MADRID, 27 Ene. (EDIZIONES/Portaltic) -
Convertir una libélula en un dron es el objetivo de DragonflEye, un proyecto desarrollado por la compañía Draper que se basa principalmente en diminutas mochilas con paneles solares para recolectar energía que incorporan sistemas integrados de guía y navegación para controlar el vuelo de las libélulas.
Un híbrido entre insecto y robot, un cíborg, es lo que persigue el proyecto de Draper. "DragonflEye es un tipo totalmente nuevo de microvehículo aéreo más pequeño, más ligero y más sigiloso que cualquier otra cosa hecha por el hombre", explica el investigador principal, Jesse J. Wheeler, en la página web de la compañía.
"Este sistema empuja los límites de la recolección de energía, sensores de movimiento, algoritmos, la miniaturización y la optogenética. Todo ello en un sistema lo suficientemente pequeño para que lo lleve un insecto", añade.
La tecnología utilizada se incorpora en una pequeña mochila que debe colocarse en las partes centrales del cuerpo de los insectos. Un sistema desarrollado parcialmente con el Howard Hughes Medical Institute que envía orientación a las neuronas en el interior del cordón nervioso de la libélula y asume el control de la trayectoria de vuelo del insecto, permitiendo que el equipo de Draper lo guíe hacia donde quiera.
El mismo diseño para este tipo de diminutos drones podría utilizarse en otros insectos. Por ejemplo, las abejas. Siete especies de abejas, según recoge el medio citado, están en peligro de extinción desde el pasado año y este sistema podría mejorar el conocimiento sobre los insectos y ayudar a controlar la población, así como con la polinización.
Se encuentra en una etapa preliminar y sus creadores pretenden mejorar la tecnología para aplicaciones complejas como vigilancia, espionaje o dentro del ámbito de la medicina.