Cumbre Ib.- La división por las elecciones en Honduras se mantiene, aunque todos coinciden en condenar el golpe

Actualizado: martes, 1 diciembre 2009 0:11

Arias enarbola la bandera de los que piden reconocer a Porfirio Lobo, mientras que Brasil, uno de los más reticentes, comienza a flexibilizar su postura

ESTORIL (PORTUGAL), 30 (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Leyre Guijo)

Los líderes iberoamericanos acudían a la Cumbre Iberoamericana de Estoril divididos sobre si eran legítimas o no las elecciones que se celebraron ayer en Honduras y que han dado la victoria al candidato conservador, Porfirio Lobo, y la división se mantiene. Por ello, todo apunta a que de esta cita saldrá una declaración en la que se reiterará la condena del golpe de Estado que derrocó a Manuel Zelaya, pero no un posicionamiento claro sobre cómo cambia la situación ahora que hay "un nuevo actor" y una nueva realidad en el país.

Según explicó a última hora de la tarde el secretario general iberoamericano, Enrique Iglesias, "en términos generales todo el mundo ratifica la condena a lo que ocurrió" el pasado 28 de junio. Lo que ahora están debatiendo, dijo, los ministros de Exteriores por un lado y los jefes de Estado y de Gobierno por otro, es "qué significa el hecho nuevo" de que haya un presidente electo y analizando cómo la votación "podría influir en encauzar los problemas y la gran esperanza de que esto se constituya en un elemento que acelere la búsqueda y el encuentro de soluciones democráticas".

No obstante, quiso dejar claro que pese a las diferencias sobre la legitimidad de los comicios, el debate, que ha ocupado gran parte del retiro de los jefes de Estado y de Gobierno sin sus delegaciones, que se prolongó durante dos horas, ha transcurrido en un "clima cordial". En este sentido, dijo que es "optimista", porque "siempre" lo es, respecto a que mañana se podrá acordar una declaración de los países iberoamericanos sobre esta cuestión.

En ello está trabajando la presidencia portuguesa de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, pero aún no está claro qué elementos podría incluir dicha declaración, aunque sí que habrá un pronunciamiento sobre Honduras en algún sentido de los jefes de Estado y de Gobierno de los 22 países, cuya reunión termina mañana.

Según la canciller de Zelaya, Patricia Rodas, la mayoría de países iberoamericanos se mantiene firme a la hora de reclamar la restitución del presidente depuesto, salvo Panamá, Perú, Costa Rica y Colombia, que han variado su posición probablemente por "seguidismo" de la política de Estados Unidos.

Asimismo, dijo que entre los líderes iberoamericanos se va generando un "consenso" sobre seguir reclamando la vuelta a la "institucionalidad democrática" y que ha surgido la intención, apoyada por España, entre otros, de crear una "plataforma iberoamericana" que haga todos los esfuerzos necesarios para alcanzar un "gran consenso nacional" en Honduras que permita "retornar al orden democrático".

ESPAÑA NO RECONOCE

España, según el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, "no reconoce" las elecciones presidenciales pero "tampoco las ignora" puesto que de ellas han surgido "nuevos actores políticos". El jefe de la Diplomacia consideró que las elecciones transcurrieron "en un marco político de falta de transparencia y de garantías suficientes", pero admitió que "hay nuevos actores y una nueva realidad expresada por un sector de la opinión pública hondureña".

Por lo tanto, "lo que tenemos que buscar es perseverar en una solución política" para lo que, indicó, "estamos en consultas con los distintos actores de la comunidad iberoamericana para ver cómo podemos armar y establecer una plataforma de diálogo que permita salir definitivamente de la crisis a Honduras".

En este diálogo, dijo, y a falta de que "haya un reconocimiento de que ha habido un candidato que ha recibido un mayor apoyo", el vencedor de los comicios "tendrá lógicamente algo que decir y será por tanto un nuevo actor en el diálogo" con Zelaya. Todos los participantes en la cumbre, subrayó, "lo que queremos es dar el respaldo de la comunidad iberoamericana a esta nueva etapa que se está abriendo en Honduras sin entrar en reconocimientos y mirando, sobre todo, a esa reconciliación nacional que es tan necesaria" en el país centroamericano.

También se han mostrado contrarios a reconocer los comicios las presidentes de Argentina y Chile. La primera, Cristina Fernández, advirtió de que las elecciones se produjeron "en el marco de la más absoluta ilegalidad democrática", mientras que la segunda, Michelle Bachelet, dijo que no reconocerá las elecciones para no "legitimar un golpe de Estado" y porque, según ella, "se estaría sentando un precedente grave, inaceptable y una seria amenaza para la democracia en América Latina". También el Gobierno de Ecuador, en un comunicado, vio un "precedente nefasto" al reconocimiento de la victoria de Lobo.

El presidente brasileño, Luis Inazio Lula da Silva, fue quien mantuvo una postura más firme de rechazo durante las conversaciones de los jefes de Estado y de Gobierno, según diversas fuentes. Sin embargo, en las últimas horas esta postura se habría flexibilizado y de hecho uno de sus asesores dijo que Brasil podría cambiar de postura si Lobo realizara algunos gestos, que no especificó.

Según el asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia brasileña, Marco Aurelio Garcia, Brasil podría introducir algunos "cambios" en su posición sobre las elecciones de ayer, que considera ilegítimas, si el vencedor lleva a cabo algunos "gestos". "Si Brasil considerara que tiene que cambiar de posición, cambiará de posición", aseveró.

RECONOCER LAS ELECCIONES

Frente a esta postura, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, se ha convertido en el abanderado de los defensores de reconocer al nuevo presidente electo. El Nobel de la Paz instó a sus colegas a que reconozcan las elecciones para que no sean los hondureños los que paguen el precio de un aislamiento mayor del país.

"Costa Rica aspira a reconocer las elecciones si son transparentes, si no hay acusaciones de fraude y si los observadores que han participado nos certifican que pueden aceptarse o deben aceptarse", señaló Arias, quien dijo que son los hondureños los que le animan a abogar por el reconocimiento. "Es un pueblo que vivió una guerra en 1969, que en 1998 fue devastado por el huracán 'Mitch' y que no se merece ahora un 'Mitch' político". "No reconocer el proceso electoral y al futuro gobierno es hacerle mucho daño al pueblo hondureño", advirtió al subrayar que el 20 por ciento del presupuesto del país procede de la cooperación internacional, suspendida tras el golpe del pasado 28 de junio.

El presidente costarricense, que se definió como "demócrata convencido", reconoció que todos los países iberoamericanos hubieran preferido que los comicios se hubieran producido con Zelaya restituido, pero aunque "se hizo todo lo que se pudo" para revertir el golpe y restablecer el orden constitucional no fue posible "por la intransigencia del Gobierno de facto".

En este escenario, argumentó que lo "lógico" es que la comunidad internacional actúe como lo hizo en el pasado, cuando "regímenes de facto" que llegaron al poder "por medio de las armas" --citó los casos de Argentina, Brasil y Chile, entre otros-- organizaron "una transición hacia la democracia". "Así fue en el pasado y así debe ser ahora", manifestó, porque "el precio que se paga no aceptando el resultado de las urnas es mayor" que pidiendo a un presidente electo que trabaje por la "reconciliación de la familia hondureña".

Por su parte, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, adelantó que su Gobierno reconocerá al presidente electo. "Colombia reconoce al nuevo Gobierno se ha dado un proceso democrático en Honduras de alta participación, sin fraude", explicó, confiando en que "este nuevo Gobierno adelante todos los esfuerzos para superar definitivamente esta situación difícil que se ha presentado en Honduras para consolidar plenamente las instituciones democráticas".