Más de 2.200 militares están desplegados en el exterior, de los que 700 participan en operaciones contra el yihadismo
MADRID, 1 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno dedicó en 2015 un total de 1.034 millones de euros a las 15 misiones de las Fuerzas Armadas en el exterior, en las que a día de hoy participan más de 2.200 militares españoles, 700 de los cuales están desplegados en operaciones contra el yihadismo, según han informado a Europa Press desde el Ministerio de Defensa.
De este modo, el Gobierno gastó el año pasado en misiones internacionales un 40,5 por ciento más que en 2014, lo que se debe sobre todo a la operación en Irak, en la que participan 300 efectivos para entrenar al Ejército local contra el grupo terrorista Estado Islámico; el despliegue durante cuatro meses de cuatro 'cazas' Eurofighter en el Báltico; y el comienzo de la misión en el Mediterráneo para luchar contra las mafias de la inmigración.
Además, aunque la misión de Afganistán, la que ha sido una de las más largas (14 años) y peligrosas para las Fuerzas Armadas, ha llegado casi a su fin con el repliegue de 400 militares, la retirada no se produjo hasta finales de octubre, con lo cual en casi todo 2015 el Gobierno ha tenido que financiar simultáneamente varias operaciones muy numerosas y muy lejos de España, lo que eleva los costes de forma considerable.
Para 2016, Afganistán habrá pasado de ser una de las misiones más numerosas a contar sólo con 21 efectivos, con lo que el gasto se reducirá, si bien la operación iraquí tiene previsto continuar, así como otras muy exigentes como la de Líbano, con 602 militares; la de Turquía, con 129; o la operación Atalanta de lucha contra la piratería en el océano Índico, con 340.
NUEVO DESPLIEGUE EN EL BÁLTICO
Además, cuatro Eurofighter despegarán el próximo lunes de la base de Los Llanos, en Albacete, con destino Siauliai, en Lituania, desde donde España ejercerá durante cuatro meses el mando de la misión de la Policía Aérea de la OTAN en el Báltico. Allí vigilarán el espacio aéreo de la región ante la constante presencia de aeronaves militares rusas, que se incrementó notablemente a raíz del estallido de la guerra en el este de Ucrania.
De los 2.215 militares y guardias civiles que en diciembre estaban desplegados en el exterior, algo más de 700 participaban en misiones contra el yihadismo y el extremismo violento, algunas de ellas en estrecha colaboración con Francia, sobre todo las de África.
El mayor contingente se encuentra en Irak, donde 300 efectivos entrenan desde principios de 2015 al Ejército de este país para tratar de frenar el avance del Estado Islámico, en el marco de la coalición internacional que se puso en marcha hace ya más de un año y en la que participan otros 40 países.
PRÓRROGA DE LA MISIÓN EN TURQUÍA
La presencia de esta organización terrorista también en Siria ha desestabilizado aún más la guerra en este país, lo que motivó que Turquía pidiese ayuda a la OTAN en 2013 para proteger a sus poblaciones del sur de posibles ataques que procediesen de Siria o Irak.
Como miembro de la Alianza Atlántica, España asumió en enero de 2015 la rotación que le correspondía instalando en Turquía una batería antiaérea de misiles 'Patriot' y un contingente de 150 efectivos. Esta operación seguirá en marcha en 2016, pues el Gobierno ya ha autorizado su prórroga por al menos otro año más.
Afganistán es la operación más antigua en la lucha contra el extremismo. Desde 2002, los militares españoles han formado parte de las operaciones que la OTAN ha ido lanzando en el país asiático para mantener la estabilidad tras la caída del régimen de los talibán y asesorar a las fuerzas afganas a hacerse cargo de su propia seguridad. Actualmente sólo queda una veintena de militares en Kabul para labores de asesoramiento.
Estas tres misiones se han desplegado en el marco de una coalición internacional o bajo el paraguas de la OTAN, pero en el resto de operaciones contra el yihadismo, España ha decidido atender la petición de Francia, que a su vez había obtenido visto bueno de Naciones Unidas, de prestarle apoyo.
APOYO A FRANCIA EN CUATRO PAÍSES ÁFRICA
Todas estas misiones en colaboración con Francia se desarrollan en África y son relativamente recientes. Las más antiguas, en Malí y Senegal, se pusieron en marcha a principios de 2013. En el primer caso, la intervención gala tras la rebelión tuareg, seguida por un golpe de estado militar y la entrada de terroristas yihadistas en el norte, desembocó en una operación de la UE con el objetivo de entrenar al Ejército maliense a mejorar sus capacidades militares para que pueda recuperar el control de todo el país.
Actualmente el contingente español está formado por 117 efectivos repartidos entre el cuartel general ubicado en Bamako, la capital, y el campo de entrenamiento de Koulikoro, donde entrenan los equipos de operaciones especiales y de artillería y morteros.
Como apoyo a la operación que Francia puso en marcha para ayudar al Gobierno de Malí ante el intento de golpe de Estado y combatir a los yihadistas en el norte en todo el Sahel, España mantiene el destacamento Marfil en Dakar (Senegal), que presta apoyo logístico a las operaciones galas.
Con un avión de transporte 'Hércules' y un contingente de 57 militares, España se dedica al transporte de material y tropas por todo el Sahel, en una zona que cubre hasta Chad y que en kilómetros cuadrados equivale a la superficie que va de Madrid a Moscú.
Al sur del Sahel, en República Centroafricana, España también participa en otra misión que 'a priori' no tiene mucho que ver con el combate al yihadismo, pero en la que también colabora estrechamente con Francia porque, según Defensa, la desestabilización de esta zona del centro del continente africano podría expandirse al norte.
La operación se lanzó en la primavera de 2014 para contener la violencia entre cristianos y musulmanes que se había desatado unos meses antes tras un golpe de Estado. Los enfrentamientos provocaron más de 650.000 desplazados internos y unos 300.000 refugiados en países vecinos.
Dentro de la misión que la UE lanzó en República Centroafricana tras la intervención inicial francesa, España contribuyó con 85 militares y 25 guardias civiles para la estabilización de la capital, Bangui. Un año después, esta misión fue reemplazada por otra orientada a la formación y la reforma de las Fuerzas Armadas de ese país y en la que participa una veintena de efectivos españoles.
Vinculada a esta misión, también se mantiene el despliegue del destacamento 'Mamba' del Ejército del Aire, que opera en Libreville (Gabón) desde marzo de 2014 con un avión de transporte y unos 50 militares para asegurar el apoyo a las tropas españolas y europeas desplegadas en República Centroafricana.
MEJORAR LA ESTABILIDAD EN EL GOLFO DE GUINEA
Pero además de todas estas misiones internacionales, España tiene desplegados varios contingentes en el Golfo de Guinea como colaboración con los países de la zona para mejorar la estabilidad y seguridad marítima en la zona, que es considerada por el Ministerio de Defensa como uno de los lugares del mundo que más pueden poner en riesgo la seguridad.
Aparte de todas estas misiones contra el extremismo, España participa desde 2006 en la misión de la ONU para la estabilización de Líbano con un destacamento de 602 militares y guardias civiles. En concreto, el objetivo de la presencia de tropas internacionales es impedir un recrudecimiento de las hostilidades entre Israel y las milicias libanesas como Hezbolá que devenga en otra guerra.
También continúa la participación española en la operación Atalanta de lucha contra la piratería en el Cuerno de África, con un buque, un avión de vigilancia y 340 efectivos, y a finales de este verano se puso en marcha EUNAVFOR SOPHIA contra las mafias de la inmigración en el Mediterráneo, en la que España colabora con una fragata, un avión de vigilancia y 260 militares.