El político relata sus condiciones de vida en prisión en una carta remitida al dirigente 'popular' Pablo Casado
MADRID, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
El preso venezolano Yon Goicoechea --que tiene también nacionalidad española-- ha denunciado que, tras su detención, pasó 10 días "enterrado vivo" en una celda de castigo en la que había "comida con gusanos y ropa con excrementos" de otros presos anteriores. Además, asegura que presencia "torturas con electricidad y otros mecanismos dos o tres veces por semana".
Goicoechea ha relatado su reclusión en el "Helicoide" --la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional-- en una carta dirigida al vicesecretario general de Comunicación del PP, Pablo Casado, que a su vez la ha difundido a través de su cuenta de Twitter.
El dirigente 'popular' ya desveló el lunes que mantuvo un encuentro con la mujer del preso, Rosaura Valentini, que fue quien le entregó el escrito de Goicoechea, que cumple ya su octavo mes de encarcelamiento pese a contar con la orden judicial de libertad.
El político venezolano, militante en el partido del líder opositor Leopoldo López --también preso-- asegura en la carta que en su detención existieron "violaciones al debido proceso". Para empezar porque, según dice, fue interceptado por "cerca de 14 vehículos sin ninguna identificación policial".
De ellos, relata Goicoechea, "bajaron entre 25 y 30 policías encubiertos portando armas largas", para después cubrirle la cabeza con una chaqueta e inmovilizarle los brazos con cinta plástica, haciendo lo mismo con su escolta.
Fue entonces cuando le trasladaron a la sede del SEBIN, un lugar sobre, según dice, "lo que se pueda imaginar siempre quedará corto". "La miseria y la maldad que respiramos en estos calabozos es sencillamente indescriptible", denuncia.
A su llegada, fue internado en una celda de castigo, "sin ventilación natural, sin aseo" y cuya reja de entrada "fue totalmente bloqueada con bolsas negras de basura. "Si extendía los brazos podía tocar ambas paredes. Había comida con gusanos y ropa con excrementos de algún preso previo. La sensación es lo más parecido al ser enterrado vivo", relata.
El hispano-venezolano denuncia sus condiciones: duerme desde hace 8 meses en el suelo, compartiendo un único aseo con cientos de personas. Además, no se le permiten llamadas (al menos "oficialmente") y presencia "torturas con electricidad y otros mecanismos de dos a tres veces por semana".
Por todo ello, el preso ha pedido a Casado que le ayude a "lograr el apoyo de España". "Para mí, que ustedes me tiendan la mano es como si mis abuelos lo hicieran desde el cielo", subraya, refiriéndose a sus parientes, nacidos en el País Vasco y las Islas Canarias.
"Por lo demás estoy bien. Estoy sano, hago ejercicios, leo y escribo a diario. Voy a resistir todo lo que haga falta", asegura, para dejar claro que no se arrepiente de "defender lo que es justo".
Goicoechea está convencido de que "su causa y su cárcel tienen un sentido", ya que su "sacrificio y el de tantos otros está contribuyendo", concluye, "a que no haya mas venezolanos que nazcan en dictadura".