MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de un centenar de personas quisieron homenajear este sábado a los cinco abogados laboralistas asesinados en la madrileña calle de Atocha el 24 de enero de 1977, cuando se encontraban en su despacho, sito en el segundo piso del número 55 de la calle Atocha.
El presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, asistió este sábado a los cementerios de San Isidro y Carabanchel para depositar flores en las tumbas de los abogados. Más tarde tuvo lugar el acto central del homenaje, en el auditorio de Comisiones Obreras Marcelino Camacho.
Tras un minuto de silencio, el ex ministro de Defensa, que fue el abogado de la familia de una de las víctimas, escuchó las intervenciones del director de la Fundación Abogados de Atocha, Raúl Cordero; el Decano del colegio de Abogados de Madrid, Antonio Hernández Gil, el secretario general del Partido Comunista de Madrid, Alejandro Ruiz-Huertas, presidente de la Fundación Abogados de Atocha y Javier López, secretario general de Comisiones Obreras de Madrid.
Con el lema 'Si el eco de su voz se debilita, pereceremos', del poeta francés Paul Éluard, los asistentes celebraron el 33º aniversario del asesinato. Con un ramo de flores, homenajearon a Charo, la señora del kiosko de la plaza de Antón Martín, que fue la encargada de relatar, generación tras generación, el por qué del monumento de los abogados.
Poco después se podían escuchar los cánticos de los asistentes: 'Atocha, hermanos nosotros no olvidamos' y 'Luchando, creando poder popular'. Más tarde, sonaba 'Por la libertad' de Miguel Hernández y ,con el puño en alto, los presentes entonaron la canción.
Por su parte, el presidente del Congreso de los Diputados señaló en declaraciones a los medios que se sentía "gustosamente obligado" a recordar a "quienes murieron en defensa de la libertad, la igualdad y la justicia". "El pueblo español no soportaba aquellos corsés", añadió.
La abogada Cristina Almeida también asistió al acto central. La ex diputada de Izquierda Unida fue parte de la acusación en el juicio por la Matanza de Atocha en un despacho de abogados laboralistas. Almeida recordó que el proceso fue "un juicio perdido" en su vida, porque "desde que entré sabía que lo tenía perdido". "Los años de cárcel nunca iban a compensar la muerte de mis compañeros", lamentó.