Aclara que las diputaciones se revisarán, no se suprimirán, y el líder del PPdeG le replica que "primero coordine" al bipartito
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 22 Feb. (EUROPA PRESS) -
El titular de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, exigió hoy al presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, que ejerza su "autonomía plena" ante la dirección nacional de su partido y permita poner en marcha "de una vez" la reforma del Estatuto de Galicia.
En su intervención en la sesión de control al Gobierno en el Parlamento, Touriño aprovechó la pregunta del líder de la oposición, en la que le interpelaba sobre el futuro de las diputaciones, para recriminar a Feijóo que todas las reformas modernizadoras que se plantean "lo cojan siempre que con el pie cambiado".
El mandatario criticó que los populares cuestionasen la intención del bipartito de revisar el actual funcionamiento de las instituciones provinciales y aclaró que su Gobierno no prevé suprimirlas, sino "coordinarlas" con el objetivo de reconducir su "estrepitoso fracaso".
Por ello, lamentó que "cada vez que se propone una reforma", el líder de la oposición se quede "descolocado", especialmente en el caso de la mejora del Estatuto de 1981, en la que denunció que Feijóo "se desenvuelva con dificultad, a la defensiva y poniendo obstáculos cada día". "Le pido determinación para ejercer el compromiso con el país y poner en marcha de una vez la reforma", indicó al responsable popular.
"MILONGAS"
Así, exigió "con toda claridad" a Feijóo que "se deje de milongas" porque "lo que hay aquí es una propuesta de modernización" que, en el caso de las diputaciones, "no responde a una pataleta". Según explicó, el planteamiento aspira a cumplir con un objetivo incluido en el acuerdo de Gobierno de PSdeG y BNG, en el que se apuesta por que la Xunta "coordine las diputaciones mediante una ley de coordinación y un Plan Único de Obras".
En consecuencia, recalcó que la intención es "modernizar y poner al día" el papel de las instituciones provinciales, de las que detectó que, "hasta ahora, no desempeñaron un papel adecuado, porque no contribuyeron al equilibrio", sino a la "asfixia financiera y la dependencia clientelar" de los ayuntamientos.
Así, se preguntó "cómo se puede entender" que un tercio del presupuesto de estos entes se dedique a subvenciones o que las modificaciones de crédito alcancen el 80 por ciento y censuró especialmente la actuación de la Diputación de Ourense y de la de Lugo, dos de las tres gobernadas por el PP. "Se trata de revertir el modelo y, en vez de que los ayuntamientos estén al servicio de las diputaciones, que las diputaciones estén al servicio de los ayuntamientos", concluyó.
RÉPLICA
Por su parte, Núñez Feijóo advirtió al presidente de la Xunta de que "para decirle a las diputaciones que deben coordinarse mejor, antes debería coordinar a su gobierno". En este sentido, le recordó que su socio en la Xunta, el BNG, aplaudió la posibilidad de suprimir estas administraciones, sugerida por el conselleiro de Presidencia, José Luis Méndez Romeu, en un pleno de la Cámara.
Para el líder de la oposición, Touriño "carece de legitimidad" para demandar organización a ningún ente mientras, "como mínimo, su Gobierno no tenga una postura única" en cuestiones como la continuidad de las diputaciones, la reforma estatutaria o del sistema de financiación.
"Cuando lo haga, dígale a Moreda --presidente de la Diputación de A Coruña, gobernada por PSdeG y BNG-- que tiene una institución clientelar", reprochó a Touriño, a quien recriminó también que cuando recientemente recibió a los cuatro responsables provinciales "no les dijese que tienen una política clientelar o que fomentan la asfixia'".
PROPUESTA DE TODO EL GOBIERNO
Además, exigió al presidente que enuncie una "propuesta oficial de la totalidad del gobierno" y ironizó con la "perfecta comunicación interna" del bipartito, después de que los nacionalistas abogasen por la supresión de las diputaciones y el secretario de Organización del PSdeG y conselleiro de Traballo, Ricardo Varela, anunciase que los socialistas aspiran a gobernar en tres de las cuatro existentes tras las municipales de 2007.
Por último, el líder de la oposición aprovechó para cuestionar si cuando en una institución se plantean disfunciones se debe proponer su supresión o bien "cómo se gobierna". "Si la Xunta fuese una institución clientelar, yo no les diría que hay que eliminarla", concluyó.
FINANCIACIÓN
Por otra parte, el presidente de la Xunta se refirió a la reforma de la financiación autonómica, en respuesta al portavoz parlamentario del BNG, Carlos Aymerich, y aclaró que hay un marco "multilateral" para definir el sistema en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF); y uno "bilateral", en el que Galicia debe negociar con el Estado la reforma estatutaria. "Jugamos en varios campos", declaró.
No obstante, recordó que en las bases programáticas del acuerdo de Gobierno ya demandan a Madrid un 8 por ciento de la inversión anual del Plan Estratégico de Infraestructuras y Transporte (PEIT) para "superar el déficit histórico". "Somos, probablemente, los únicos de toda España que tenemos esta apuesta por escrito en un programa", añadió.
Además, reivindicó que "se está consiguiendo" y abogó por defender en el CPFF que se tengan en cuenta las necesidades específicas de la comunidad, como el envejecimiento y las dispersión, frente al criterio exclusivo del PIB que reclama Cataluña y que "no es justo" para Galicia.
Así, confirmó que la apuesta de Galicia en el CPFF pasa por garantizar la equidad del sistema y la igualdad en la prestación de los servicios públicos, una mayor corresponsabilidad fiscal, el incremento del fondo de suficiencia, y la revisión del Fondo de Compensación Interterritorial.
SISTEMA PROPIO PARA GALICIA
Por su parte, Carlos Aymerich compartió que el sistema pactado entre el Gobierno y Cataluña "no sirve" a Galicia, puesto que no cubriría más que el 70 por ciento de su financiación, y abogó por una sistema de responsabilidad fiscal propio, "sin renunciar a mecanismos de reequilibrio".
Así, abogó por negociar "multilateralmente" que se atienda a los condicionamientos de la comunidad, como el envejecimiento o la dispersión poblacional; y que en el ámbito bilateral, el del nuevo Estatuto, se fijen las necesidades de la comunidad para saldar "la deuda histórica, que ya nadie niega".
Por último, consideró que "hay espacio para el acuerdo" e instó a las fuerzas políticas a "dejar aparte los egoísmos" para "poner los intereses de Galicia por delante y priorizar la resolución de los problemas de los gallegos".