Actualizado 10/01/2007 15:46

La adaptación cinematográfica de 'La masai blanca' muestra la fuerza del amor y el choque de culturas en Africa

Actualizado: miércoles, 10 enero 2007 15:46

Basada en el best-seller autobiográfico de Corinne Hofmann, la cinta se estrena el próximo viernes en España

MADRID, 10 Ene. (EUROPA PRESS) -

La directora Hermine Huntgeburth ha llevado a la gran pantalla 'La masai blanca', adaptación del best-seller autobiográfico de Corinne Hofmann, que en breve reeditará Mondadori, y que se estrena en España el próximo viernes. La cinta, protagonizada por Nina Hoss (Carola) y el actor francés de origen africano Jacky Ido (Lemalian), cuenta la historia de amor vivida por una turista suiza, que lo abandonó todo para vivir en Kenia una historia de amor con un guerrero masai.

La película, como explicó hoy en Madrid su directora, muestra "la fuerza del amor y hasta dónde es capaz de llegar una mujer europea por el hombre al que ama, además del choque de dos culturas muy diferentes". La protagonista real de los hechos, Corinne Hofmann, explicó, por su parte, que la cinta habla de "la fuerza y los límites del amor".

"No es un fracaso amoroso, porque nunca me he arrepentido de aquello que viví", afirmó Hofmann, que tras cuatro años al lado de Lemalian, viviendo en un poblado de Samburu en Barsaloi (Kenia), finalmente regresó a Suiza junto a su hija, que hoy cuenta con 18 años.

Y es que Hofmann se enfrentó a una vida muy dura para una occidental. Los Samburu viven en cabañas y subsisten básicamente de leche mezclada con sangre, carne de cabra y té con azúcar. En el caso de la sexualidad, las diferencias culturales son también muy notables. Pese a que permiten las relaciones prematrimoniales, no existe el romanticismo como se entiende en Europa, por ejemplo, no se besan en la boca.

MÁS ALLÁ DEL AMOR

La aventura duró cuatro años, durante los cuales Hofmann intentó llevar algunos de los avances del mundo occidental a su pequeño poblado. Se compró un coche para poder ir a la ciudad a por alimentos y montó una tienda en el poblado, entre otras cosas.

"La película va más allá de la historia amorosa", precisó la directora, quien quiso rodar en los escenarios reales, donde permaneció junto a un equipo de cientos de personas durante seis semanas.

Cuando Hofmann decidió volver a Suiza, presionada por el choque cultural, fue algo "muy duro". Se marchó con su hija y, como recordó, el regreso supuso para ella "un shock". "Es mucho más fácil vivir en Suiza, pero sigo manteniendo una relación muy directa y personal con Africa", precisó.

Pasados 14 años, Hofmann volvió a Africa a reencontrase con su marido, que ya la había perdonado. "Noté muchos cambios y mezcla de avances tecnológicos con su cultura ancestral. Los niños ahora van a la escuela, pero después no encuentran trabajos y se dan a la bebida; a la vez, siguen practicando la ablación", concluyó Hofmann, quien se identifica "con cada frase" de su libro autobiográfico y de esta película.