MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
El juez Javier Gómez Bermúdez ha acordado prisión provisional, comunicada y sin fianza para siete de los ocho presuntos yihadistas detenidos el viernes. Se les imputa los delitos de integración en organización terrorista, enaltecimiento del terrorismo, difusión pública de consignas terroristas y/o captación, adoctrinamiento, adiestramiento y formación terrorista, según han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
Los detenidos, según el juez, constituyen una célula local de la organización terrorista DAESH (Estado Islamico) dedicada a la propaganda, adoctrinamiento y captación de nuevos militantes para la organización. La Comisaría General de Información y la Brigada Provincial de Información de Barcelona venía inventigándoles desde junio 2014.
El auto del juez describe esta nueva forma de terrorismo de lo que se denomina "yihadismo violento" que surge ante la dificultad con la que se encuentra Al Qaeda para organizar atentados terroristas en Occidente. Así, recurre a jóvenes musulmanes afincados en países occidentales, muchos de ellos incluso poseen la nacionalidad del país donde residen.
Del mismo modo, explica que se les instruye presencialmente o telematicamente, sobre cómo cometer un atentado o les incita a marchar a zonas de Oriente donde se les forma para regresar a Occidente a cometer atentados de fácil realización, "dada la escasa preparación que requieren y la forma de ejecución abierta y flexible donde incluso la huida o salvaguardar la propia vida son aspectos accesorios".
EL "TERROR INFORMATIVO"
El juez también describe la importancia de Internet en este nuevo terrorismo. En concreto, la célula investigada estaba integrada por al menos 10 personas que constituyeron un complejo entramado virtual en la red, mediante la creación de 52 perfiles (en Facebook, Twitter, Google+ y Tuenti) y utilizaba en España la táctica del "terror informativo".
El presunto líder de la célula elaboraba y editaba material audiovisual en apoyo del terrorismo yihadista. Llegó a colgar un vídeo en su página de Internet donde grababa a su hijo pequeño de 2 años respondiendo, a preguntas del padre, que de mayor quería ser "yihadista", al tiempo que identificaba en la pantalla del ordenador al líder del Estado Islamico y le lanzaba besos, también a requerimiento de su padre.
También se le ha incautado un video titulado "entrenamiento del Estado Islamico en España" donde aparece realizando prácticas de artes marciales. Ha reconocido tener un texto con amenazas al Rey y su familia y está constatada una conversación telefónica donde reconoce trabajar para el líder del DAESH.
En este sentido, el magistrado explica que el terror informativo no es solo exhibir material videográfico violento; también es una táctica de guerra recurrente en las organizaciones terroristas yihadistas modernas para sembrar el pánico en las sociedades occidentales.
"ATERRORIZAR A LA SOCIEDAD" COMO OBJETIVO
"Pues su objetivo es aterrorizar al conjunto de la sociedad como medio de desestabilización y neutralización de sus defensas generando en la opinión pública la idea de que toda reacción frente a este tipo de terrorismo conducirá a no estar seguro en ninguna parte del mundo y la posibilidad de ser capturado y asesinado de la forma horrenda en que muestran las imágenes", apunta el texto.
El informe realizado por la policía corrobora cómo ese "terror informativo" practicado por las centrales terroristas es copiado y seguido al dictado por las entidades locales, que siguen la misma táctica hasta alcanzar los resultados marcados.
A través de Internet, el entramado investigado difundía de manera habitual las noticias, imágenes y vídeos de propaganda del DAESH. Una vez seleccionados los candidatos el segundo paso de la célula era entrar en contacto con ellos imbuyendoles de la ideología radical.
Por ultimo, a las personas que llegaban al final del proceso se les ponía en contacto con un miembro del grupo que se encuentra en Turquía y que se encarga de facilitar el paso a Siria para aquellos que deciden colaborar con el grupo terrorista.
Otro aspecto común de todos los miembros de la célula es su difícil situación económica, algunos en situación de desempleo, que subsisten con medios muy precarios, "lo que ha contribuido aun mas a exacerbar su odio hacia la cultura y valores propios de nuestra sociedad", destaca el juez.
A su juicio, esta circunstancia, "unida a su lealtad a la organización terrorista les convierte en personas potencialmente muy peligrosas para la seguridad pública, cuya conducta futura es de todo punto imposible de predecir".