MADRID 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los acusados por el presunto fraude del catering de AENA Francisco y José Morales Fernández negaron hoy ante el tribunal de la Audiencia Nacional haberse apropiado del dinero generado por la gestión de los bares de los aeropuertos, así como tener conocimiento de las transferencias de dinero que salieron de las concesionarias con destino a varias sociedades patrimoniales de las que eran apoderados.
Ambos son hermanos de otros tres de los cinco acusados, entre los que se encuentra el responsable de las sociedades concesionarias de los servicios de restauración de AENA entre 1989 y 1995, Antonio Morales, que declaró ayer en el juicio que celebra la Sección Primera de lo Penal de la Audiencia Nacional por el presunto fraude de 12 millones de euros.
En concreto, Francisco Morales era el consejero delegado de la sociedad Concesiones de Restauración, que gestionó la restauración del aeropuerto de Madrid Barajas desde 1989 hasta 2004, la del aeropuerto de El Prat de Barcelona entre 1991 y 1994, así como los bares del aeropuerto de Jerez y varios puntos comerciales en los de Málaga y Sevilla.
El acusado declaró que, a pesar de ser consejero delegado de Concesiones de Restauración, él "no tenía voz ni voto" en las decisiones empresariales y que su función se limitó a gestionar los bares de los aeropuertos de Palma de Mallorca y Barcelona.
Francisco Morales aseguró "desconocer" quién daba las órdenes de los trasvases de dinero desde las sociedades concesionarias a las patrimoniales, entre ellas a la sociedad Il Duomo de la que era apoderado y que recibió 100 millones de pesetas (601.000 euros) por la venta de los enseres de los bares de Barajas cuando perdieron la concesión.
"La decisión de los trasvases venía de la oficina central, no sabía ni dónde estaba el dinero ni a dónde iba el dinero", declaró el acusado, quien reconoció que a los trabajadores se les pagaban "una parte en B", aunque AENA "lo sabía".
Por su parte, José Morales era apoderado de Concesiones y Restauración pero aseguró "desconocer todo lo relacionado con el aeropuerto de Barajas", ya que él se dedicaba a la explotación del aeropuerto de Sevilla y los puntos comerciales de Málaga, cuya concesionaria era la sociedad Ihresa.
El acusado explicó que fue apoderado de esta sociedad "a partir de septiembre de 1994, cuando ya no había concesiones" y la sociedad estaba abocada a la suspensión de pagos. Morales afirmó que él "nunca se enteró de que tenía un poder en la sociedad", ya que se lo otorgó el administrador Santiago Montesinos, que sustituyó a su hermano Antonio en la gestión de todas las empresas concesionarias.
El acusado explicó que una sociedad suya recibió un préstamo de 44 millones de pesetas (264.445 euros) desde Las Ramblas Catering (concesionaria del aeropuerto de Barcelona entre 1993 y diciembre de 1994) pero que los devolvió a una cuenta de la sociedad Il Duomo.
El juicio continuará el próximo 27 de septiembre con la declaración de los acusados Fernando Javier Morales y del empresario bodeguero Carlos Eguizábal, acusado por su participación en las concesionarias, a través de la sociedad Díez Mérito. La fiscalía considera a Eguizábal responsable cívil subsidiario del fraude, a quien la Audiencia Nacional le reclamó una fianza de dos millones de euros.
La Fiscalía pide para los cinco acusados 10 años de prisión por los delitos de apropiación indebida, falsificación en documento mercantil y quiebra fraudulenta.