- Tanto los consumidores como los quiosqueros admiten que las colecciones se abandonan tras comprar dos o tres entregas
VALENCIA, 28 Ago. (OTR/PRESS) -
Junto a las navidades, el final del verano es una de las épocas elegidas por los españoles para ponerse nuevos objetivos. En el caso de septiembre la llegada de la gente a las ciudades propicia el que empiecen a coleccionar todo tipo de cosas y por ello los quioscos españoles se llenan de fascículos de los más extravagantes objetos, como relojes, rosarios, coches o cursos de idiomas. Son colecciones que comienzan a comprar con interés al principio, pero que abandonan pronto debido, en gran parte, al aumento de su precio, según indican los quiosqueros y los propios consumidores, que reconocen que no pasan de la tercera entrega en muchas ocasiones.
Entre finales de agosto y principios de septiembre "salen colecciones que no te puedes ni imaginar, desde abanicos a casas del mediterráneo o naves. Nos invaden el kiosco con cartones", explicó Isabel Piquer, propietaria de un establecimiento en Valencia. Esta opinión es generalizada entre los quiosqueros, que denominan a este periodo "la pesadilla de los coleccionables" que para ellos es además muy incómodo por lo aparatoso de los paquetes en los que se entregan: "llegará un momento en que no cabremos ni nosotros mismos" en la tienda, señaló al respecto Javier Ordaz, que regenta un quiosco.
Además, estas colecciones se terminan igual que los propósitos de año nuevo. Tanto empresarios como clientes coinciden en señalar que se adquieren, sobre todo, los primeros fascículos de cada colección, que tienen un "precio asequible", pero que pasados dos o tres números, dejan de comprarlos. "Normalmente se compran los dos primeros números, como mucho, y luego la gente se cansa de gastarse dinero, ya que los fascículos cada vez son más caros y todo son trastos", indicó Ordaz, quien comentó que las entregas se hacen "interminables".
COLECCIONES LARGAS
Piquer también comentó que además del precio, la extensión de las colecciones es otro de los factores que hace que la gente desista de seguir comprando este tipo de fascículos. "Si fueran colecciones más cortas, de cinco o diez números, la gente las terminaría, pero es que a lo mejor te encuentras con colecciones de 60 o 100 libros". "Si valen a 9.99 y son cien libros, imagínate lo que sube la colección", añadió. No obstante, comenta que hay clientes que sí logran terminarlas, aunque son una minoría. Uno de ellos, comenta, comenzó una colección hace dos años "y la va a acabar ahora".
Estos quiosqueros afirman que las colecciones que tienen más aceptación y se venden más son los cursos de inglés, y, "sobre todo", las de libros, que "tienen muchísimo éxito", por el contrario, lo que son "maquetas y cosas así que se hacen muy largas" y no gustan al cliente, agregó Ordaz. Sin embargo, destacan, este año lo "más novedoso y curioso" es una colección de rosarios, dice Orgaz. "Es el no va más", agregó.