MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
No soportaron la presión. Uno de los padres de los menores víctimas de Álvaro I.G., conocido como 'Nanysex', le propinó este martes un puñetazo en la cara nada más entrar en la Sala que le juzga que le provocó una pequeña brecha, mientras que otra de las madres de los niños se abalanzó contra él en los pasillos de la Audiencia Provincial de Madrid, siendo reducida por varios de los agentes de la Policía Nacional que custodiaban a los acusados.
En la segunda sesión del juicio, a puerta cerrada, contra 'Nanysex' y otros tres acusados de formar parte de una red de pederastas se vivieron momentos de tensión. Apenas minutos después de que Fernando G. entrase en la Sala, a las 11.45 horas, los cuatro acusados salieron escoltados por los agentes. Tras ellos, el progenitor dejaba las dependencias judiciales con aspavientos y visiblemente alterado.
"Se ha liado", señaló a los periodistas el abogado Jesús Garzón, que representa a la Fundación Sandra Palo. La agresión se produjo al tiempo que Fernando entró a la Sala. A piñón fijo, se dirigió directo a Álvaro I.G. y le lanzó un puñetazo en la cara. Éste se refugió bajo sus esposas, lo que le originó una brecha. Tras el receso, una médico forense le asistió, dándole un analgésico y curándole la herida con Betadine. El tribunal modificó la distribución de la sala, colocando delante de los procesados un barrera de policías para evitar más incidentes.
Fernando G. mantuvo una estrecha relación con 'Nanysex', quien se enfrenta a 39 años de prisión por diez delitos de abusos sexuales. En 2003, Álvaro I.G. puso un anuncio en un periódico para subarrendar su piso en Collado Villalba, entrando en contacto con los padres de una de las víctimas. Compartieron piso durante unos meses, periodo en el que el supuesto pederasta se hacía cargo de su hijo, uno de los menores que más vejaciones sufrió, tal y como certifican las fotografías y vídeos que se les incautaron.
El supuesto pederasta reconoció ayer que abusó del hijo de Fernando G. y de otros cuatro niños, de entre 1 y 3 años, valiéndose de su condición de canguro. Además, admitió que grababa en vídeo las vejaciones para difundirlas por Internet e intercambiarlas con el resto de miembros de la red de pederastia. Durante su comparecencia, se ofreció a someterse a la castración química si se demuestra su efectividad.
FRENTE A LOS PRESUNTOS PEDERASTAS
Fernando G. no fue el único que perdió los nervios. Otra de las madres, Jessica L., intentó sin éxito agredir a Álvaro I.G.. Cuando los procesados atravesaron el pasillo para dirigirse a los calabozos, Jessica se abalanzó con las manos en alto contra el acusado. Un agente la redujo para evitar que le golpeara al grito de "tranquila". "Tranquila, no. ¡Qué no sabéis lo que es esto!", le imploró. En el interior de las dependencias, algunas de las afectadas increparon a los procesados con insultos como "malnacidos".
Los padres de los pequeños tuvieron que rememorar la pesadilla vivida cuando conocieron que sus hijos habían sido víctimas de un grupo de pederastas, que les sometían a vejaciones inhumanas. Tras testificar, sus rostros reflejaban el dolor de tener que verse las caras con los procesados. Muchas de las mujeres salieron llorando y recibieron el consuelo de María del Mar Bermúdez, la madre de Sandra Palo, la joven brutalmente asesinada en mayo de 2003 a manos de tres menores y un adulto.
Una de las testigos señaló al tribunal que en una ocasión encontró "gotas de sangre" en el pañal de su hijo, mientras que otra contó que su niño presentaba sus zonas íntimas enrojecidas, según informó a los periodistas el abogado Manuel Maza Ruiz, que ejerce como acusación particular. Según Maza, las madres de los niños que tenían mayor edad han notado en sus hijos "un cambio" en su actitud, como si hubieran "perdido la inocencia" que rodea a los niños.
"LA PUNTA DEL ICEBERG"
En la sesión compareció el instructor de la 'Operación Kova' que desarticuló la red. El agente explicó que los hechos que se juzgan son "la punta del iceberg" de lo que puede haber detrás de los acusados y que 'Nanysex' era considerado un "ídolo" en el mundo de los pederastas por la calidad de las imágenes de pornografía infantil que difundía. Su clave era reconocida por otros pederastas que operaban en otras comunidades, como en Valencia.
Según su testimonio, los integrantes de la red actuaban intercambiándose archivos entre ellos para protegerse. Su avaricia por obtener más material pornográfico de menores llevó a la Policía a dar con ellos. Uno de los miembros de "la comunidad" se saltó el círculo para entrar en contacto con otro pederasta, siendo rastreado por la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía.
Por otro lado, el propietario de la tienda de informática PC Tunning, donde trabajaba 'Nanysex', declaró por videoconferencia para explicar por qué no denunció los hechos tras encontrar en 2003 una cinta en la que se veía a Álvaro abusando de uno de los pequeños. Maza explicó a los medios que 'Nanysex' aseguró ayer que el jefe del local le chantajeó con acudir a la Policía si no le daba cierta cantidad de dinero.
Esta versión chocó con la de José Caballero Castaño, quien adujo que no entregó la cinta para "proteger" a los menores. Maza adelantó a los medios que solicitará al tribunal que libre testimonio contra este testigo por un presunto delito de encubrimiento, dado que ocultó la cinta desde 2003 hasta 2005.