MADRID, 21 Feb. (Portaltic/ EP) -
Aproximadamente la mitad de la población mundial, es decir, 3.000 millones de personas, aún no disponen de Internet tal y como lo conocemos nosotros. Por ello, Astra y Google han decidido liderar el proyecto 'O3b' ('Other 3 billion'), que consiste en acercar a esa parte de la población no tan afortunada una red de satélites que les proporcionará Internet de bajo coste con el fin de romper con la denominada brecha digital.
Este sistema que tiene como objetivo el generalizar el uso de Internet en todo el mundo, funcionará mediante una red inalámbrica con una troncal basada en enlaces vía satélite, según informan desde su web (http://www.o3bnetworks.com/index.aspx).
El proyecto 'Other 3 billion Networks', llamado así por los 3.000 millones de personas en el mundo que aún no tienen acceso a Internet (El billón anglosajón equivale a 1.000 millones), intentará conectar a las zonas más desfavorecidas como son el continente africano, la India o zonas concretas de América central y el sur de este continente.
Los primeros ocho satélites, de un total de 20, se lanzarán a lo largo de 2013 y estarán colocados en la órbita ecuatorial para cubrir sobre todo la parte del hemisferio sur del planeta, que es la más afectada por la brecha digital. Asimismo, una serie de antenas activas irán enviando señales de un satélite a otro, los cuales posibilitarán el acceso a Internet.
Después, los operadores de telecomunicaciones de cada país se encargarán de redistribuir esta señal a los usuarios. Este proceso se llevará a cabo, en la mayoría de las ocasiones, mediante redes inalámbricas, WiMax, 3G o 4G, ya que la fibra óptica y la banda ancha por cable aún no están muy desarrolladas en estos países en vías de desarrollo.
Se han invertido un total de 880 millones de euros para hacer posible que Internet llegue a estas zonas. Con respecto a la colocación de los satélites, éstos se situarán a 8.063 km de altura, muy por debajo de la órbita geoestacionaria, que se sitúa a 36.000 km. Además, gracias a 'O3b' la señal tarda en subir y bajar alrededor de 0,1 segundos, lo que permitirá conexiones más rápidas y accesibles para la población de más de 150 países emergentes.