MADRID 18 Ago. (OTR/PRESS) -
Una buena conocedora de las interioridades del PP, Carmen del Riego, ha analizado en La Vanguardia la situación del principal partido de la Oposición, y de su líder, ante las elecciones que se avecinan. Llega a una primera y fundamental conclusión: Mariano Rajoy se juega algo más que el poder territorial en las elecciones autonómicas y locales del 2011. Para él son "unas primarias de las generales", previstas para el 2012 y en las que está en juego su futuro político. Por eso, el presidente del PP ha dicho a los suyos que los experimentos, con gaseosa, y que quiere ver al frente de las candidaturas de las comunidades y ayuntamientos donde ya gobierna a las mismas personas que ejercen ahora su máxima representación. La causa, que las encuestas de que dispone el PP, las últimas de las cuales llevan fecha de julio, son contundentes: los actuales presidentes no sólo ganan, mejoran los resultados.
Por eso, las pretensiones de barones del PP de ceder paso han sido frenadas de raíz por el propio Rajoy. En público, y en más de una ocasión, lo había dicho el presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, pero ha tenido que renunciar a su deseo. Ramón Luis Valcárcel, que no quería repetir, "por razones personales", ha visto como los sondeos le amplían la mayoría de la que goza y hasta podría llegar al 60%, nunca visto. Lo había expresado, más en privado, el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que a día de hoy todavía no ha comunicado su decisión, pero Rajoy ya se lo ha quitado de la cabeza, aseguran fuentes de la dirección del PP.
Y el caso más paradigmático es el de Francisco Camps, que pese a la situación judicial en la que está inmerso y sus problemas con Rajoy durante el invierno sale beneficiado en las encuestas que le dan una mejoría, que podría incluso llegar a ser de cuatro escaños más de los que ahora goza. En la Rioja, Pedro Sanz mantiene y amplia la diferencia con el PSOE, lo que garantiza con tranquilidad que el PP gobernará esta comunidad. Pero asegurados los lugares donde gobierna, el PP no se conforma con ello y ha puesto su mira en dos comunidades autónomas, Castilla-La Mancha y Aragón, donde más fácil podría ser arrebatarle el gobierno al PSOE, lo que a juicio de los populares dejaría la sensación en su electorado, de que es posible ganar a Zapatero en el 2012.
Con que una de esas dos autonomías cayera de lado del PP, el objetivo estaría cumplido, señalan esas fuentes. Y en el PP lo creen posible. Las encuestas colocan a María Dolores de Cospedal muy cerca de la mayoría absoluta en Castilla-La Mancha, según fuentes de la dirección popular, y en Aragón, tras la designación de Luisa Fernanda Rudí como candidata, se registra, según estas fuentes, un empate que permite al PP tener esperanzas sobre la recuperación de este gobierno. De modo que los presidentes de La Rioja y Madrid, Pedro Sanz y Esperanza Aguirre, no hay duda de que lo serán, y el de Valencia, Francisco Camps, ha dado muestras de que quiere continuar en el cargo, y Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal están dispuestos a avalar su candidatura, como ya han hecho en público, a pesar de los problemas judiciales que tiene pendientes por el caso Gürtel y que difícilmente se habrán despejado en septiembre, cuando el PP tiene previsto designar a sus candidatos a las elecciones municipales y autonómicas.
Con este mismo argumento, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz- Gallardón, reiteró el domingo su disposición a presentarse a la reelección, para despejar cualquier duda que pudiera surgir tras el anuncio de que su contrincante sería Jaime Lissavetzky, a pesar de que ya lo había dicho hace un año, en un pleno municipal. Mucho se habla de encuestas y de los candidatos de Madrid, dada la justificación del PSOE para poner a Trinidad Jiménez al frente de la candidatura, pero en el PP aseguran que esos datos sólo sirven "para cargarse a Tomás Gómez", porque los números que arrojan sus encuestas no darían opciones al PSOE. Es verdad que sus sondeos se hicieron antes de la batalla emprendida en Madrid por los socialistas, pero la diferencia es tal, dicen en el PP, que es imposible que las modificaciones sean significativas, ya que, pese a perder algo en porcentaje de votos, aumentan su distancia con el PSOE, que se quedaría en el 26%, frente al 33,5% del 2007, debido a la irrupción de UPyD, que se cebaría sobre los socialistas.
Así las cosas, nos espera un cuatrimestre de listas de candidatos para las elecciones del año que viene. Empezando por las de este otoño en Cataluña.