MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente del PP, Mariano Rajoy, durante el acto de clausura del la Conferencia sobre el Modelo de Estado del PP, alertó de la "idea cavernícola" de que "cuanto menor sea el peso del Estado y más se reparta, mejor". En ese sentido, criticó la influencia de los partidos nacionalistas, que han propiciado el "error" de confundir "nacionalismo con deuda pendiente" y la política rupturista ejercida por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, por convertir España en un Estado "ineficaz y difícilmente viable". Rajoy apuesta por "retocar ligeramente" la Constitución para no vaciarla de contenido ante las comunidades autónomas y la UE y apuesta por no sacar ningún Estatuto adelante sin el consenso de los dos grandes partidos.
El presidente del PP, que elogió el sistema autonómico subrayando que "hoy nadie se imaginaría España sin sus autonomías", advirtió que España está caminando absurdamente hacia un Estado "ineficaz y difícilmente viable", algo que achacó a "tal vez a un exceso de ingenuidad en la Transición", a la "imposibilidad" de poder prever todos los problemas que vendrían después, pero también "a la influencia de los partidos nacionalistas y la llegada al Gobierno del señor Rodríguez Zapatero y su obcecado empecinamiento por romper todo consenso constitucional".
El presidente del PP denunció que ayer que no se pueden corregir desajustes del Estado porque "las competencias han cambiado de manos, están desperdigadas y, en muchos casos, se arrogan la prerrogativa de derechos irrenunciables", un contexto en el que cree que "nuestros errores se convierten en incorregibles". "Es como si los españoles hubiéramos empleado la Ley para atarnos las manos unos a los otros", lamentó.
Rajoy apuntó a la "indiscutible" influencia ejercida por los partidos nacionalistas, a los que en la Transición se concedió "generosas ventajas electorales" y la posibilidad de convivir "sin crítica" con sus presupuestos ideológicos, lo que ha resultado en que "se hicieron indispensables en el panorama político español".
En ese sentido, explicó que aunque la postura de estos partidos ha sido "positiva y razonable" en muchas ocasiones, su influencia ha propiciado que "todos" hayan contribuido al "error" de confundir nacionalismo con deuda pendiente y nacionalidad histórica con privilegios. "Parece como si en vez de integrar los nacionalistas en el proyecto común, hubiéramos logrado lo contrario: transmitir a los españoles su mal ejemplo".
"Hay quien piensa que para poder igualarse con los más privilegiados, en rentas o cultura, para ser más, no les basta con ser españoles: necesitan disfrazarse de nación. El resultado, a la vista está en esa carrera por exaltar prejuicios, atributos míticos, identidades artificiales y nacionalismos de oropel. Más o menos como si en España nos hubiéramos puesto a otear el futuro con el catalejo al revés", alertó.
Bajo este argumento, Rajoy ve "legítimo" que todas las comunidades autónomas quieran seguir el "gravísimo" precedente del Estatut porque "quién les dice que tienen menos derechos". "Si esta rueda sigue rodando, arruinaremos sin duda todo el esfuerzo de los españoles desde 1978 hasta hoy", continuó Mariano Rajoy, para agregar que el camino del Estatuto de Cataluña "quiebra la arquitectura constitucional" del Estado.
A su juicio, se están extendiendo dos "malentendidos": que España "no es ni debe ser más que la suma de las CCAA" y que "cuanto menor sea el tamaño y el peso del Estado, cuánto más se reparta, mejor para todos". Rajoy calificó esta idea de "absolutamente cavernícola" y aseguró que "no se sostiene ni siquiera en los estados federales, como está demostrando Alemania".
PERPETUA INCERTIDUMBRE
En este contexto, el presidente del PP apuesta por "retocar" la Constitución Española para "asegurar la funcionalidad" del Estado y que no sea "una perpetua incertidumbre que vacía su contenido entre la Unión Europea y las Comunidades Autónomas". Y aclaró que no propone una reforma en profundidad de la Carta Magna, "de las que exigen un procedimiento agravado", sino "ajustes parciales que no deben afectar a los pilares fundamentales del sistema".
En esa dirección, la responsable de política autonómica y local del PP, Soraya Sáenz de Santamaría expuso que entre las conclusiones que había aprobado el partido figuraba la propuesta de que para que las reformas estatutarias salgan adelante se necesiten dos tercios de los parlamentos autonómicos y de las Cortes Generales. "Que no se apruebe ningún Estatuto de Autonomía sin el consenso de los dos grandes partidos", dijo. Rajoy defendió vivamente el consenso entre PP y PSOE porque "sólo así se podrán corregir los grandes desajustes en el modelo de Estado".
Otras propuestas que aprobaron los populares son la dotación al Tribunal Constitucional de la capacidad de suspender leyes orgánicas y que se reserve al Supremo el recurso de casación que garantiza la igualdad de los españoles en la aplicación de la Ley. Además, proponen que se suprima de la Carta Magna la disposición que regula la posibilidad de que Navarra se incorpore al País Vasco y que se modifique el Amejoramiento del Fuero para que "cualquier alteración del status constitucional de Navarra sea refrendado por sus ciudadanos además de por sus instituciones".