Un informe revela que la ayuda humanitaria mundial experimentó en 2009 "el mayor descenso de la década"
MADRID, 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
La organización no gubernamental Médicos sin Fronteras (MSF) y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) aseguraron este martes que "la enorme, pero caótica, respuesta" mundial al terremoto de Haití de principios de este año, y los consiguientes retrasos en la reconstrucción del país, son un "ejemplo" de la "contaminación política" que caracteriza a la ayuda humanitaria.
Asimismo, aseguraron que a lo largo de 2009, la ayuda humanitaria internacional se ha reducido un 11 por ciento, lo que representa "el mayor descenso de la década", y que este mismo periodo la ayuda humanitaria española se ha consolidado en el ámbito presupuestario a pesar de la crisis, pero persisten limitaciones en materia de coherencia de políticas, toma de decisiones, el establecimiento de prioridades, coordinación entre administraciones, calidad de la ayuda y procesos de evaluación.
"Ni la respuesta al terremoto funcionó como debiera ni la respuesta al cólera está siendo como es debido", declaró el director general de MSF-España, Aitor Zabalgogeazkoa, durante la rueda de prensa celebrada en Madrid para presentar el informe 'La acción humanitaria en 2009-2010: en esas estábamos cuando tembló Haití'.
El informe, elaborado por IECAH con la colaboración de MSF, advierte de que "la enorme, pero caótica, respuesta" al terremoto que sufrió Haití el 12 de enero de 2010 refleja que el llamado "sistema internacional humanitario no está preparado para desastres de esta magnitud" y que "las respuestas más eficaces, por más que algunos medios de comunicación mitificaran el papel de las fuerzas armadas", vienen "de las grandes redes de organizaciones especializadas y con principios claros y de su vinculación con los medios locales".
A juicio del director de MSF, la actuación posterior al terremoto se encontró con varios problemas, entre los que destaca la "falta de liderazgo y soberanía" existente en el país, derivado de la corrupción y de la "desconfianza hacia el Gobierno haitiano a la espera de que se celebrasen las elecciones", y que ha influido en "la falta de respeto y de cooperación entre los distintos actores gubernamentales e internacionales que trabajan en Haití".
Asociado a este problema, las actuaciones sobre Haití se han caracterizado por sus problemas de coordinación, causados tanto por esa falta de liderazgo interno como por el "efecto llamada a la solidaridad" que se produjo tras el seísmo y la consiguiente "'melée' de rugby que se formó a la hora de intentar hacer algo". "En Haití se juntaron 245 ONG sólo para actuar en el sistema de salud", explicó.
En estas circunstancias, precisó Zabalgogeazkoa, "muchísimos programas y muchísimas ayudas prometidas no se han implementado". Debido a la falta de concreción de los programas de reconstrucción, aseguró, "tenemos entre nueve y diez meses de retraso" y por la situación en que se encuentra actualmente Haití "parece que el terremoto fue ayer".
Al respecto, uno de los codirectores de IECAH, Francisco Rey, estimó que la Comisión de Reconstrucción de Haití creada para solucionar la crisis, bajo la dirección del ex presidente norteamericano Bill Clinton, se ha mostrado "absolutamente inadecuada para canalizar los fondos para la reconstrucción", en parte debido a su "desconfianza hacia el Gobierno de Haití". "Si no hay protagonismo local, difícilmente se van a conseguir cambios estructurales y esfuerzos sostenidos en el tiempo", añadió el otro codirector del instituto, Jesús Núñez.
Estos retrasos en la reconstrucción, advirtió Zabalgogeazkoa, están afectando a las actuaciones contra la epidemia que sufre el país, porque "lo que no se ha hecho en agua y saneamiento en nueve meses no se va a hacer ahora para combatir el cólera".
Otro de los factores que están agravando la situación, según Zabalgogeazkoa, es la "falta de transparencia". "Si no somos efectivos, podemos corregir nuestros errores, pero si no somos transparentes, si no somos honestos y claros con los fondos que se ha recibido, será más difícil", admitió. "A punto de cumplirse un año del terremoto, muchas organizaciones van a tener que responder de los fondos que recaudaron", advirtió.
"CONTAMINACIÓN POLÍTICA"
A juicio de Zabalgogeazkoa, lo que sucede en Haití es un reflejo de los "cálculos políticos" que suelen caracterizar a las acciones humanitarias. "En Zimbabue, la ayuda humanitaria se utilizó contra el déspota Robert Mugabe y en Haití los problemas de legitimidad política han afectado a la ayuda humanitaria", aseveró.
Según Jesús Núñez, "Haití es un ejemplo como tantos de una contaminación política que persiste desde tiempo atrás" en las acciones humanitarias internacionales y de la "falta de visión preventiva" a la hora de actuar en las grandes crisis. "La concepción global de la acción humanitaria queda subordinada a otros intereses políticos que pervierten de raíz la propia acción humanitaria", lamentó.
Ejemplo de esa contaminación política, según Zabalgogeazkoa, son los conflictos que por no tener tanta cobertura mediática quedan olvidados en la acción humanitaria, como los de Somalia, Yemen o las regiones tribales de Pakistán, y el "caso paradójico de fricción entre la ayuda humanitaria y la justicia internacional" que se vive en Sudán, donde la actuación del Tribunal Penal Internacional (TPI) contra el presidente Omar al Bashir ha perjudicado al trabajo de las ONG internacionales y, por tanto, ha acabado por ser "perjudicial para la población de Darfur".
EL INFORME
De acuerdo con el informe, la ayuda humanitaria internacional se redujo en 2009 un 11 por ciento, desde los 16.900 millones de dólares de 2008 a los 15.100 millones de dólares del pasado año. Esta cantidad, pese a suponer "el mayor descenso de la década", sigue siendo bastante mayor que la ayuda registrada en años anteriores a la crisis, como 2006 y 2007.
El documento indica que los Gobiernos gastan mucho más en ayuda al desarrollo que hace diez años, pero ese dato no se refleja en una tasa de crecimiento anual continua. "La ayuda humanitaria es más volátil que la ayuda al desarrollo", con aumentos y descensos "bruscos" coincidiendo con crisis concretas, indica el informe.
El hecho de que en 2009 no hubiera "grandes crisis con fuerte impacto mediático" podría explicar el descenso financiero del año pasado, explicó Francisco Rey. Como ejemplo de la incidencia del impacto mediático, precisó, "en 2009, cada haitiano recibió de media en ayuda humanitaria unos 900 dólares, mientras que cada habitante de la República Democrática del Congo sólo obtuvo de media 58 dólares".
ESPAÑA
En lo que respecta a España, la ayuda humanitaria siguió consolidándose en el ámbito económico a pesar de la crisis, con un incremento del 15 por ciento respecto a 2008, desde los 404 a los 465 millones de euros.
Esta cifra ha sido gestionada en su mayor parte por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación (el 30 por ciento por la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo, AECID) y supone alrededor de un diez por ciento de la ayuda oficial al desarrollo (AOD), un dato "positivo", según Rey.
No obstante, a lo largo de 2009 se ha registrado "una importante disminución en los fondos destinados a acción humanitaria desde la cooperación descentralizada", sobre todo la procedente de las comunidades autónomas y las entidades locales.
Otros problemas de la acción humanitaria española, según Rey, son "las limitaciones en materia de coherencia de políticas, criterios de toma de decisiones, establecimiento de prioridades, coordinación entre las diferentes administraciones, mejora de la calidad de la ayuda y los procesos de evaluación".