MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) - Unos 200 jóvenes radicales --la mayoría enmascarados-- han impedido este martes que el ex presidente del Gobierno Felipe González pronunciara una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid. La charla no ha podido comenzar debido al escrache, en el que han acusado al político socialista de tener las manos "manchadas de sangre", entre pancartas de apoyo a los presos de ETA. Los jóvenes habían comenzado a congregarse en el interior de la Facultad de Derecho a las 11.30, la hora en la que habían sido convocados por la Federacion Estudiantil Libertaria, a través de Twitter. Aunque esta asociación ha reivindicado después el boicot en las redes sociales, los participantes se han definido allí como estudiantes y han rechazado aclarar si pertenecen al colectivo. Debido a la tensión en los pasillos de la Facultad, se ha tenido que suspender la charla, que iba a celebrase en el Aula Magna Tomas y Valiente, en honor al profesor asesinado por ETA en su despacho de esta misma Facultad en 1996. La mayoría de los manifestantes portaban caretas, algunas de ellas con el nombre de José Antonio Lasa y Christian Olaskoaga --miembros de ETA asesinados por los GAL--, pero también con el del ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez. Además de carteles acusando a González de ser un "terrorista" con las manos "manchadas de cal viva", la concentración estaba presidida por una gran pancarta en la que aseguran que González y el presidente de PRISA, Juan Luis Cebrián, que también participaba en la jornada, no son "bienvenidos" en la universidad y mencionan los GAL, los 'Papeles de Panamá', el terrorismo y "golpes de Estado". Junto a esta, han mostrado en primera línea otra pancarta de apoyo al colectivo de presos de ETA, el tradicional cartel de las Gestoras Pro Amnistía, pidiendo su acercamiento al País Vasco. Vista la agresividad que mostraban los concentrados, la seguridad, junto a la decana de la Facultad de Derecho, Yolanda Valdeolivares, han decretado el cierre de las puertas de la sala, en las que se han colocado los baúles con material técnico a modo de 'barricada' y han logrado frenar así su entrada. En ese momento, los manifestantes han llegado a cargar a golpes contra las puertas de acceso a la sala, cuando ya había dentro muchas personas, que han llegado a temer por su integridad física. Tras este intento fallido de entrar, se han sucedido los gritos e insultos e incluso se han producido instantes de enfrentamiento entre los exaltados y los diferentes periodistas, tratando de impedir que fotografiaran sus rostros entre gritos en los que acusaban a las televisiones de "manipuladoras". La decana --tras invitar a los radicales a "manifestar su expresión dentro del aula" por medios "democráticos y de respeto-- ha comunicado la suspensión del acto por no poder "asegurar" la seguridad de los invitados y de los asistentes, en su mayoría estudiantes. Antes de marcharse, los manifestantes han leído un comunicado en el que acusan al expresidente de ser el "responsable político del terrorismo de Estado de los GAL" y "amigo de dictadores". Además, le atribuyen haber participado "en un golpe de Estado palaciego" para desbancar al ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez. Tras disolverse la concentración a las puertas del aula, uno de los jóvenes ha lanzado un petardo de gran tamaño en el pasillo, que ha detonado en un gran estruendo y ha provocado la caída de los protectores de las luces halógenas, que han caído sobre algunas personas. La decana --que ha asegurado que se mantiene el acto de este jueves en el que participará Manuela Carmena-- ha condenado los incidentes y ha asegurado que los presentes han asistido a actitudes "francamente violentas" y "contrarias a los valores y principios enseñados en la universidad". Valdeolivares, en declaraciones a los medios, ha asegurado que el acto ha sido cancelado porque "no se podía poner en peligro a los invitados y estudiantes" y ha explicado que intentarán repetir la conferencia "cuando la ocasión lo permita en condiciones de seguridad". Asimismo, ha negado que los manifestantes fueran estudiantes de la propia universidad, pero eso "no quita" para que haya un sentimiento de "pena y dolor". "Se ha roto algo y ahora tenemos que abrir un proceso de reflexión porque algo estamos haciendo mal en la sociedad y su conjunto", ha apostillado la decana.