Seis de cada diez reclaman monumentos a todas las víctimas de la guerra y la dictadura y más de la mitad que se quiten símbolos
MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
La mitad de los españoles cree que los restos de las víctimas de la Guerra Civil que aún permanecen en fosas comunes deberían ser identificados y trasladados a un cementerio y de ellos casi el 84 por ciento considera que su identificación debería correr a cargo del Estado, según se desprende de una encuesta elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) por encargo de la UNED, a la que ha tenido acceso Europa Press.
Este sondeo, que se realizó en 2008, durante el primer año de vigencia de la conocida como Ley de Memoria Histórica y que acaba de ser incluido en el banco de datos del CIS, pone de manifiesto que, entre quienes dicen conocer esa norma (el 62 por ciento de los casi 3.000 españoles consultados), más de la mitad la considera buena o muy buena frente a un 15 por ciento que discrepa.
Cuatro de cada diez encuestados conocedores de la ley opina que la norma era necesaria para saldar la deuda que la democracia tenía con las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo, si bien para un 13 por ciento se ha quedado corta. Por contra, un 27 por ciento sostiene que no es una medida oportuna porque puede "resucitar rencores del pasado".
Sólo uno de cada cinco encuestados piensa que la ley únicamente beneficia a los republicanos, mientras que el 29 por ciento interpreta que los beneficiarios son tanto las víctimas del franquismo como de la guerra, y el 23 por ciento cree que busca compensar a los dos bandos que lucharon en la contienda.
La mitad de los sondeados apuesta por realizar exhumaciones en fosas comunes y de ellos la inmensa mayoría (83,8 por ciento) quiere que sea el Estado el que pague las identificaciones. Sin embargo, para el 11 por ciento la Administración debería limitarse a ayudar económicamente en estas tareas. En el otro extremo, un 26 por ciento prefiere "dejar las cosas como están" y "no hacer nada", y también hay un 14 por ciento que defiende la identificación pero prefiere colocar placas de recuerdo en lugar de trasladar los restos.
RECHAZO A UNA 'COMISIÓN DE LA VERDAD'
Cuando se pregunta a los encuestados sobre la conveniencia de crear una Comisión de Investigación, independiente del Gobierno, para esclarecer las violaciones de Derechos Humanos que tuvieron lugar durante la guerra, casi el 45 por ciento se pronuncia en contra, frente al 39 por ciento que lo hace a favor. Las diferencias son menores si se plantea una investigación en los mismos términos sobre lo ocurrido en el franquismo, ya que ésta sería respaldada por el 40,8 por ciento y la rechazaría el 42,2 por ciento.
Una de las iniciativas que contempla la Ley de Memoria es la retirada de los símbolos que exalten la guerra y el franquismo que aún lucen en lugares públicos, una medida que comparten cinco de cada diez entrevistados y de la que discrepa en torno al 23 por ciento. Además, el 61 por ciento defiende que haya algún monumento dedicado a todas las víctimas de la dictadura y el 70 por ciento que se homenajee de este modo a todas las víctimas de la contienda.
Respecto a la anulación de los juicios políticos que tuvieron lugar durante la dictadura, la mitad de los consultados se muestra partidario de anularlos, un porcentaje similar al de quienes apoyan que se juzgue a las autoridades que violaron los derechos humanos en ese periodo. En el lado opuesto se sitúan el 19 por ciento que rechaza las anulaciones y el 26,7 por ciento que no ve pertinente juzgar a las autoridades de la época.
El 38 por ciento cree que esos juicios no han tenido lugar porque así se pactó en la Transición y el 21 por ciento cree que podrían haber provocado un nuevo conflicto entre españoles. El temor a que ocurriera algo parecido a la guerra civil durante la democracia prácticamente no ha existido para el 80 por ciento. Del 17 por ciento que dice haberlo tenido, el 61 por ciento lo sintió tras el 23-F y un 17 por ciento lo ha experimentado por "la crispación y el desorden de los últimos tiempos".
Piensen lo que piensen sobre la ley, la encuesta revela que el 72 por ciento admite que durante el franquismo las víctimas de la guerra tuvieron un reconocimiento distinto según el bando al que pertenecieron y un 82 por ciento subraya que hoy en día "cualquier acción de reconocimiento debe incluir a todas las víctimas de la contienda". A esto se añade el 55,7 por ciento que afirma que las víctimas de la dictadura no han obtenido el reconocimiento que merecen y el 68 por ciento que es proclive a reconocer también a quienes murieron "en manifestaciones y huelgas" del franquismo.
El 56 por ciento cree que en España no hay miedo a hablar del pasado y, en otra pregunta, un 45 por ciento considera que ya se han "olvidado las divisiones y rencores del pasado". No obstante, hay un 34 por ciento que prefiere que se olvide el pasado porque "si se remueve podría volver a repetirse la Guerra Civil", una opinión que no comparte el 47 por ciento.
EL FRANQUISMO TUVO COSAS BUENAS
Pese a que un 58 por ciento sostiene que el franquismo tuvo "cosas buenas y cosas malas" y que un 35 por ciento asume que en esa etapa "había más orden y paz que ahora", ocho de cada diez reconocen que en esos años se violaron los Derechos Humanos y un 48 por ciento afirma que régimen dictatorial no contribuyó a la "modernización económica" del país. La opinión más dividida emerge al preguntar si uno de los logros del franquismo fue "el mantenimiento de la unidad de España", ya que el 37,6 por ciento se apunta a esa premisa, frente al 39 por ciento que no la comparte.
Una amplia parte de la encuesta persigue analizar la percepción y conocimiento que tienen los ciudadanos sobre la Guerra Civil y la dictadura y los sentimientos que ambos acontecimientos despiertan en ellos. Pensar en lo ocurrido en España entre julio del 36 y abril del 39 genera sobre todo y por este orden tristeza, rabia, incomprensión y miedo, mientras que la rabia y la incomprensión ganan cuando se reflexiona sobre el franquismo.
Aunque el 25 por ciento de los entrevistados aduce que no sabe con qué bando simpatizaba su familia, el 28 por ciento de los que lo recuerdan confiesa que eran republicanos, un 17,6 por ciento eran filonacionales, el 14,6 por ciento dice que su familia estaba dividida y casi el 13 por ciento señala que no iban con ningún bando.
Para el 36 por ciento los dos bandos provocaron el mismo número de muertes durante la guerra, aunque hay un 30 por ciento que culpa más a los nacionales y sólo un 4 por ciento achaca más a los republicanos. Como principales responsables del estallido de la guerra, cuatro de cada diez culpan por igual a derechas e izquierdas, el 30 por ciento mira a las primeras y el 7 por ciento a las segundas.
Entre los mayores de 65 años, el 75 por ciento explica que la guerra no tuvo consecuencias directas para ellos, pero entre el 10 y 20 por ciento sí tienen personas cercanas fallecidas en combate, asesinadas, presas o exiliadas y entre el 55 y el 70 por ciento responsabilizan de ellos al bando franquista.
LA TRANSICIÓN, UN ORGULLO
Para el 42 por ciento, sus ideas políticas actuales no estaban reflejadas en el ideario de ninguno de los dos bandos, el 30 por ciento se identifica con los republicanos y el 9,8 con los nacionales y un aplastante 74 por ciento cree que la Transición es un motivo de "orgullo" para los españoles.
Además, tres de cada cuatro admite que durante su niñez y adolescencia prácticamente no se hablaba en familia en la guerra, y sólo un 22 por ciento lo hacía "mucho o bastante", una cifras similares surgen al preguntar si conversaban sobre el franquismo. A esto se añade que entre el 60 y el 70 por ciento relata que sus profesores no dedicaron atención a estos temas ni en el colegio ni el instituto.