MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) - La preocupación por la inmigración experimentó un repunte en marzo y también creció la inquietud por el desempleo, que continúa liderando la relación de problemas nacionales, y por la clase política, según refleja el Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), correspondiente al mes pasado y que se ha hecho público este lunes. El aumento de la inquietud por la inmigración, que sube tres puntos respecto a febrero al pasar del 2,1 al 5,1 por ciento de menciones, ha coincidido con la polémica que sucedió a la muerte de 15 inmigrantes frente a la playa de El Tarajal (Ceuta), el 6 de febrero, y con los nuevos saltos a la valla fronteriza en Melilla. Con ese repunte, la inmigración se coloca como octavo problema y en su nivel de junio de 2012, pero su porcentaje no tiene nada que ver con su cifra récord de septiembre de 2006, cuando este fenómeno era el primer problema nacional con un 59,2 por ciento de menciones. El barómetro, que tiene un margen de error de más/menos 2 por ciento, se basa en un total de 2.470 entrevistas personales y domiciliarias realizadas en 241 municipios de 51 provincias entre el 1 y 11 de marzo. En esos días, además de colear la polémica por lo sucedido en Ceuta y la entrada de inmigrantes por Melilla, se publicaron la cifras del paro registrado del mes anterior, que fue el primer febrero desde 2007 en el que descendió el desempleo, pese a que España continuaba con 4,8 millones de personas sin trabajo. BAJA LA CORRUPCIÓN, SUBE LA CLASE POLÍTICA Precisamente, la lista de problemas nacionales sigue liderada por el desempleo, que es citado como una preocupación en el 82,3 por ciento de los cuestionarios, 1,2 puntos más que en el mes anterior. El segundo puesto es, de nuevo, para la corrupción y el fraude que, con un 41 por ciento de alusiones, baja 3,2 puntos respecto a febrero, y le siguen, como tercer problema, los de índole económica, con un 28,2 por ciento. La clase política en general continúa aferrada al cuarto puesto de la tabla en el que ya lleva más de un año. En marzo los españoles que la citan como un problema han subido casi dos puntos situándose en el 26 por ciento. La preocupación por el Gobierno y los partidos continúa en torno al 3 por ciento de menciones. La tabla se completa, en este orden, con la sanidad (10,2%), educación (8,7%), los problemas sociales (7,4%) y, en el ya mencionado octavo puesto, la inmigración (5,1%). Más abajo aún figuran los recortes (3,5%), los bancos (2,2%) o los desahucios (1,5%). La relación de problemas personales también la encabeza el paro que roza el 50 por ciento, seguido con un 27 por ciento de los problemas económicos, la corrupción (13%), la sanidad (10,9%) y la clase política (10%). LOS QUE TRABAJAN, MÁS OPTIMISTAS El CIS también pregunta a los entrevistados sobre sus perspectivas personales en el plano laboral y refleja un incremento del porcentaje de parados que ven "poco" o "nada" probable colocarse en los próximos doce meses, que pasan de un 57 por ciento en febrero a un 61,1 por ciento en marzo. En paralelo, también son menos los que esperan encontrar un puesto de trabajo en ese periodo que se sitúan en un 31,2 por ciento frente al 33,8 por ciento del mes anterior. Entre el 40 por ciento de los consultados que aún trabaja, 14,2 por ciento no tiene miedo de dejar de hacerlo, un punto menos que en febrero, y también sube, en este caso más de dos puntos hasta el 76,45 por ciento, el porcentaje de los que creen que no se quedarán en paro en el próximo año. Respecto a la situación económica en general se percibe algo más de optimismo. Aunque sólo el 1,3 por ciento la define como "buena" o "muy buena" y el 84,5 por ciento la considera "mala" o "muy mala", este último porcentaje es 2,5 puntos menor que en febrero. A un año vista, suben 1,6 puntos los que confían en que mejore, que ya son el 21,1 por ciento, y bajan cinco puntos los que creen que irá a peor (28,6 por ciento). El 55,7% afirma que seguirá igual. También mejora un poco la percepción de la situación política, aunque es "mala" o "muy mala" para el 79,7 por ciento (frente al 82,2 de febrero) y sólo la juzga positivamente el 1,2 por ciento. El 25,2 por ciento augura que dentro de un año será peor (un mes antes eran el 30,7 por ciento), y también son más los que creen lo contrario (10,3% frente al 8,9%). Por su parte, el 53,2 por ciento no pronostica cambios.