MADRID 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Alternativas presentó hoy el 'Libro Blanco de seguridad y defensa de la UE', entre cuyas principales conclusiones destaca la necesidad de avanzar hacia una "verdadera" política exterior y de seguridad común durante la próxima década. Esta política guiaría sus instrumentos cívico militares a través de la Política Europea de Seguridad y Defensa.
En esta línea, el documento considera que ambas políticas comunes deben progresar para 2020 hacia la "política común de seguridad y defensa, señalada en el Tratado de Lisboa". Añade el texto que reforzar la convergencia estratégica en seguridad común debe ser la "primera prioridad, más que contentarse con la opción del mínimo denominador común".
Los autores conciben este Libro Blanco como un elemento más dentro de la "revisión estratégica" generalizada a distintos niveles sobre el papel de Europa y sus ambiciones en el nuevo entorno internacional. Dicha revisión debería comprender todas las áreas de la acción exterior de la UE, la cual debe tener "verdaderas ambiciones civiles y militares".
"La Unión, el proyecto político compartido por los países y pueblos de Europa, debe en la siguiente década comportarse cada vez más como un poder, a su propia manera, defendiendo una agenda de valores y sus propios intereses también. La UE debe desarrollar la ambición de convertirse en un proveedor de seguridad moderno, que debe incluir un mayor perfil civil y un genuino elemento militar", plantea el documento.
Este Libro pretende contribuir a fortalecer la posición europea en las cuestiones estratégicas más relevantes y, en última instancia contribuir a la idea de una Unión en el ámbito de la seguridad y defensa se haga realidad.
La propuesta ha sido desarrollada por tres 'think tanks' europeos: Fundación Friedrich Ebert (Alemania), Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (Francia) y Fundación Alternativa. También participó el Instituto de Español de Estudios Estratégicos del Ministerio de Defensa.
"NO HAY UNA VISIÓN COMÚN"
En la presentación del texto en la Fundación Alternativas participó uno de sus autores, el diplomático español Borja Lasheras, quien comparó la política exterior de la UE con una "banda de jazz en la que todos los músicos tocan una melodía que suena coherente aunque no uniforme". Esto es así porque, según dijo, "no hay una visión común de lo que quieren hacer los 27 miembros de la UE juntos y con qué medios".
Explicó que el Libro propone que la UE avance en la convergencia estratégica, y eso implica que tiene que seguir el ejercicio de revisión de la estrategia europea de seguridad en distintos ámbitos de la acción exterior.
Para Lasheras, el Tratado de Lisboa es una "oportunidad porque reconoce que los Estados están obligados a mejorar progresivamente sus capacidades militares para operación de la Unión". Añadió que el documento no propone un ejército europeo, aunque "no se pueden descartar sucesivos escenarios de futuro".
"Si tenemos dos millones de soldados y Estados Unidos 1,5 millones, cómo es posible que Europa sólo sea capaz de desplegar el 30 por ciento. ¿Qué hacen más del 70 por ciento de esos soldados en su día a día?", se preguntó.
A su juicio, la vía es entender que la nueva política común de seguridad y defensa del Tratado de Lisboa "pone obligaciones a todos los Estados miembros de hacer útiles esas capacidades, y además permite que determinados Estados se pongan de acuerdo para llevar a cabo proyectos en conjunto".
INVERTIR MEJOR EN DEFENSA
En esta línea, indicó que no es necesario invertir más en Defensa, sino que se trata de invertir "mejor". Subrayó que los 27 invierten más de 200.000 millones de euros en total -sumando cada país por separado-, una cifra "astronómica" que no se refleja después en los resultados obtenidos. Por eso insistió en que "tiene que haber una inversión racional en los medios en Defensa".
También destacó que el documento apoya la idea de los grupos de combate, consistentes en que determinados países europeos puedan ofrecer una "respuesta rápida a los conflictos con un primer envío de 1.500 soldados, siempre bajo mandado de Naciones Unidas".
Para Lasheras, la UE tiene que tener "más responsabilidad en el sistema de defensa internacional". Consideró que "si la UE quiere ser un actor internacional tiene que ser capaz de garantizar su propia defensa, y abiertos a participar en más marcos internacionales".
Criticó, además, que los compromisos civiles de la UE en misiones sean "lamentables", y apuntó que, por ejemplo, "nunca llegan los policías a Afganistán". "En Afganistán la presencia de la UE es irrisoria, con algo más de 200 personas en todo el país", remarcó.
Por último, destacó que la política de defensa común "no supone renunciar a la defensa nacional", pero puntualizó que "a largo plazo sí supone una racionalización y cierta especialización en lo que cada uno haga mejor".
EJÉRCITO EUROPEO
El vicepresidente de la Fundación Alternativas, Nicolás Sartorius, por su parte, insistió en la idea del ejército europeo por estimar que sería "mucho más barato que tener 27 diferentes". En su opinión, se "se podrían hacer unas Fuerzas Armadas europeas mucho más eficaces y baratas".
"El objetivo es el ejército común, que es la única manera de que la UE sea un actor independiente de los intereses de Estados Unidos. La UE tiene que desarrollar la Industria Europea de la Defensa, de la cual un buen ejemplo es el avión A-400M. Cada país tiene que tener su ejército, se trata de poner capacidades en común", expuso.
Finalmente, argumentó que la crisis griega ha demostrado la necesidad de una política económica común, y "llegará un momento en el que será inevitable también una política exterior común, que acabará con una política de seguridad y defensa común". "Este recorrido es de una lógica aplastante", sentenció.