MADRID 13 Oct. (OTR/PRESS) -
Algo muy sonado tendrá que ocurrir, para que las percepciones de los españoles se ajusten más a la realidad y menos a los clichés creados por las injustas distribuciones de culpas que atribuye la también injusta estructura de los medios de comunicación a estas alturas del siglo XXI. La España progresista debe ser más consecuente con lo que de verdad quiere. Es muy justo que esa España esté disgustada con el Gobierno de Zapatero por las medidas que ha tomado en la lucha contra la crisis económica, medidas muchas de ellas muy alejadas de los patrones ideológicos y políticos a través de los cuales el PSOE fue elegido como partido mayoritario en 2008. Pero no es justo que esa misma España ignore que la derecha nada hizo y nada hará en la lucha contra la crisis, al tiempo que tampoco hace nada por resolver sus gravísimos problema de corrupción. La España progresista debe saber que favorecería y apoyaría a la derecha y a sus estrategias si paga con la abstención electoral sus cabreos de familia. Sobre todo sabiendo que ahora mismo solamente hay dos opciones con expectativas de poder.
Y dentro del PSOE se las tienen que ingeniar para salir de esta situación esperpéntica en que se han metido primero con las primarias madrileñas y ahora con el dilema de si Zapatero debe o no ser el candidato para 2012 y si debe o no hacer pública ya una decisión en un sentido o en otro. Y no digamos de la polémica sobre si España está o no preparada para tener una mujer en la presidencia del Gobierno. Todo ello es absurdo, inútil y fuera del panorama de las soluciones reales. La España progresista y el Partido Socialista tienen que articular una estrategia de reconstrucción y de unidad en la lucha contra la crisis económica y sus derivaciones, explicarse mejor ante los ciudadanos e intentar llevar al acuerdo a la España conservadora. Por supuesto, que entiendo por España progresista a los partidos de izquierda, a los sindicatos, al mundo de la cultura y a todo tipo de organizaciones y sectores ciudadanos conscientes de que este país no tiene solución si no es desde las reformas progresistas.