"Las estadísticas son absolutamente favorables", defiende la responsable de Medio Abierto de Instituciones Penitenciarias
MADRID, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
Instituciones Penitenciarias asegura que "no está en cuestión" los permisos penitenciarios tras los últimos quebrantamientos de condena ya que, según los datos que manejan en el organismo dependiente del Ministerio del Interior, tan sólo el 0,37% de los 120.000 permisos autorizados de media al año --sin contar aquí los concedidos durante los fines de semana-- acaban con el interno en paradero desconocido.
"Las estadísticas son absolutamente favorables para la concesión de permisos, el fracaso es ínfimo; no están cuestionados los permisos, que son uno de nuestros mayores valores como instrumento de rehabilitación", explica en una entrevista con Europa Press la subdirectora general de Medio Abierto y de Penas de Instituciones Penitenciarias, Miriam Tapia, que reconoce cierta "sorpresa" por la "alarma" generada por casos ocurridos en las últimas semanas por el quebrantamiento de condenas de presos con delitos por violación y asesinato.
Esta criminóloga con amplio currículum en Instituciones Penitenciarias subraya que el 99,63% de los permisos se desarrollan con normalidad, es decir, con el interno de vuelta al centro penitenciario. De ahí que entienda que es necesario defender su validez, de acuerdo al mandato de la Constitución en lo relativo a la finalidad reinsertadora de las penas.
Tapia defiende que la ley penitenciaria española se asimila a los países nórdicos, llegando a arrojar mejores cifras globales en los tratamientos en prisión. Además, recuerda que los permisos de hasta 36 días al año están supeditados a un informe preceptivo individualizado que pasa por la junta de tratamiento y valida el juez de vigilancia penitenciaria.
"Los requisitos están tasados en la ley: no se conceden a internos preventivos o con clasificación en primer grado, tienen que haber cumplido como mínimo una cuarta parte de la condena y que no se observe una mala conducta dentro del centro penitenciario", añade la subdirectora, que aprovecha para "poner en valor el trabajo de los penitenciarios" y su actualización continua para hacer frente a condenas por delitos como el de violencia de género o medioambientales.
REFORZAR CONTROLES CON MEDIOS TELEMÁTICOS
Miriam Tapia da la "bienvenida" a cualquier tipo de medio que ayude al control de los presos con permisos al ser preguntada sobre si procede que los internos con delitos especialmente graves estén permanentemente localizados en el medio abierto.
"Bienvenidos sean los medios telemáticos que puedan contribuir al control", explica esta subdirectora del equipo que encabeza el ministro Fernando Grande-Marlaska. Aclara que en el medio abierto se dispone de controles no sólo para que el penado regresa al centro, sino para que "la institución vaya a su entorno social, laboral o familiar preservando siempre la confidencialidad".
Por ejemplo habla de los controles que se establecen para detectar que los internos con problemas con las drogas no han consumido sustancias que contravengan su tratamiento en prisión. En el expediente del preso condenado por matar a su familia que quebrantó el permiso de la cárcel de Pereiro (Ourense) cuando le restaban por cumplir tres de los 25 años de condena figuraba que tenía problemas con el alcohol desde los seis años. "Aún así pasó todos los controles y seguimos sin saber qué ha pasado; lo mismo ha ocurrido alguna fatalidad", explica.
En este punto reflexiona sobre la participación "muy sistematizada y profesional" de los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado que se encargan de los traslados y custodias como la del preso Benito Ortiz, que se fugó --esté sí fue una fuga y no quebrantamiento estando de permiso-- de la cárcel de Zuera cuando regresaba en ambulancia de un centro médico bajo la supervisión de un coche de la Guardia Civil.
La subdirectora recuerda, como en otros casos, que permanece abierta una información reservada y que se está a la espere de los resultados que arroje. Subraya que en general la idea es corregir "posibles excesos de confianza" o evitar, como se investiga en el reo de Zuera, que cuenten con ayuda exterior para ejecutar su plan de fuga.
"Hay que asumir el riesgo una vez estudiadas y descartadas las variables porque nuestra obligación es la rehabilitación", insiste Miriam Tapia a modo de resumen.