NAYAF/BAGDAD 13 Jun. (EP/AP) -
El clérigo chií antiamericano Muqtada al Sadr, líder de las milicias del Ejército del Mahdi, ha pedido un luto de tres días y la celebración de manifestaciones pacíficas en respuesta al derribo, por parte de los insurgentes, de los dos minaretes de la mezquita chií de la Cúpula de Oro (Al Askari) en Samarra.
Por su parte, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, se ha reunido con el mando militar y el embajador estadounidenses en Irak para pedir tropas de refuerzo norteamericanas en el entorno de Samarra y el máximo estado de alerta militar en Bagdad.
En un comunicado emitido en la ciudad santa de Nayaf, al sur de Bagdad, Al Sadr llamó a la celebración de manifestaciones pacíficas en respuesta a las explosiones que derribaron los dos minaretes. Un ataque anterior a esta mezquita, en febrero de 2006, desencadenó los enfrentamientos entre chiíes y suníes en todo el país. Tanto aquél como el ataque de hoy han sido atribuidos a insurgentes suníes próximos a Al Qaeda.
No obstante, el comunicado de Al Sadr muestra un cierto tono conciliatorio y rehúsa a acusar a los suníes del atentado. "Declaramos un luto de tres días y pedimos que se grite 'Alahu Akbar' (Alá es Grande) tanto en las mezquitas suníes como en las chiíes", afirmó Al Sadr a través del comunicado.
Por su parte, Al Maliki se reunió hoy inmediatamente después de conocer la noticia con el comandante en jefe estadounidense en Irak, el general David Petraeus, y con el embajador norteamericano en Bagdad, Ryan Crocker, para pedirles tropas refuerzo en el entorno de Samarra --95 kilómetros al norte de la capital-- y que las fuerzas estadounidenses en Bagdad se mantengan en máximo estado de alerta en previsión de posibles enfrentamientos, según informó su oficina.
La cúpula de la mezquita ya había sido destruida en febrero de 2006 mediante la explosión de una bomba colocada por grupos próximos a Al Qaeda. Los enfrentamientos que estallaron tras aquel ataque causaron, según cifras de la ONU, 34.452 muertos sólo a lo largo de 2006. La planta y los minaretes habían quedado intactos y estaban estrechamente protegidos desde entonces por la Policía y el Ejército iraquíes. Se desconoce cómo hicieron los atacantes de hoy para eludir la vigilancia.
La mezquita de Al Askari contiene las tumbas del décimo y el undécimo imán --Alí al Hadi, muerto en 868, y su hijo Hassan al Askari, muerto en 874--, ambos descendientes de Mahoma y a quienes los chiíes consideran sucesores religiosos del Profeta.
El templo se encuentra también cerca de la zona donde desapareció el decimosegundo imán, Mohamed al Mahdi, el llamado 'imán oculto' e hijo y nieto de los dos imanes enterrados en la mezquita. Los chiíes creen que Al Mahdi regresará a la Tierra para restaurar la justicia entre los humanos.