alcanzar, se encontraba el día del siniestro en la sala de calderas y que podía haber sido consultado por los mandos que estaban al mando.
Con estas declaraciones, con las que el cabo Gago, que trabajó durante cuatro años en la sala de calderas de la Extremadura y que el día del accidente se encontraba de guardia, insiste en la "negligencia" de los altos cargos, que fueron alertados "casi irrespetuosamente" de la situación de alarma, pero que se negaron a parar y a aislar la sala de calderas.
OTRAS DECLARACIONES.
Según explicó a Europa Press el cabo Jorge Miguel Gago, su abogada confía en que sean llamados a declarar, en calidad de testigos, otros dos miembros de la Armada que formaban parte de la tripulación de la Extremadura: Iván Romero, en la actualidad destinado a la Fragata F-101, y José Enrique Dopico Lorenzo, embarcado en el buque "Patiño".
Su declaración podría demostrar que el jefe de máquinas -en la actualidad destinado en el buque Juan Carlos I-, se encontraba en su domicilio en el momento del accidente y que, a pesar de su cargo, desconocía que existía un libro que informaba sobre el funcionamiento de la caldera y que rechazó parar la caldera ante las señales de alarma.
"Me dijo el juez que esto es histórico, que soy el único que se está enfrentando a la Armada por una negligencia", aseguró el cabo Gago, a la salida del Juzgado, satisfecho de la declaración prestada esta mañana.
El cabo Jorge Miguel Gago Chao, después de 14 años de servicio y cinco medallas -dos al mérito naval, una de la Unión Europea y dos entregadas por la OTAN- también denunció ante el Juez que permaneció año y medio sin destino en la Armada, a pesar de haber planteado 10 opciones diferentes.
Finalmente fue destinado forzosamente a Rota y "olvidado administrativamente en su carrera militar", según sus propias palabras. Sufre ansiedad y depresión, como consecuencia de los hechos ocurridos en la Fragata Extremadura, y reclama a la Armada que le compense las secuelas psicológicas que aquel accidente le provocó.