La izquierda abertzale busca aprovechar el vacío para hacerse con el control definitivo frente a la irrupción de movimientos críticos
MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
La caída de Arantza Zulueta hace cinco meses ha sumido al Colectivo de Presos de ETA (EPPK por sus siglas en euskera) en una situación de desconcierto debido a la falta de un liderazgo claro, cuentan con dificultades para articular estrategias o difundir sus mensajes y, tras la asunción de que el Gobierno del PP no dará pasos, han empezado a surgir dudas en algunos presos, según informan a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
La desarticulación en enero del 'KT' --el grupo que controlaba las prisiones-- cercenó el conducto de transmisión de instrucciones. La fuerte personalidad de Zulueta, a la que algunos presos llamaban "la hiena", y sus técnicas de intimidación lograron evitar divisiones significativas en un sector en el que nunca han faltado voces discordantes pese a las exhibiciones de unidad.
Aquella operación de la Guardia Civil buscaba, entre otras cosas, retirar a Zulueta de la circulación y dividir el EPPK. Actualmente son los abogados habituales de ETA los que siguen visitando las prisiones, pero las fuentes consultadas indican que no tienen ni la ascendencia ni el grado de compromiso que tenía Zulueta. De hecho, algunos presos han aprovechado para quejarse ante sus nuevos visitantes de que llevaban años sin hablar con un abogado del Colectivo.
DOS BLOQUES EN LOS PRESOS
El hecho de que hayan dejado de ser controlados de forma férrea por el 'KT' está provocando que afloren al menos dos sensibilidades en el mundo de los presos. Por un lado están quienes tienen largas condenas por delante, que apelan a una solución colectiva que englobe a todos porque creen que es la única forma de abandonar la cárcel. En este bloque se encuentran los presos considerados duros y menos dispuestos a posiciones posibilistas.
Por otro lado están aquellos a los que les quedan pocos años para salir en libertad, que tienen intereses diferentes, pero temen dar pasos sin el visto bueno de ETA. Su miedo en este caso es recibir el rechazo del entorno abertzale al recuperar la libertad como les ha sucedido a los presos acogidos a la denominada 'Vía Nanclares'. Ambos grupos tienen en común la sensación de que esta es ya una legislatura perdida por la negativa del PP a explorar una mejora en su situación.
En otro ámbito, círculos abertzales consultados por Europa Press confirman que el nivel de información de lo que sucede o lo que se discute en las prisiones es ahora casi inexistente. Apenas hay información acerca del proceso de solicitar excarcelaciones para los presos enfermos y mayores de 70 y acercamientos a la cárcel de Zaballa en el marco de la última estrategia del EPPK, anunciada tras el comunicado del 28 de enero en el que se mostraban dispuestos a acogerse a beneficios.
Ya entonces hubo presos que matizaron a sus familiares durante las visitas que ese comunicado se había malinterpretado y que sólo aceptarían la legislación penitenciaria si se cambiase. Las fuentes consultadas indican que el proceso sigue su cursos según los plazos previstos, pero han detectado a presos que han reactivado su voluntad de ir más allá en su ruptura, pero persiste el miedo habitual a optar por la solución individual.
AUSENCIA EN LAS ELECCIONES
Los presos llevan varias semanas sin emitir un comunicado. Tampoco han tomado parte activa en la campaña para las elecciones europeas a diferencia de los últimos comicios autonómicos vascos, cuando sí emitieron un comunicado pidiendo el voto para EH Bildu. De hecho, un 20 por ciento del Colectivo de Presos ni siquiera pidió el voto por correo para participar en las elecciones pese a la candidatura de Bildu. Eso supone un grupo de 78 presos de los 397 que componían el EPPK en el momento en el que se acabó el plazo de solicitar el voto por correo.
Mientras esto sucede en el interior de las prisiones, en el exterior, la izquierda abertzale está realizando movimientos para aprovechar el vacío de poder y hacerse de forma definitiva con el control de los presos. Representantes de Sortu y de Amaiur realizan visitas periódicas a las cárceles a ver a presos en lo que va a más allá de una visita ordinaria. También aprovechan para testar la situación y deslizar su postura.
En este sentido, los representantes de Amaiur en el Congreso y el Senado han iniciado este viernes una campaña de visitas a los presos de ETA, singularmente los enfermos, para denunciar la situación que viven en las distintas cárceles del país.
Por su parte, la iniciativa KonpONbidea, afín a la izquierda abertzale, ha llamado a la ciudadanía a movilizarse el próximo 15 de junio en la plaza Zuloaga de San Sebastián en defensa de los derechos de los presos de ETA. Según han anunciado, en el acto presentarán una nueva "red ciudadana que conecte todas las iniciativas, ya sean locales, nacionales o sectoriales" en defensa de los derechos de los presos y huidos de ETA.
Paralelamente, en el seno de la izquierda abertzale ha surgido un nuevo movimiento con vocación de representar los intereses de los presos y huidos de ETA llamado 'Aministía Ta Askatasuna', que carga contra la actual estrategia de Sortu y la izquierda abertzale institucional y contra la decisión del Colectivo de acogerse a beneficios.
"Mientras las causas por las que surgió el conflicto en Euskal Herria sigan existiendo, no habrá solución real, tan sólo un parcheo que nos condena a que la situación se repita una y otra vez", advierten en su comunicado fundacional recogido por Europa Press en el que vuelven a un discurso de máximos situando la amnistía en el centro de sus exigencias.