MADRID, 16 Sep. (Portaltic/EP) -
Todo el mundo ha visto en Facebook o Twitter los típicos vídeos de bebés haciendo cualquier cosa graciosa, causando una risa generalizada y una difusión masiva. Esta tendencia forma parte de la nueva afición por dar a conocer la vida de los hijos en las redes sociales, que ya ha sido bautizada como 'sharenting', término que conjuga las palabras inglesas 'share' (compartir) y 'parenting' (crianza).
Y aunque los padres que publican fotografías de sus hijos en estos canales lo hacen sin mala intención, un abuso de esta tendencia puede acarrear en malas consecuencias para el menor, como advierten desde la Asociación de Internautas.
Para aquellos padres que acostumbran a llenar la red con fotos de sus hijos, la Asociación explica que el respeto a la intimidad es una de las principales normas que se deben seguir a la hora de publicar imágenes o vídeos en Internet, y más si se en ese contenido salen menores.
Los padres deberían primero pensar, como aconseja la Asociación, si sus hijos quizás no quieran (ahora o en el futuro) que otros vean esos momentos que, aunque puedan ser divertidos, son más adecuados para el seno de la familia o para círculos de amigos muy cercanos.
En este sentido, los padres nunca deben compartir fotografías de niños desnudos bajo ninguna circunstancia, ni en la playa, ni en la piscina ni en la bañera de casa. Estos momentos suelen ser muy tiernos para los padres, pero estas imágenes no deben llegar a Internet pues pueden caer en manos redes de intercambio de pornografía infantil, advierten desde la Asociación de Internautas.
REGULAR LA DIFUSIÓN
Una de los consejos más importantes se basa en no compartir imágenes diariamente. Cada vez que los padres vayan a publicar una foto de sus hijos, la Asociación recomienda hacerse la siguiente pregunta: "¿de verdad esto resulta de interés para la mayoría de mis contactos?". De esta forma, explican, seguro que limitan de forma notable las imágenes que suben a Internet.
También pueden ajustar la privacidad de los perfiles en los que van a compartir esas fotos, ya sea en las redes sociales o en programas de mensajería instantánea como WhatsApp. De este modo, pueden reducir el público que verá esas imágenes a los círculos con los que tienen mayor confianza.
Si lo que quieres es compartir fotos con amigos íntimos y familiares, es más aconsejable, como destacan desde la Asociación, utilizar el correo electrónico y evitar su publicación en las redes sociales.
CUANTO MENOS INFORMACIÓN, MEJOR
Los padres nunca deben detallar en las imágenes datos concretos del lugar o la hora en que se han tomado. Así no difundirán las rutinas de sus hijos, sus horarios habituales ni los sitios en los que pueden encontrarse a una determinada hora del día. De igual modo, la Asociación recomienda que en esas fotos no se vean datos que se puedan rastrear como el nombre de la calle, la entrada del colegio de los niños o la matrícula del coche, por ejemplo.
De igual forma, los padres no deben etiquetar a los menores con sus nombres y apellidos en las fotos compartidas. Así evitan que las imágenes sean indexadas en los buscadores y que cualquiera pueda asociar las caras de los niños con su identidad real, según afirma la Asociación de Internautas.
PEDIR PERMISO
Muchas veces los padres comparten fotografías en las redes de cumpleaños infantiles y otros eventos en los que no sale su hijo sino también muchos más niños. Por ello, si los padres piensan compartir imágenes en las que el menor sale con otros amigos, la Asociación les pide que pregunten a los padres de esos otros niños si están de acuerdo en subir esas fotos a la Red.
Pero esta norma no solo se aplica a los cumpleaños, también hay que seguirla dentro de casa. Por ello, la Asociación de Internautas señala que ambos progenitores deben estar de acuerdo a la hora de subir las fotografías de sus hijos, por lo que es preciso preguntar antes a la pareja.