MADRID 28 May. (OTR/PRESS) -
No es cierto que en España sea imposible poner de acuerdo en algo a los partidos políticos: José Chamizo de la Rubia, el Defensor del Pueblo Andaluz durante los últimos 17 años, lo ha conseguido. Lamentablemente, el acuerdo ha sido el de echarle. El sacerdote José Chamizo, misionero más que cura, más pedagógico que apostólico y mucho más de la afligida Cádiz que de la opulenta Roma, había sobrepasado en los últimos tiempos, en el ejercicio de las obligaciones de su cargo, las líneas rojas tras las cuales sólo queda el cese, el despido, la inhabilitación, las campañas de descrédito, el ostracismo, el estigma y la soledad.
Para José Chamizo, las obligaciones de su cargo se resumían en una, la del compromiso con el pueblo al que había jurado defender de sus depredadores naturales. En éstos 17 años, el trabajo de éste cura ilustrado no fue sino la continuación del que durante toda su vida desarrolló en Algeciras, San Roque y todo el Campo de Gibraltar en beneficio de los humillados y ofendidos, de los débiles a los que un Sistema despiadado empuja violentamente hacia abajo más y más. Imbuido de su misión, mucho hizo antes y después de su nombramiento como Defensor del Pueblo por los drogodependientes y los marginados, dejándosele hacer, pero de un tiempo a esta parte le dio por combatir las demasías de los bancos y la inanidad de los políticos, y con eso se le acabó la condescendencia del poder.
Los desahucios masivos y la macro-estafa institucional de las Preferentes, asuntos en los que Chamizo entró a camisa quitada, firmaron su finiquito, nada diferido por cierto. Impulsor de la única iniciativa autonómica contra los desahucios, el de Los Barrios removió las fiscalías y las audiencias provinciales para allegar su indispensable concurso en la devolución del dinero del pueblo que bancos y políticos, y desde el luego el Gobierno, le está robando. Atendió a las víctimas, reunió pruebas, señaló, acusó, y se cayó con todo el equipo. Con la Banca había topado, con esa que amansa con sus créditos condonados, a fondo perdido, a los partidos que debieran representar los intereses de la ciudadanía y defender sus hogares y sus ahorros legítimos. PP, PSOE e IU le han señalado la puerta, y Chamizo se ha ido dando un portazo. Qué menos.