El Rey prometió en su discurso de proclamación ser un referente de ejemplaridad
MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
El Rey Felipe VI ha decidido retirarle el título de duquesa de Palma a su hermana la Infanta Cristina seis meses después de que el juez José Castro decidiera sentarla en el banquillo para juzgarla como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales cometidos presuntamente por su marido, Iñaki Urdangarin, implicado en un presunto caso de malversación de fondos públicos relacionado con los contratos millonarios que firmó con las Administraciones balear y valenciana.
La decisión, que publicará hoy el Boletín Oficial del Estado (BOE) en forma de real decreto, consiste específicamente en prohibir a la Infanta que haga uso de ese título, que le concedió su padre, el Rey Juan Carlos, con motivo de su enlace matrimonial con Urdangarin en 1997. Solo el Rey -en la actualidad Felipe VI-- poseía la capacidad de retirarle ese título nobiliario.
La Casa del Rey ha anunciado este jueves la decisión, que llega apenas una semana antes de que el reinado de Felipe VI cumpla su primer aniversario. En su discurso de proclamación, Felipe VI se comprometió a hacer más ejemplar a la institución porque así lo demandan "con razón" los ciudadanos.
"Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda la razón que los principios morales y éticos inspiren -y la ejemplaridad presida- nuestra vida pública. Y el Rey, a la cabeza del Estado, tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de todos los ciudadanos", dijo en aquella mañana del 19 de junio de 2014 el nuevo monarca ante las Cortes.
La retirada del título a la Infanta Cristina se produce en un momento en que el 'caso Nóos', cuya fase de instrucción, ya cerrada, llevó tres años de investigación, atraviesa en la actualidad una fase intermedia antes de que se inicie el juicio, pendiente de fecha.
El último movimiento ocurrido en este proceso ha sido la decisión de la Infanta Cristina de recurrir esta misma semana el auto del juez José Castro por el que el magistrado rechazaba rebajarle la fianza de 2,7 millones de euros le impuso en diciembre pasado, cuando abrió juicio oral contra ella. La Infanta Cristina solicitaba que se le rebajase a 449.500 euros esa fianza, que hasta el momento no ha depositado.
Felipe VI comunicó esta misma tarde a su hermana la decisión de retirarle el título, minutos antes de que la Casa del Rey hiciera público el anuncio, han informado a Europa Press fuentes solventes. Se trata de una decisión que compete en exclusiva al monarca, a diferencia de una hipotética renuncia de la Infanta a sus derechos dinásticos, movimiento que solo puede venir de ella, aunque se trate de un gesto que le ha pedido hasta su padre, el Rey Juan Carlos, a través de intermediarios, según desvelaba hace meses el periodista Fernando Ónega en su libro 'Juan Carlos I, el hombre que pudo reinar'. Hasta la fecha, la Infanta Cristina no ha dado muestras de estar dispuesta a dar ese paso.
DISTANCIAMIENTO PROGRESIVO DE LA INFANTA
A lo largo de estos más de tres años en los que el 'caso Nóos' ha supuesto un "martirio" para la institución -como lo definió en su día el anterior jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno-- lo cierto es que la institución se ha ido apartando progresivamente de la Infanta Cristina.
La primera consecuencia del estallido en noviembre de 2011 del escándalo en torno a los negocios presuntamente irregulares de Urdangarin fue la desaparición de los duques de Palma de los actos oficiales de la Familia Real. Oficialmente solo se anunció que Urdangarin quedaba apartado de la agenda por su comportamiento "no ejemplar", pero desde ese mismo momento la Infanta Cristina también quedó apartada de facto de los actos oficiales, si bien se dejó ver con su familia cada vez que su padre fue ingresado en el hospital para sus diversas operaciones.
El goteo de revelaciones en la prensa relacionadas con los negocios del duque obligaron a Zarzuela a borrar a Urdangarin de la web oficial de la Casa Real, en un nuevo paso por marcar distancias con él. Su mujer, en cambio, mantuvo un perfil propio en la página web de la institución hasta la proclamación de su hermano como monarca, el pasado 19 de junio.
Mientras Don Juan Carlos se mantuvo al frente de la Corona, a lo largo de toda la investigación del caso Nóos, Zarzuela marcó diferencias claras entre Urdangarin y la Infanta, en torno a la cual cerró filas. Don Juan Carlos se implicó en la defensa de su hija, con la que consensuó la elección de sus abogados: el exsecretario general de Convergencia Democrática de Cataluña Miguel Roca, amigo del monarca desde los tiempos de la Transición, a quien apoya el abogado penalista Jesús María Silva.
Este cierre de filas en torno a la Infanta quedó patente en abril de 2013, cuando la Casa Real reaccionó de manera bastante inusual tras conocer la decisión del juez Castro de citar a declarar a la Infanta Cristina como imputada por vez primera.
A través de una declaración leída por un portavoz de la institución, Zarzuela expresó su "sorpresa" por el "cambio de posición" del magistrado, que en un auto anterior había rechazado imputar a la Infanta, y manifestó su "absoluta conformidad" con la decisión de la Fiscalía Anticorrupción de recurrir el auto, además de reconocer su malestar por haber conocido la noticia a través de la prensa.
La llegada al trono de Felipe VI supuso, además de la salida de la Infanta Cristina -al igual que la Infanta Elena-- de la Familia Real, un cambio en la reacción de la institución respecto del 'caso Nóos'.
Cuando el juez Castro decidió el 25 de junio pasado mantener la imputación contra la Infanta por presunto blanqueo de capitales y como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales supuestamente cometidos por su marido, la Casa del Rey -dirigida por Felipe VI-- expresó su "pleno respeto a la independencia del poder judicial". Era la primera vez que la Casa del Rey se refería a la "independencia" del poder judicial en una reacción oficial a la actuación del juez Castro.
Aunque la Infanta Cristina ya no es miembro de la Familia Real desde la proclamación de su hermano como monarca, con la decisión de retirarle el título de duquesa de Palma Felipe VI va un paso más allá en la voluntad de marcar distancias con ella, al menos en el plano institucional.