Sindicatos de prisiones dicen que ha sido difícil razonar el tercer grado de Nuñez al resto de presos

Actualizado: miércoles, 24 diciembre 2014 17:37

BARCELONA 24 Dic. (EUROPA PRESS) -

La central Sindical Independiente de Funcionarios de Prisiones ha lamentado este miércoles la facilidad con la que constructor y expresidente del FC Barcelona Josep Lluís Núñez Clemente y su hijo han conseguido el régimen de tercer grado para pasar las fiestas en su casa, y la han contrastado con la dificultad que han tenido los funcionarios de prisiones para razonar "la concesión exprés" de esta decisión tomada por la Dirección General de Servicios Penitenciarios.

En un comunicado que lleva por título 'Prisión a la Carta', recuerdan que padre e hijo no podrán disfrutar del menú especial de Nochebuena de la cárcel como tampoco lo harán el resto de presos, ya que los recortes han sustituido la cena navideña por pizza.

De acuerdo a las condiciones de esta calificación, ambos podrán dormir en su casa los fines de semana y festivos de Navidad, pero deberán hacerlo en prisión los días lectivos.

El sindicato recuerda sólo han pasado cinco semanas en la cárcel de Cuatro Caminos, "que pasaron separados del resto de presidiarios ubicados en la Departamento de Medidas de Seguridad", un módulo pensado para personas que necesitan especial protección por su cargo como magistrados o miembros de los cuerpos de seguridad.

"Incluso se ha permitido que entrara un coche privado en el perímetro de seguridad y fuera a recogerlo a la misma puerta de la prisión", hecho que, han recordado, vulnera los protocolos de seguridad.

El constructor ingresó en prisión el 16 de noviembre tras ser condenado a dos años y dos meses por el caso Hacienda, una trama de sobornos a altos cargos de la Agencia Tributaria para eludir impuestos.

DIFERENCIAS ENTRE REOS

Los funcionarios han explicado cuánto les ha constado hacer entender este tercer grado a presos "cuyo comportamiento es impecable y que tienen un buen pronóstico de reinserción" y que, en cambio, llevan al menos un tercio de su condena cumplida esperando que el departamento les conceda el régimen de semilibertad.

"Los trabajadores sólo podemos poner cara de circunstancias ante este trato discriminatorio", han criticado.

Además, han recordado al departamento que les hubiera gustado la misma diligencia en reponerles los uniformes, renovación que llevan esperando seis años.