Actualizado 13/04/2010 14:00

Andrés Aberasturi.- ¿Y si los otros tienen razón?.

MADRID 13 Abr. (OTR/PRESS) -

Resulta por lo menos desconcertante que un ministro del Gobierno tan importante como José Blanco no sepa a cuánto va a ascender la aportación española en la ayuda comunitaria a Grecia. Hablaba de unos 2.500 millones cuando la realidad es que el dinero que tendremos que arrimar -según nuestra cuota en BCE- superará los 3.600 millones de euros. Convendría que al menos el Gobierno tuviera los datos actualizados. Pero salvo estos errores que dejan demasiado a las claras que el rigor no es nuestro fuerte, no parece criticable esta ayuda por varios motivos: el primero porque salvar la economía de un país europeo es bueno para todos; el segundo porque aunque ciertamente nuestra situación no es la griega, al menos cuatro países están en la cuerda floja y, entre ellos, España.

Pero el Presidente sigue optimista aunque parece que ha tardado todo un año en empezar a darse cuenta -al menos públicamente- de parte de la realidad; si hace ese tiempo declaraba solemne al Financial Times que nuestro país podía endeudarse sin problemas, ahora reconoce al mismo diario que "el déficit ha llegado a un punto que es insostenible". El aterrizaje va por barrios porque hasta Celestino Corbacho ya no se pone verde cuando se habla de la necesaria reforma laboral y hasta se atreve a admitir un posible modelo de contrato con despido más barato y otras medidas de las llamadas impopulares. Solo Blanco insiste en que se está saliendo de la crisis y que hay datos "muy esperanzadores" en los últimos días que lo demuestran. Pues vale. Si lo dice Blanco que no sabe ni con cuánto hay que ayudar a Grecia, sus razones tendrá.

Pero al margen de comentarios buenos o malos, lo que no se termina de entender es por qué hemos llegado a esta situación "de déficit insostenible" según el propio ZP. Porque hace un año casi todo lo que iba a ocurrir era predecible y hace un año se reclamaba la reforma laboral que ahora parece que Corbacho acepta y los recortes más drásticos que ahora el Gobierno no descarta. ¿Tanto costaba admitir esa realidad? Ocurre como con la subida del IVA. Hombre, si todos los grupos están en contra y casi todos los expertos aseguran que no va a servir para recaudar lo necesario y sí para desactivar una posible reactivación en el consumo, ¿por qué empeñarse en mantener la medida?

Para casi todo hay alternativas o caminos intermedios. Creo que hay que subir los impuestos en momentos de crisis, pero no necesariamente el IVA y de forma prácticamente indiscriminada en la teoría y que será -ya lo verán- totalmente indiscriminada en la realidad. Uno comprende que entre las doctrinas liberales y las socialdemócratas hay distancia. ¿Pero es el presidente del Banco de España un enemigo? ¿Lo son la mayoría de los analistas independientes? Cuando la mayor parte del mundo piensa lo contrario que tú, no está de más plantearse al menos la remota posibilidad de que sean ellos los que lleven la razón. Lo contrario es perder un tiempo importante para después, disimulando, hacer lo que los otros decían.

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