Actualizado 18/02/2012 13:00

Esther Esteban. Más que palabras.- Chollos sindicales.

MADRID 18 Feb. (OTR/PRESS) -

Consejos vendo, que para mí no tengo. Eso es lo que debe pensar el secretario general de UGT Madrid que, el año pasado, tuvo unos ingresos de 181.000 euros como consejero de Caja Madrid. Que se sepa el sindicalista -diplomado en magisterio- no tiene cuantificación, ni experiencia ninguna para formar parte del consejo de administración de la cuarta entidad financiera de este país, pero tiene un chollo y sobre todo muchas tragaderas. Su salario duplica el del presidente del Gobierno, supera con mucho la media de los presidentes autonómicos, diputados, senadores, altos cargos de la administración, incluso el del Gobernador del Banco de España, con la diferencia de que ellos están siempre en el ojo del huracán y él es quien suele ponerlos en el punto de mira.

Según él mismo dice en su biografía oficial "su contacto con los trabajadores y trabajadoras de la comunidad de Madrid hace que no cese en su empeño por mejorar, día a día, las condiciones de vida y de trabajo de la ciudadanía desde el pleno conocimiento de sus dificultades y el compromiso activo por contribuir a una sociedad más justa, más equilibrada y más solidaria". ¡Que bien habla el sano sobre el enfermo!, que diría mi abuela. Porque, con su pan asegurado y desde una situación económica tan desahogada, puede permitirse el lujo de tener solidaridad verbal a borbotones.

José Ricardo Martínez, fue elegido el pasado mes consejero de la corporación Cibeles, el holdin financiero de Caja Madrid, lo que le puede suponer, en teoría, llegar a los 198.000 euros este año con lo que su posición económica va a más. ¡Que suerte la suya que su economía sigue creciendo en tiempos de crisis!. Eso, al menos, hasta no entre en vigor la nueva reforma del sistema financiero -que limita a 100.000 euros anuales la retribución de los consejos de administración de las entidades que reciben ayuda publica-, como es el caso que nos ocupa, por lo que el chollo lo será un poco menos. ¡Que pobre!.

Se da la circunstancia de que este sindicalista suele ser noticia habitual por sus excesos verbales que, al parecer, tiene con todos menos con él mismo. Fue quien dijo que Miguel Ángel Fernández Ordóñez debía "irse a su puta casa" y el mismo que la pasada semana llamo "reliquia cañí del tardofranquismo" a Esperanza Aguirre. Le vemos en todas las manifestaciones al lado de la pancarta, suponemos que reivindicar para los demás lo que él ha conseguido gracias al sindicato.

El caso no tendría mayor importancia de no ser porque en este país somos muy de predicar pero, a la hora de dar trigo, la cosa es harina de otro costal. Si se pide coherencia y contención a los políticos, también debe exigirse lo mismo a los sindicatos. Pero ¡claro! si lo haces te cae de todo y por su orden. Eres una vendida a la empresa y el capital, quieres la explotación de la clase trabajadora -aunque sea la tuya propia- y si no andas lista lo más suave que te llaman es fascista. Lo políticamente correcto es ponerte detrás de la pancarta y luego llevártelo crudo. Claro que... Siempre ha habido clases....