Actualizado 24/08/2012 14:00

Charo Zarzalejos.- Euskadi, alarma preventiva.

MADRID 24 Ago. (OTR/PRESS) -

Las próximas elecciones vascas son un acontecimiento político realmente importante. La campaña y las propias elecciones se celebraran en momentos claves para el futuro económico más inmediato de España, en medio de lo que se prevé como "otoño caliente" y con unas encuestas que, de manera sistemática, nos dicen que va a ganar el PNV pero con Bildu rozándole los talones. El PSE va a bajar considerablemente -según las encuestas- y el PP se mantendrá en sus actuales posiciones.

Si esto se cumple, que se cumplirá, es obvio que el Parlamento vasco tendrá una contundente mayoría nacionalista formada por Bildu y PNV, sin que se pueda afirmar con rigor que ambos son la misma cosa. En todo caso esta circunstancia, la de la mayoría nacionalista ha levantado, en algunos sectores, toda clase de alarmas según las cuales, el País Vasco camina inexorablemente a la secesión. Creo que se trata de una alarma preventiva.

No es la primera vez que esto ocurre. En 1999 la izquierda abertzale, que concurrió con la marca Euskal Herritarrok obtuvo nada menos que 14 escaños gracias a los 224.000 votos depositados en las urnas. Ese año, ETA estaba en tregua y el silencio de la banda terrorista, sin duda benefició a la izquierda abertzale. La izquierda abertzale, la que ha callado, cuando no apoyado las atrocidades de ETA ha estado siempre en las elecciones, salvo cuando entró en vigor la Ley de Partidos. No es nuevo que la izquierda abertzale esté en el Parlamento y además obtenga buenos resultados. Y ha estado al mismo tiempo que ETA mataba.

Partiendo de este hecho que conviene no olvidar para no caer en el error de que en estas elecciones se va a producir un hecho "ex novo" si hay que constatar que la izquierda abertzale ha ido subiendo peldaños como se demostró en las elecciones generales en donde lograron 285.000 votos. Soy de las que cree que Bildu va a obtener unos resultados apabullantes pero el PNV le va a ganar la partida si -y esto es importante- logra unos buenos resultados en Álava, territorio muy favorable al PP y en menor medida al PSE.

Si el PNV "pinchara" en Álava no se puede descartar un triunfo, en mi opinión indeseable, de Bildu. Esto puede ocurrir pero no es probable. Lo probable, lo que ya se da por descartado en el País Vasco es que Urkullu será el próximo lehendakari y como nacionalista que es hablará de nuevo marco político, hará algún arrumaco a Bildu pero poco más. El PNV es un partido soberanista pero no suicida y Urkullu sabe que aliarse con Bildu sería el suicidio político de su partido. No lo va a hacer.

Se va a dedicar, sobre todo, a aquello que la gente en el País Vasco valora: buena gestión aunque suponga subir impuestos, buena calidad de vida y a garantizar el "confort" tan interiorizado por la ciudadanía vasca con independencia de su ideología e incluso de su posición social. Es seguro también que si Urkullu gana se hablará de autogobierno, de nuevo esquema de relaciones con Madrid pero Urkullu no va a presentar un Plan Ibarretxe ni se va a prestar a declaraciones unilaterales de independencia. Jugará con conceptos soberanistas, dará más de un titular pero poco más y esto en el País Vasco ya lo hemos visto.

Y es que en el País Vasco ya lo tenemos todo visto. Hemos visto toda clase de pactos y alianzas. Hemos visto a Arzalluz en la calle Génova. Hemos visto muertos en la calle mientras Batasuna seguía tomando txiquitos y además estaba en el Parlamento. Hemos visto los cariños del PSOE hacia Josu Jon Imaz. Hemos visto a ETA matando y dejando de matar. Hemos visto excarcelaciones y acercamientos de presos casi masivos. Hemos visto todo y por su orden. Lo único que no habíamos visto nunca era a una ETA tres años sin dar un tiro y un eventual, aunque no probable, triunfo de Bildu. Solo si Laura Mintegui, candidata de Bildu, llega a Ajuria Enea cabria hablar de situación inédita y realmente preocupante. Lo demás, ya lo hemos visto.