MADRID 10 Ene. (EUROPA PRESS) -
Diez meses es el tiempo que ha tardado ETA en contestar positivamente a la petición de alto el fuego "permanente" y "verificable" formulado a finales de marzo en Bruselas por un grupo de premios Nobel encabezados por el abogado Brian Currin. Batasuna apoyó desde el principio esta fórmula planteada por los agentes internacionales y así lo ratificó el 25 de septiembre en Gernika junto a EA y Aralar, cuando añadieron la condición de "unilateral" a esa petición de tregua.
ETA ya contestó una primera vez a los mediadores, concretamente el mismo 25 de septiembre --casi medio año después--, pero fueron los propios agentes internacionales los que consideraron "insuficiente" los propósitos de la banda. A través de una entrevista al diario 'Gara', los terroristas se limitaban a manifestar su "voluntad" de afrontar con la comunidad internacional el contenido de la declaración de Bruselas.
A la espera de la respuesta esperada, en los últimos meses se han sucedido multitud de actos y declaraciones públicas de distintos sectores de la izquierda aberztale y mediadores internacionales tratando de lograr el apoyo de los terroristas a su estrategia.
Según informaron a Europa Press fuentes conocedoras del proceso, Batasuna admite haber trabajado con el obstáculo que suponía la excesiva tardanza de ETA en emitir sus opiniones o el tibio entusiasmo mostrado por los terroristas ante los movimientos de sus bases. De hecho, estas mismas fuentes recuerdan que la declaración de alto el fuego se vaticinó primero para antes de verano, después los pronósticos la situaron a finales del mes de octubre y finalmente se aplazó hasta las Navidades.
Los dirigentes batasunos son conscientes de que este silencio generaba dudas entre algunos sectores de la izquierda abertzale, creaba incertidumbre en el colectivo de presos y obligaba a la cautela a los mediadores internacionales. Además, suponía un frente insalvable de cara al "clima de confianza" que Batasuna pretende establecer con el Gobierno de cara un hipotético proceso.
En su hoja de ruta oficial, la izquierda abertzale insiste en que su apuesta por las vías exclusivamente políticas y democráticas es "irreversible" y no está sujeta a plazos ni a "coyunturas de ningún tipo", pero al mismo tiempo asumen que el retraso de ETA a la hora de avalar sus movimientos provoca problemas de plazos y las posibilidades para estar presentes en las elecciones municipales de mayo de 2012 por medio de un partido propio.
CRONOLOGÍA DEL PROCESO
Batasuna comenzó su campaña en las asambleas de finales de 2009, al lograr la adhesión mayoritaria de sus bases al documento 'Zutik Euskal Herria' (Euskal Herria en pie) frente a la 'Ponencia Mugarri' -la defendida por EKIN y ETA que abogaba por intensificar los atentados-.
A partir de ahí, el 24 de abril en Pamplona, pedían un nuevo proceso de negociación y a ETA un alto el fuego "permanente". El 20 de junio Batasuna y EA escenificaban su alianza en Bilbao donde apostaban por vías "exclusivamente pacíficas, políticas y democráticas".
Tras la vacaciones de verano, el 25 de septiembre Batasuna, EA y Aralar pedían de nuevo en Gernika un alto el fuego a la banda, en este caso, "permanente, unilateral y verificable". También el 17 de octubre, desde la cárcel, Arnaldo Otegi irrumpía en el debate advirtiendo de que "si ETA volviese a atentar, la izquierda abertzale se opondría".
Mientras estos actos y declaraciones se sucedían, la banda emitió hasta cuatro comunicados --uno de ellos después de asesinar a un agente francés-- en los que eludía la cuestión de poner fin a la violencia. No fue hasta el 5 de septiembre cuando la banda dio a conocer su decisión de hacer un parón en sus "acciones armadas ofensivas", adoptada en el primer trimestre del año.
ETA hacía pública esta decisión coincidiendo con el mayor índice de detenciones de etarras registrado en años y tras la desarticulación de su base en Portugal y los intentos de establecerse en Cataluña. Además, el compromiso de no atentar no ha excluido en estos meses continuar con el robo de coches en Francia, la extorsión a los empresarios o la 'kale borroka', entre otras acciones terroristas.
TENSIONES ENTRE ETA Y BATASUNA
A lo largo del último año, Batasuna ha ido por delante de ETA, no sólo a la hora de emitir sus comunicados oficiales, sino al manifestar públicamente sus expectativas, las cuales luego no se traducían en hechos por parte de los terroristas.
Fuentes de la lucha antiterrorista vieron en esta estrategia un intento por parte de la izquierda abertzale de marcar el camino a la banda, la cual se vio obligada a ganar tiempo sin dar el paso definitivo de decretar un alto el fuego, pero sin enmendar tampoco a su brazo político, al menos públicamente, ya que en el plano interno si se dieron varias fricciones.
Un ejemplo es el enfrentamiento entre Otegi y el Colectivo de Presos (EPPK), quien culpó al líder abertzale de haber obstaculizado en las cárceles la difusión de la 'Ponencia Mugarri' forzando interesadamente a los internos a inclinarse por 'Zutik Euskal Herria'.
Asimismo, en la documentación incautada a Ekin en septiembre, los guardianes de la ortodoxia etarra reprochaban a Batasuna haber sido excesivamente optimista y haber ido "más allá" al interpretar la decisión de la banda de interrumpir sus atentados. Los dirigentes batasunos tradujeron este movimiento como un respaldo inequívoco a sus peticiones. "Dijeron lo que la organización (ETA) no dijo", respondía Ekin en tono crítico en uno de los textos incautados a los detenidos.
AYUDA "INDIRECTA" AL POSIBILISMO
Además de las operaciones contra diferentes cabecillas de ETA, la Policía y la Guardia asestaron golpes claves al sector más duro de la banda desintegrando en dos ocasiones el frente juvenil de Segi --medio centenar de arrestos-- descabezando a EKIN -- 14 detenidos-- y cortando el nexo entre la cúpula de ETA y las cárceles a través de la detención de los abogados de la banda (H-Alboka). El propio ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, admitió que de manera "indirecta" la acción de las fuerzas de seguridad beneficiaba al sector posibilista despejando el camino de obstáculos.
Pese a todo, desde el Ministerio del Interior han insistido en numerosas ocasiones en que una declaración de alto el fuego y una tregua por parte de la banda seguirían siendo "insuficientes". Tanto el Gobierno como el Ejecutivo vasco entienden que esa fórmula es la misma que utilizó la banda en ocasiones anteriores por lo que ahora ya sólo vale el anuncio de un final definitivo por parte de los terroristas.