Tony Blair admite en una entrevista que la intervención en Irak ha sido "desastrosa"

Actualizado: sábado, 18 noviembre 2006 14:41

LONDRES, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

El primer ministro británico Tony Blair admitió en una entrevista concedida a la nueva versión en inglés de la cadena qatarí Al Yazira que los sucesos que han tenido lugar en Irak desde el inicio de la guerra en marzo de 2003 han sido un desastre y responsabilizó a la organización terrorista Al Qaeda, a los suníes y a la intervención de milicias respaldadas del Gobierno de Teherán de la situación de violencia en el país.

Sin embargo, durante la entrevista, Blair insistió en la necesidad de derrocar al ex dictador Sadam Husein y señaló que tanto Irán como Siria se encontraban a tiempo de jugar un papel constructivo en Oriente Próximo.

El entrevistador, Sir David Frost, preguntó a Blair si la intervención en Irak había sido un desastre desde el principio, a lo que el primer ministro respondió de forma afirmativa. "Lo es, pero ¿puede ver por qué le digo a la gente que Irak es una tema difícil?", respondió el primer ministro.

"No es difícil por que exista una planificación accidental", prosiguió. "Es difícil porque existe una estrategia deliberada, que une a Al Qaeda, con los insurgentes suníes en una mano, elementos respaldados por Irán en la otra", explicó Blair, que indicó además que Irak está dominado por una situación en la que "la voluntad de la mayoría pacífica está desplazada por la voluntad de la minoría que apoya a la guerra".

En declaraciones a la cadena británica BBC, una portavoz de Downing Street indicó que las opiniones de Blair habían sido malinterpretadas durante la entrevista, y que el dirigente británico se había limitado a reconocer la pregunta de Frost. "Considerar su respuesta como una forma de admisión es completamente ingenuo", señaló la portavoz.

IRÁN Y SIRIA

El primer ministro británico también solicitó una mayor implicación de Irán y Siria en el parón negociador en el que se encuentra Oriente Próximo. "Tenemos que ir (a los dos países), tanto nosotros como los americanos. Y decirles que no estamos contra ellos porque creemos que son ellos (el pueblo) los que deben decidir quién gobierna Irán, y quién gobierna Siria", señaló.

Blair aprovechó para tender la mano a ambos países siempre y cuando abandonen sus posiciones actuales. "Si están preparados para ser parte de la solución cabe la posibilidad de un acuerdo, pero tal y como se están comportando es imposible", indicó.

El primer ministro también tuvo palabras para la comunidad internacional. Blair consideró "vital" que la comunidad internacional "lograra entender una situación en la que estamos centrándonos en los detalles de la paz, en vez de dedicar nuestro tiempo a las desastrosas consecuencias del conflicto".

PRIMERA VISITA DE GORDON BROWN

Estas declaraciones tienen lugar en el momento en el que su probable sucesor en el cargo, el ministro de Economía británico, Gordon Brown, realizó hoy sábado una visita inesperada a Irak para reunirse con oficiales y soldados del contingente de Reino Unido, así como para entrevistarse con las autoridades iraquíes.

Brown, quien se espera reemplace al primer ministro cuando abandone el cargo el año próximo, estuvo acompañado en su primera visita a Irak por el jefe de las fuerzas armadas británicas Jock Stirrup.

"Estoy aquí para ver y rendir tributo al trabajo importante que nuestras fuerzas están haciendo y para reunirme con ministros iraquíes a fin de analizar los retos por delante", dijo Brown en un comunicado al llegar.

"Estamos comprometidos en apoyar a los iraquíes en la construcción de una nación democrática que lleve seguridad y prosperidad a su pueblo y tenga una participación plena en la región y en la economía mundial".

Reino Unido tiene unos 7.200 efectivos en el sur de Irak, principalmente dentro y en la periferia de Basora. Brown anunció recientemente una partida adicional de 100 millones de libras (190 millones de dólares) en concepto de ayuda del Gobierno británico para la reconstrucción de Irak.

Brown llegó mientras grupos y milicias chiíes luchan por el control de la zona de Basora al tiempo que las fuerzas británicas comienzan a retirarse de algunas provincias de la región.