Lamenta que "el terrorismo de ETA aún hoy en día sigue siendo justificado y apoyado por una pequeña parte de la sociedad"
MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha defendido este miércoles en su discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU la necesidad de distinguir entre terroristas y sus víctimas denunciando el objetivo de los asesinos de difuminar esa línea de separación. El ministro del Interior ha defendido esta postura en una sesión en la que se han podido escuchar los testimonios de varias víctimas del terrorismo de ETA, Estado Islámico y Boko Haram.
"Es común siempre al terror, como práctica con una indudable finalidad política, pretender difuminar la clara línea de separación entre las víctimas y sus verdugos", ha dicho Fernández Díaz. Ha denunciado que "mientras los terroristas pretenden ser presentados como activistas de una causa supuestamente noble, cuyos medios quedan por ello legitimados, las víctimas siempre tienden a ser despersonalizadas bajo un número o unas circunstancias".
Ha advertido de que "el terrorista necesita cosificar a la víctima, desposeerla de su dignidad y de su innata condición humana". Pero ha defendido que "la víctima tiene un entorno personal y social, sufre y se emociona, desempeña una labor profesional pero también tiene un proyecto de vida" y "todo ello, pretende negarlo el terrorista".
En este discurso ha enmarcado el ministro la iniciativa del Gobierno español de "traer la voz de las víctimas" a la ONU: "nadie mejor que la víctima, con su voz y ejemplo, para ser parte activa y sujeto en la elaboración de la necesaria contranarrativa que deslegitima la propaganda y falsedad terrorista en España y en cualquier lugar del mundo".
LA EXPERIENCIA ESPAÑOLA
Ha destacado la experiencia española en materia antiterrorista y ha expuesto el modelo español de protección y apoyo a la víctima "basado en una legislación que, justamente, ha sido destacada en Naciones Unidas como modelo de referencia". Entre las medidas adoptadas por el Ejecutivo ha glosado las "iniciativas encaminadas a reconocer a las víctimas y repararlas, a mejorar su inserción laboral y sus derechos laborales y a priorizar su acceso a la vivienda".
También ha citado el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo que tendrá su sede en Vitoria. "Lamentablemente, el terrorismo de ETA aún hoy en día sigue siendo justificado y apoyado por una pequeña parte de la sociedad", ha justificado.
En su discurso ha incluido también uno de los objetivos de la delegación española en esta sesión de las Naciones Unidas y ha reivindicado "el esfuerzo colectivo de la comunidad internacional para la elaboración de un Estatuto internacional de las víctimas, que simbolice la reparación integral que les es debida".
Para ello ha ofrecido el marco jurídico español, "que ya reconoce a éstas como víctimas de violaciones de derechos humanos y desarrolla un estatuto de la víctima". "También nuestra experiencia, pues con las aportaciones de las asociaciones españolas y europeas, pretendemos presentar ante la UE un borrador de Carta Europea de Derechos de las Víctimas del Terrorismo", ha concluido.
DE ERMUA A ANKARA
Tras manifestar su "honor" por haber podido dar voz a las víctimas, el ministro ha citado lugares que han sido víctimas de atentados yihadistas ("París, Ankara, o Túnez hace semanas; Nueva York, Madrid, Beslán o Bali hace ya año") y no ha obviado el terrorismo de ETA: "Bilbao, Ermua, casi todas las localidades del País Vasco o cualquier provincia española durante casi 40 años".
Al término de esta sesión, el ministro ha inaugurado una exposición fotográfica sobre víctimas del terrorismo denominada 'La mirada de la víctima' en la que se muestran fotografías recogidas de los medios de comunicación y agencias internacionales.
Junto al ministro, también ha tomado la palabra durante la sesión la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT), Mari Mar Blanco, hermana del concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA en 1997. Por parte de España también han asistido una víctima del 11-M y un ingeniero español que sufrió un ataque de Al Qaeda cuando trabaja en Egipto.