MADRID 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de la Audiencia Nacional retiró hoy el cargo de terrorismo a Aitor Zubillaga Zurutuza --para el que pedía en un principio 10 años de prisión por su presunta participación en el ataque con cócteles molotov a la vivienda de un 'ertzaina', al que también quemaron su vehículo-- al considerar que el acusado actuó movido por el desamor, en un intento de impresionar a su ex novia que le había abandonado.
Durante el juicio, celebrado hoy en la Audiencia Nacional, la fiscal Susana Landeras mantuvo, no obstante, que Zubillaga sí cometió delitos de daños y tenencia de explosivos y participó en la acción contra el policía autonómico, cometida el 6 de septiembre de 2000 en la localidad guipuzcoana de Legazpi, aunque sus motivos no tuvieran relación con el intento de subvertir el orden constitucional y generar terror en la sociedad si no con el deseo de aparentar ante su antigua pareja que era valiente y decidido.
La fiscal, que redujo su petición de prisión a 4 años y 9 meses, basó sus conclusiones en la existencia de una carta que el acusado dejó bajo la almohada de su ex pareja poco después del ataque contra el ertzaina, una noche en la que, según reconoció Zubillaga ante la sala, acudió a verla con intención de suicidarse.
En la misiva el acusado confesaba a la joven que pertenecía al grupo autodenominado Fuerza Joven de Legazpi ('Legazpiko, Gazte Indarra' o LGI en su denominación en euskera) y había participado en una decena de acciones de 'kale borroka', entre ellas la cometida contra el ertzaina.
Implicaba, además, a dos amigos íntimos de la mujer, al asegurar que le habían acompañado en la comisión de actos de violencia callejera y de amenazas lanzadas contra políticos y sedes del PSE, el PNV y EA.
Durante la vista oral el acusado, que tuvo que ser hospitalizado tras la tentativa de suicidio, reconoció que su intención era aparentar "que era valiente" para así conseguir que su ex novia se arrepintiera de haberle dejado. Su abogada defensora Ainhoa Baglietto llegó a decir que la pretensión de su cliente había sido la de "morir como un héroe" ante la chica.
Los magistrados de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional escucharon también la declaración de la mujer que explicó que la relación no acabó de forma amistosa y su sensación al encontrar la carta y leerla fue que Zubillaga tenía "deseos de venganza".
El acusado destacó además, a preguntas de su abogada, que ahora "ha rehecho su vida". "Tengo dos hijos de cinco años y 20 meses", indicó y agregó que abandonó Legazpi y residía hasta su detención en una pequeña población francesa donde se siente muy integrado.