Actualizado 27/07/2016 11:08

Jorge Majfud: "Los ataques en Europa benefician a la derecha xenófoba"

Jorge Majfud
CEDIDA

   MADRID, 27 Jul. (OTR/PRESS) -

   Jorge Majfud, escritor uruguayo estadounidense, y autor de Crisis y otros libros, analiza en una entrevista concedida a OTR/Press la ola de violencia que se está viviendo en Europa.

   OTR.- En la última semana hemos visto una serie de ataques en Europa, particularmente en Alemania. ¿Tenían razón los que querían prohibir la entrada de refugiados sirios?

   JM: Para empezar debemos recordar que Occidente no ha sido inocente ni mucho menos neutral en el caos que vive hoy Oriente Medio. Desde la criminal última gran invasión a Irak en el 2003, la que ha dejado cientos de miles de muertos y millones de desplazados, hasta la más reciente borrachera desestabilizadora en África del Norte y en Siria. Más o menos lo han venido haciendo desde hace al menos un par de siglos en esa región, creando países y protectorados con sus "dictadores amigos". Todo esto fue produciendo resentimientos y reacciones de grupos que encontraron en el fanatismo religioso la mejor forma de expresar sus frustraciones. Al-Qaeda y el Estado Islámico son, aunque indirectamente, creaciones de Occidente.

   OTR.- ¿Los ola de refugiados en Europa sería consecuencia de las intervenciones que comenzaron con la guerra de Irak?

   JM: Ciertamente, si hablamos del actual drama de los refugiados, aparte de los inmigrantes turcos y africanos que ya existían de las décadas anteriores y que, mal o bien, se han integrado a sus nuevas sociedades, a pesar de las naturales diferencias culturales. Pero por entonces ya había comenzado el odio de los grupos conservadores contra esa gente. La mayoría de los desplazados de los últimos años han sido acogidos por países como Jordania o Líbano (un pequeño país con escasos recursos y con una población de cuatro millones que debió hacerse cargo de más de un millón de sirios refugiados), por aquellos que tenían poca o ninguna responsabilidad en todo este drama. La acogida por parte de los países responsables de toda esa gente que huye de la destrucción de sus países, de la persecución, del hambre y de la muerte segura, ha sido minúscula. Alemania ha sido el país europeo que más refugiados ha recibido, aunque nada en comparación a otros países mucho más pobres.

   OTR.- Y junto con Francia han sido los más golpeados por actos de terrorismo recientemente...

   JM: Claro. Pero veamos que tanto en Estados Unidos como en Europa las víctimas de terrorismo son numéricamente infinitesimales en comparación a las víctimas que produjeron en otros países las intervenciones militares y los acosos económicos. En Estados unidos, las víctimas de terrorismo suman un dos o tres por ciento de las víctimas de otros tiroteos masivos que no alcanzan las primeras planas de la gran prensa, de los creadores de opinión y paranoia colectiva. Por no hablar de las decenas de muertos cada año sólo por armas de fuego. Por otro lado debemos considerar varios otros problemas: en alguno de esos atentados en Europa nunca hubo una conexión con grupos terroristas como el ISIS, sino individuos desquiciados, pero la prensa no los presentó de esa forma.

   OTR.- ¿Pero cómo se explica que algunos refugiados puedan atentar contra la sociedad que los recibió, como es el caso de Alemania?

   JM: Son una minoría que hasta ahora se cuentan con los dedos de la mano --y sobran dedos--. Pero para comprender el fenómeno, creo que debemos observar algunos factores comunes. Por ejemplo, los dos últimos atentados contra policías en Estados Unidos. Los asesinos de policías en Texas y Luisiana eran militares, veteranos de guerra estadounidenses de Irak y Afganistán; los dos, afroamericanos. No es raro: cada día más de veinte excombatientes se suicidan en este país y muchos se abandonan en las calles y se convierten en indigentes.

   OTR.- ¿Ha conocido personalmente a alguno de ellos?

   JM: Sí, a varios. Algunos fueron mis alumnos en la universidad, tratando de volver a la vida normal con historias terribles. Mucho de ellos vuelven convencidos que hicieron lo correcto y muchos otros con una fuerte carga de resentimiento contra su país y hasta desafecto hacia sus propios padres, en muchos casos producto de una afección muy común, como lo es el Trastorno de Estrés Postraumático. Muchos viven con esa fuerte carga de frustración, resentimiento y violencia contenida, medicados y aliviados por psiquiatras. ¿Alguien podría sorprenderse de que alguno de estos jóvenes en lugar de pegarse un tiro, como lo hace diariamente un gran número, un día decida apuntar hacia otro lado?

   Bueno, lo mismo podemos considerar en esa masa de refugiados: ¿alguien podría pensar que niños y jóvenes que vieron a sus padres y hermanos e hijos morir destrozados bajo las bombas civilizadoras o sobre las bombas de los fanáticos islamistas lleguen un día a Europa o a Estados Unidos y sin ningún tratamiento o consideración olviden todo lo vivido? ¿Quién habla del TEPT de las víctimas civiles? Lo mismo se debería considerar en el caso de los prisioneros injustamente detenidos y torturados en Guantánamo que un día, por un acuerdo político de buena voluntad, son "dejados en libertad" para que resuelvan sus vidas en países con otras culturas y otros idiomas, rodeados de sus propios fantasmas. ¿O es que sólo los blancos civilizados tienen problemas psicológicos que deben ser tratados como enfermedades y no como condición patológica de su propia raza o cultura?

   OTR.- ¿A quiénes beneficia esta violencia que vemos en Europa?

   JM: A la derecha xenófoba, sin dudas. Cada vez que ocurre una desgracia donde alguien con un apellido raro es el responsable, las encuestas muestran un aumento de apoyo a esos partidos. Cada vez que los diarios llenan sus portadas con un atentado que ha dejado tres o cien víctimas, los Donald Trump, los Marine Le Pen y los partidos nazis de Europa se frotan las manos y se golpean el pecho con sus "yo se los dije". Pocos tienen en cuenta que todo el odio hacia los extranjeros y hacia sus propios connacionales con pieles más oscuras se va acumulando durante años en aquellos jóvenes que desde chicos aprenden a considerarse "los otros", victimas silenciosas del peor de los bullings, tarde o temprano termina por reventar por alguna parte.

   De paso todo ese odio hacia los marginados culturales, a los excluidos por las retoricas nacionalistas sirve para olvidar los problemas reales de injusticia social donde el 0,1 por ciento de un país superrico posee lo mismo que el 90 por ciento, para olvidar el resto de la historia de las hazañas civilizatorias de las potencias occidentales. Un acto de terrorismo no se justifica con nada pero se explica con todo. Por otro lado, la respuesta a un problema se evalúa por sus resultados: si las bombas fuesen la solución, el mundo sería un mar de paz.

   OTR.- ¿Entonces, cual es la solución?

   JM: Basado en lo que dijimos antes, lo más inmediato será mantener el alto control policial y renunciar a las invasiones "preventivas", que hasta ahora han sido "provocativas". También la población debe tomar conciencia de sus propios pecados y hacerse responsable del niño luego de la orgía de decisiones irresponsables y criminales en el plano internacional. En cuanto a los asuntos domésticos, es necesario estar prevenidos de las consecuencias contaminantes de toda cultura del odio, que no es propiedad de los otros.

   Estar prevenidos de los políticos y los agitadores de turno, verdaderos buitres de la moral popular. Invertir en programas sociales y psicológicos para ayudar a las víctimas políticas que lo necesitan. Terminar con la secreta cultura del bullying internacional y el bullyng de barrio que golpea a los más débiles y en riesgo de marginación cultural y psicológica. Invertir más en cultura y menos en bombas, leer más y moverse menos por las reacciones epidérmicas de los demagogos de turno. Terminar con la arrogancia cultural.