La producción de biocombustibles a escala mundial generará "nuevos impactos a los ya existentes en los bosques"
MADRID, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un reciente comunicado difundido por el Movimiento Mundial por los Bosques (World Rainforest Movement, WRM) revela que el uso de los biocombustibles "no sólo no soluciona el problema del cambio climático, sino que a la vez agrava otros igualmente serios".
"Aunque la sustitución de los combustibles fósiles por biocombustibles --elaborados a partir de biomasa vegetal-- puede parecer un paso en la dirección correcta para evitar el agravamiento del cambio climático, los planes previstos para su producción y uso no sólo no solucionan ese grave problema sino que agravan muchos otros", señalan desde WRM.
Según la organización, "centenas de millones de hectáreas de tierras fértiles se concentrarán bajo el poder de grandes transnacionales y pasarán, de producir alimentos, a producir combustibles, en un mundo donde el hambre y la desnutrición son ya problemas gravísimos".
WRM se muestra convencido de que los países del Norte "no se plantean seriamente reducir su consumo desmedido de combustibles" y, como en la mayoría de los casos, "no disponen de tierras agrícolas suficientes para autoabastecerse de materia prima, sus gobiernos y empresas planean promover cultivos de biodiesel y etanol fundamentalmente en los países del Sur".
Esta decisión generará "nuevos impactos a los ya existentes en los bosques" ya que la producción de biocombustibles en gran escala y dirigida a la exportación requiere extensos monocultivos de árboles, de caña de azúcar, de maíz, de palma aceitera y de soja, entre otros. Estos monocultivos "ya son la primera causa de despoblamiento rural y deforestación en todo el mundo".
DEFORESTACION
En este sentido, la organización recuerda que la soja --que se utiliza en la producción de biodiésel-- es "la principal causa de deforestación en la Amazonía brasileña y en Paraguay, aún antes de que se haya comenzado a producir con fines energéticos". En idéntica situación se encuentra la palma aceitera, "principal causa de deforestación en Indonesia, que también está impactando en bosques de muchos otros países de África, Asia y América Latina".
Además, el desarrollo de tecnologías para convertir la madera en etanol "impulsará una expansión aún mayor de los monocultivos de árboles de rápido crecimiento, tanto en áreas boscosas --aumentando así la deforestación-- como sobre suelos de pradera".
La organización recuerda que la deforestación y el cambio en el uso de los suelos "implican la liberación del carbono allí almacenado, a lo que hay que agregar las emisiones resultantes del cultivo, procesamiento y transporte de los propios biocombustibles".
"Es decir, que el balance neto de carbono en las áreas destinadas a la producción de biocombustibles puede ser hasta negativo, aumentando así la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que es precisamente lo que se pretendía evitar con este cambio", alertan.
"En el mismo proceso se expulsarán a millones de productores rurales y pequeños campesinos, que en su mayoría deberán emigrar a los cinturones de miseria de las grandes ciudades" por lo que resulta "evidente", según WRM, "que ésta no es una buena solución ni para la gente ni para el Medio Ambiente".
OPORTUNIDAD DE NEGOCIO
"Sin embargo, es una excelente oportunidad de negocios para grandes empresas. Es por ello que tantos gobiernos, organismos de asistencia, agencias bilaterales, organismos multilaterales y expertos internacionales están involucrados en la promoción de esta absurda solución para servir los intereses de esos poderosos grupos económicos, que son quienes dictan las políticas globales en su propio beneficio", denuncia la organización.
Por todas estas razones, WRM se muestra convencido de que "el problema central es el modelo en el que se los pretende implementar, caracterizado por la gran escala, el monocultivo, el uso masivo de insumos externos, la utilización de transgénicos, la mecanización y su exportación para alimentar el consumo desmedido de energía que se realiza en el Norte".
Al llamamiento de WRM se han unido varias ONG, así como organizaciones de pueblos indígenas y movimientos de agricultores que demandaron a la ONU, en la conferencia celebrada en Nairobi sobre el Cambio Climático entre los pasados 6 y 17 de noviembre, a suspender "inmediatamente" todos los subsidios y otras formas de apoyo a la importación y exportación de biocombustibles.
Las citadas organizaciones emitieron un comunicado conjunto en el que explican que "no hay nada verde ni sostenible en el biocombustible".
"En lugar de destruir las tierras y el sustento de las comunidades locales y pueblos indígenas del Sur, exhortamos a los países del Norte a reconocer su responsabilidad en la destrucción del sistema climático del planeta, reducir su consumo de energía hasta alcanzar niveles sostenibles, pagar la deuda climática que han ocasionado y aumentar sustancialmente la inversión en energía solar y en energía eólica sostenible".