Apuesta por estimular a los países que han anunciado reformas importantes, como Marruecos
MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Alianza de Civilizaciones permitió a España apoyar a la oposición tunecina al régimen de Zine el Abidine Ben Ali años antes de la caída de éste, según ha puesto en valor este martes el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
En la sesión de control al Gobierno en el Senado, Zapatero ha vinculado este gesto, unido a la ausencia de grandes intereses económicos en el pequeño país magrebí, al hecho de que él fuera el primer jefe del Gobierno europeo (y occidental también) en viajar a Túnez tras la salida de Ben Ali, algo que no fue "casualidad".
El presidente se ha pronunciado así en respuesta a una pregunta del senador del PNV Iñaki Anasagasti, que le ha echado en cara que la Alianza de Civilizaciones, proyecto que Zapatero patrocinó junto al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, "no casa bien" con la operación militar en Libia en la que España participa.
Anasagasti ha recordado que España "tradicionalmente se ha llevado muy bien con los autócratas" del mundo árabe para "proteger sus intereses económicos, cortar las posibles oleadas de inmigrantes y para evitar amenazas contra la seguridad".
Ha considerado que el Gobierno "necesita definir sus objetivos estratégicos generales y sus prioridades de política exterior más alla de las necesidades comerciales" no sólo en el Magreb y Oriente Medio, "también en América y Venezuela".
Y esa política, ha añadido, tendrá que incluir "la defensa de principios valientes de democracia y no sólo poner en marcha iniciativas desteñidas que ayuden a tranquilizar conciencias como la Alianza de Civilizaciones".
Y la democracia, ha continuado, "no puede tolerar" la existencia de "un rey empresario muy corrupto", en alusión a Mohamed VI de Marruecos, que ha hecho un anuncio de reformas que la gente en la calle no considera suficiente.
Anasagasti también ha acusado a España y a la UE de no haber movido "nunca un dedo para animar a Ben Ali a que flexibilizara su régimen".
Es ahí cuando Zapatero ha echado en cara a Anasagasti estar mal informado, porque él nombró a un prestigioso pensador político y opositor a Ben Ali, Mohamed Charfi, como uno de los sabios del grupo que permitió poner en marcha el proyecto de la Alianza de las Civilizaciones.
Esa decisión, ha relatado el presidente, "molestó mucho a Ben Ali". La mujer de Charfi, Fauzia, quien formó parte del Gobierno provisional de transición, se entrevistó con Zapatero durante la visita de éste al país el pasado 2 de marzo y le agradeció personalmente el "reconocimiento y apoyo" que dio a su marido nombrándole miembro de ese grupo de sabios, lo que supuso "un respaldo a la oposición democrática de Túnez".
POSICIÓN "ACTIVA" DE ESPAÑA
Zapatero ha defendido la posición "activa" adoptada por España de "apoyo" a quienes están protagonizando los cambios democráticos en el mundo árabe y de "estímulo" a los países que han anunciado reformas y entre los que citó a Marruecos, cuyo "importantísimo plan" avanzado por el rey el Gobierno de España "saluda".
El presidente, que pidió a Anasagasti ser "respetuoso" con Mohamed VI, ha indicado que el Gobierno español "espera un Marruecos democrático de transición que siga las reformas democráticas" como en su día los españoles consiguieron avances democráticos en este país "con la colaboración de todos".
Tras el debate y una vez en el pasillo, Zapatero ha parado a Anasagasti para precisarle que España sí ha ayudado a Túnez, a lo que el senador peneuvista ha respondido que él no tiene por qué saberlo si el presidente no informa de lo que ha hecho, según explicó a Europa Press el propio senador del PNV.
Unos minutos después, el jefe del Ejecutivo fue preguntado por los periodistas acerca de esa breve conversación y Zapatero respondió que le había dicho lo mismo que le había contado en el Pleno de la Cámara sobre Túnez. Al ser cuestionado por el gesto que había hecho el senador, que parecía estar enfadado, Zapatero zanjó el asunto asegurando que ambos se llevan bien.