Rafael Vera asegura que desconocía la existencia de una cuenta en Suiza para ingresar pagos a Amedo y Domínguez

Actualizado: jueves, 29 marzo 2007 18:11

Dice que los ex policías fueron "víctimas de la lucha antiterrorista" y que prestó ayuda a sus esposas por "razones humanitarias"

MADRID, 29 Mar. (EUROPA PRESS) -

El ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera declaró hoy, en el juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Madrid por el denominado 'caso Maletines', que desconocía la existencia de una cuenta corriente en Suiza, en la que se ingresaron los pagos a los ex policías José Amedo y Michel Domínguez con dinero de los fondos reservados tras ser condenados por el 'caso GAL'. Vera admitió que pudo haber prestado algún tipo de ayuda a las esposas de los funcionarios por "razones humanitarias", aunque precisó que no recordaba si "hubo dinero de por medio".

La Sección 26 comenzó los interrogatorios a los acusados con la declaración del ex secretario de Estado durante el Gobierno de Felipe González, quien se enfrenta a 7 años de prisión y 16 de inhabilitación absoluta. En el caso de dictarse sentencia condenatoria, la condena podría entenderse abarcada con las penas que ya le fueron impuesta por el Tribunal Supremo por el secuestro de Segundo Marey, por el que se le impuso una pena de 10 años de prisión, y el 'caso Fondos Reservados', por el que fue condenado a 7 años de cárcel.

Las declaraciones de los acusados, que continuarán el próximo 19 de abril, se producen después de que el tribunal haya rechazado la cuestión previa de declinatoria de jurisdicción planteada por el abogado de Vera, Manuel Cobo del Rosal, quien alegó también ante la Sala que no se podía juzgar a Vera porque las partidas de los fondos reservados no habían sido desclasificadas.

Al inicio de su declaración, Vera quiso dejar claro que "los fondos reservados" constituye "una materia reservada que está sometida a la ley de secretos oficiales" y que sólo "podría hablar de su uso" salvo que "el Gobierno lo desclasificase".

Durante el interrogatorio del fiscal Marín Rodríguez Sol, Vera aseguró que tuvo conocimiento de la existencia de una cuenta en Suiza por los medios de comunicación, a lo que el fiscal le reprochó que podría "haber revisado la causa" anteriormente. Seguidamente, éste le respondió; "No me he preocupado en revisar la causa porque no serviría de nada".

A preguntas de la abogada Begoña Lalana, que ejerce la acusación popular en nombre de La Acción Popular contra los GAL, negó haber dado instrucciones para abrir una cuenta en Suiza, así como haber encomendado al jefe de su secretaría personal Juan de Justo realizar pagos de forma periódica a las esposas de Amedo y Domínguez, María Ángeles Acedo y Alicia Sánchez Carrión, respectivamente.

REUNIONES CON LAS ESPOSAS.

Vera admitió ante el tribunal que por aquellas fechas prestó ayuda a las esposas de los ex policías por "razones humanitarias" ante la "trágica situación" que vivían después de que sus maridos hubiesen ingresado en la cárcel tras ser condenados por el 'caso GAL', pero en ningún momento precisó de qué tipo de ayuda se trataba. Tal sólo apuntó que no recordaba si hubo dinero de por medio.

A preguntas del fiscal, reconoció que a finales de 1989 se entrevistó con Sánchez Carrión, quien le comentó entonces que tenía problemas de salud, por lo que se ofreció a ayudarla. Al insistir el fiscal sobre los detalles de la conversación, Vera le espetó que se trataba de una charla, al igual que mantenía con "muchas viudas de policías asesinados por ETA".

Al ser inquirido por el fiscal sobre si también tenía por costumbre hablar con esposas de presos, Vera le respondió: "Amedo y Domínguez fueron víctimas de la lucha antiterrorista". A continuación, matizó que no le podía dar los nombres de otras esposas de presos con las que podría haber mantenido otras conversaciones porque habían pasado muchos años.

Preguntado en concreto sobre qué tipo de ayuda prestó a Sánchez Carrión, Vera insistió en que no lo recordaba, aunque indicó que se imaginaba que podría ser ayuda económica. En este punto, el fiscal le preguntó si utilizó su dinero o el de los fondos reservados, a lo que este replicó: "No me acuerdo. Pues a lo mejor sería el mismo que utilizaba para pagar a algunos fiscales".

También admitió haber mantenido diversas reuniones con Acedo tras ingresar su esposo en la cárcel, aunque negó que en un encuentro que mantuvo en 1994 se hubiese ofrecido a arreglar su situación económica. "Eso no dependía de mí porque ya había cesado como secretario de Estado de Seguridad. No pude prometer nada que no estuviera a mi alcance", aseveró.

PARTIDARIO DEL INDULTO.

Explicó que mientras se encontraba al frente de la Secretaría de Estado de Seguridad se reunió en varias ocasiones con Sánchez Carrión y Acedo, pero dijo que nunca habló con ellas sobre unas cuentas en Suiza. Justificó las reuniones por ser "una atención humana" porque "vivían una situación trágica" y entendía que tenía que ayudarlas como parte de su "responsabilidad moral".

El procesado negó, asimismo, que en las reuniones manifestase a las esposas de los ex policías que dos meses después de que se dictase la sentencia por los GAL les iba a conceder el indulto , aunque reconoció que él era partidario de dárselo, algo que "no era ningún secreto". Incluso apuntó que se lo llegó a comentar en alguna ocasión al entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera, pero matizó que no le hizo una petición expresa sobre este asunto.

En este punto, el ex secretario de Estado de Seguridad citó al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que instruyó el sumario de los fondos reservados, del que se desgajó esta causa, del que aseguró que "creía" que prometió a las compañeras sentimentales de Amedo y Domínguez que les daría el indulto.

EXCULPA A DE JUSTO.

Durante toda su declaración, el ex secretario de Estado de Seguridad trató de exculpar a De Justo, asegurando que nunca estuvo presente en las reuniones que mantuvo con Sánchez Carrión y con Acedo, así como que desconocía la finalidad de los viajes que realizó a Ginebra, siguiendo sus instrucciones.

Preguntado acerca de que si De Justo viajó a Ginebra acompañado por el guardia civil Rafael Yuste Martínez para cruzar la aduana con mayor facilidad, Vera contestó que los funcionarios no tenían ese tipo de problemas. A lo que el fiscal le respondió si sabía que en esos momentos pasar grandes cantidades de dinero de un país a otro constituía un delito de evasión de capitales.

Seguidamente, Vera le replicó: "¿Usted cree sinceramente que eso se aplicaba a los funcionarios de interior? Pues mal íbamos a combatir la actividad terrorista. ¿Usted cree que a los informadores de ETA se les pagaba en España o iban directamente al Banco de España?. Acto seguido, la presidenta del tribunal le llamó la atención y le interrumpió el interrogatorio.

A continuación, aseguró que De Justo no sabía nada de la finalidad de los viajes, ya que iba como correo y agregó que esos desplazamiento constituían misiones relacionadas con la seguridad del Estado, por lo que al ser materia reservada se negó a concretar la finalidad concreta de los traslados.

VIAJES DE HERNANDO Y MACHÍN.

El fiscal sostiene que los entonces responsables del Servicio de Información Exterior y del Servicio de Operaciones Félix Hernando y Aníbal Machín, respectivamente, se trasladaron Ginebra en varias ocasiones para realizar los pagos, transportando el dinero en maletines.

Al respecto, Vera reconoció que efectivamente Hernando y Machín se desplazaron a Ginebra, aunque precisó que ambos desconocían a lo que iban. "No tenían que saber el fin del viaje. Sólo sabían el destino y punto. Yo les decía, ustedes lleven esto y se acabó. Ahí acaba todo", apostilló Vera, que añadió que Hernando y Machín, al igual que De Juste, eran "simples correos" que seguían sus órdenes.