ZARAGOZA 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario de Estado de Medio Rural y Agua del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM), Josep Puxeu, atribuyó esta tarde el rechazo de los Gobiernos francés y alemán a los cultivos transgénicos a los intereses comerciales de los agricultores de ambos países, al tiempo que resaltó la seguridad de estos cultivos para la alimentación humana.
En un encuentro con los medios de comunicación en Zaragoza, Josep Puxeu indicó que "Francia no tiene cabaña ganadera", por lo que no necesita producir gran cantidad de maíz para alimentar a sus animales de granja. Además, comentó que Alemania produce el suficiente maíz natural para autoabastecerse, mientras que España produce 20 millones de toneladas anuales de maíz, tanto natural como transgénico.
En este sentido, añadió que España debe importar otros nueve millones de toneladas para satisfacer la demanda de los ganaderos, entre los que incluyó a los afiliados a la organización agraria COAG, que convocan, junto con otras entidades, la manifestación nacional que tendrá lugar en Zaragoza el próximo sábado, 18 de abril, contra los transgénicos.
Josep Puxeu señaló que España sigue el criterio de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria y defendió el carácter ecológico de estos organismos genéticamente modificados (OGM), precisamente porque --en el Valle del Ebro-- permiten frenar la plaga del taladro, un insecto conocido por este nombre que ha arrasado numerosos campos de maíz y contra el cual los agricultores han utilizado pesticidas tóxicos, según el secretario de Estado.
Puxeu pidió a la Unión Europea que defina las "reglas del juego" y añadió que los países europeos sólo producen entre el 0,2 y el 0,3 por ciento de la producción mundial de cultivos transgénicos, que ocupa 40 millones de hectáreas y que incluye a países como Argentina o Brasil. Como ejemplo del éxito de los OGM, Puxeu dijo que casi toda la soja que se consume en el mundo tiene este origen.