Grito desesperado de dos padres a España y Rusia para que les permitan ver a sus hijos

Sus exparejas, de nacionalidad rusa, se llevaron a sus hijos y no acceden a un régimen de visitas

   MADRID, 5 Abr. (EUROPA PRESS) -

   Heber S. lleva sin ver a su hijo desde el verano de 2008, cuando su exmujer, de nacionalidad rusa, se lo llevó a su país de origen incumpliendo una prohibición expresa que le impedía sacar al menor de España sin autorización judicial. El niño tenía entonces apenas tres años.

   Una pesadilla similar a la de este padre vive Rafael Reyes. Su expareja, también de nacionalidad rusa, se fue de vacaciones a su país en el verano de 2007 con la hija que tenían en común cuando apenas tenía un año de vida, pero nunca regresó.

   Desde entonces, los dos padres libran una batalla judicial para que las autoridades rusas establezcan al menos un régimen de visitas que les permita volver a ver a sus hijos. Pero hasta la fecha, ninguna gestión ha dado sus frutos, a pesar de que han llevado su caso ante los Ministerios españoles de Justicia y Exteriores, el Defensor del Pueblo y hasta la mismísima Casa del Rey.

   En los dos casos, los padres tienen la guardia y custodia del menor concedida por un juzgado español, por lo que en un principio pidieron el reconocimiento y ejecución de la sentencia española en Rusia, en cumplimiento de los acuerdos que ambos países tienen suscritos en la materia.

   Pero pasados todos estos años en los que sus hijos tienen su vida y entorno establecidos en Rusia, los padres en la actualidad tan sólo están reclamando que les permitan ver a sus hijos bajo el régimen de visitas que se establezca.

GESTIONES DEL GOBIERNO

   El Ministerio de Justicia español ha tramitado "puntualmente" las  solicitudes de visitas que reclaman estos dos padres sobre la base del Convenio de La Haya sobre la Sustracción Internacional de Menores de 1980, en vigor entre España y Rusia desde el 1 de marzo de 2013, informa a Europa Press una portavoz del departamento que dirige Rafael Catalá.

   Además, ha informado en "numerosas ocasiones" a los solicitantes acerca del estado de tramitación de las solicitudes y con respecto a las gestiones que ha realizado al respecto.

   Pero Rusia sigue sin colaborar. En uno de los dos casos, el de Rafael Reyes, las autoridades rusas alegan que no han podido localizar a la madre en la dirección en la que está empadronada.

   "Nos sentimos desprotegidos", reconoce Serrano a Europa Press tras seis años de lucha en los que no ha conseguido avanzar nada. En su caso, y después de haber iniciado todos los trámites correspondientes, pide una gestión "política" para desbloquear su caso.

   España ha propuesto a Rusia la creación de unos grupos de trabajo ad hoc o de una comisión mixta para tratar estos casos mediante la colaboración de diversos Ministerios, especialmente el de Justicia y el de Asuntos Exteriores y de Cooperación, y los departamentos rusos competentes, según reconoce el Ejecutivo en una respuesta parlamentaria al diputado del PSOE Juan Moscoso, que se interesó por este tema.

   En concreto, en febrero pasado el Consulado General de España en Moscú mantuvo una reunión con responsables del Ministerio ruso de Educación, competente en la materia, en la que las autoridades rusas se comprometieron a estudiar de nuevo los expedientes pendientes, han informado a Europa Press fuentes gubernamentales.

MÁS DE 70 CASOS

   Desgraciadamente, estos casos de sustracción de menores no son una excepción ni afectan solo a Rusia. Según datos del Gobierno, en la actualidad las autoridades españolas están haciendo gestiones relacionadas con más de 70 casos.

   Pero no solo hay casos de menores españoles a los que se ha llevado a otro país. También a España han llegado reclamaciones de otros países en relación con menores a los que alguno de sus progenitores ha sacado de otro país y permanecen aquí.

   Desde el Consulado General de Rusia en Madrid han informado a Europa Press de que también ellos están prestando asistencia a algún ciudadano ruso que ha denunciado a sus exparejas por haberse traído de Rusia a España a sus respectivos hijos.