La especialista afirma que, si se cierran centrales, "los políticos tendrán que desarrollar estrategias más agresivas en renovables"
PAMPLONA, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
Melissa Powers, experta en Derecho Ambiental de la Lewis & Clark Law School, ha afirmado que "el debate sobre la energía nuclear es más político que legal o de seguridad" y ha señalado que "no está claro que los acontecimientos de Japón vayan a cambiar la opinión en torno a la energía nuclear".
La especialista estadounidense, que imparte esta semana un curso sobre cambio climático en la Universidad de Navarra, señala que a pesar de ello, es probable que la crisis de Japón, causada tras el seísmo y el tsunami, lleve a reformar algunas cuestiones relacionadas con las plantas nucleares.
Según informa la Universidad de Navarra en un comunicado, Melissa Powers ha señalado que es posible que la situación en Japón provoque cambios en el sector energético ya que "en muchas partes del mundo se ha visto la energía nuclear como una forma de responder al cambio climático".
Teniendo en cuenta que el coste aproximado de la construcción de una planta nuclear está entre los 8 y 5 billones de dólares, sin contar con los costes asociados al manejo de combustibles usados y a los daños medioambientales y humanos, "la situación de Fukushima puede provocar un aumento de los precios y llevar a reconsiderar la viabilidad económica de esta energía", ha indicado.
De este modo, ha agregado que "si un aumento de las medidas de seguridad en las centrales nucleares provoca el cierre de plantas, los políticos tendrán que desarrollar estrategias más agresivas y globales para producir energía renovable".
Además, ha planteado que, como consecuencia de esta crisis, "puede que se obligue a cerrar plantas nucleares antiguas situadas en lugares de actividad sísmica". "Al igual que en el país nipón, muchas plantas nucleares están situadas cerca de fallas geológicas, en zonas costeras o áreas propensas a inundaciones", ha apuntado.
Según ha manifestado, esto supone un riesgo, ya que las centrales requieren electricidad para mantener el agua fría y evitar un recalentamiento de los materiales nucleares. "Así, cuando el tsunami estropeó el tejido eléctrico los generadores fallaron y las plantas dejaron de tener acceso a ese agua, lo que contribuyó a los problema de los reactores".
Por otra parte, Melissa Powers asegura que la crisis de Japón puede forzar a los legisladores a tener en cuenta los riesgos del almacenamiento de combustible. "Para muchos expertos el mayor riesgo de la planta japonesa es el almacenamiento de esos combustibles, que normalmente se mantienen en piscinas de agua fría. En este caso, han sido descubiertos y por ello, se han comenzado a calentar, provocando la radiación. El desastre radiactivo de Japón puede provocar el desarrollo de lugares permanentes de almacenamiento o el cierre de aquellas centrales que no los tengan", ha explicado.