MADRID, 15 Oct. (EDIZIONES/Portaltic) -
Muchos de los correos que llegan cada día a tu bandeja de entrada tienen como único objetivo recoger información sobre ti. Son, como ya te habrás imaginado, correos publicitarios, boletines que recibes incluso sin haberte suscritoa sus servicios, notificaciones de todo tipo. Y quién va a querer esa información, os preguntaréis. Pues, al parecer, más gente de lo uno puede imaginar, y lo curioso es que está lejos de ser ilegal. Así que lo único que podemos hacer como usuarios es tomar medidas para saber si están rastreando nuestro correo y evitarlo dentro de lo posible.
Hay que tener en cuenta que estamos hablando de un procedimiento más habitual de lo que parece. El seguimiento de emails es un viejo truco de marketing a través del cual muchas empresas conocen cuándo y dónde abrimos los correos, a través de qué IP, en qué enlaces hacemos clic, qué nos llama la atención y qué no.
De esta forma pueden enviarnos publicidad más acorde con nuestros gustos y por lo tanto más efectiva para ellos. Esa información es útil para ellos para saber cómo afinar mejor las acciones de marketing, o simplemente para saber si le prestamos atención.
QUÉ BUSCAN
Los mensajes que enviamos a través de nuestro correo electrónico incluyen muchos datos, aparte del contenido en sí, tales como el navegador que usamos, el sistema operativo utilizado, la dirección IP. Esta información que para nosotros no tiene ningún valor sí es importante para otros, y de ahí la necesidad de estos de vigilarnos y rastrearnos.
Lo normal sería que estos datos estuvieran a salvo, pero como acabamos de explicar, no es así. Google incluso tiene una página en la indica a los anunciantes cómo tienen que llevar a cabo el procedimiento para el rastreo. Algo que, por otra parte, desconoce la mayoría de usuarios de su servicio de Gmail, que en ningún momento han dado el consentimiento para que se le realice tal rastreo.
CÓMO RASTREAN
Existen muchas empresas que ofrecen servicios de rastreo de email y la mayoría funciona de manera similar. Lo que hacen es insertar una imagen transparente de un pixel que, cuando se abre el correo, esta etiqueta hace llegar al servidor que lo emitió una serie de datos: si se ha abierto el mensaje, desde qué dispositivo se ha hecho, a qué hora y dónde se encuentra el usuario del correo.
CÓMO EVITAMOS EL RASTREO
Habitual, intrusiva, pero también legal, por eso a los usuarios no nos queda más remedio que intentar evitarlo por nuestros propios medios. Para ello podemos echar mano de la extensión para Chrome Ugly Mail, creada por el desarrollador Sonny Tulyaganov. Es muy sencilla y nos informa de los correos electrónicos que hacen uso de herramientas de rastreo añadiendo el icono de un ojo en los correos de tu bandeja de entrada para informarte de que esos mensajes implementan algún método de rastreo. Si pasas el cursor por encima, sabrás de qué fuente proviene.
Es cierto que la extensión tiene sus limitaciones, ya que solo se puede utilizar en Chrome, solo sirve con correo web de Gmail y solo monitoriza el rastreo por parte de Yesware, Bananatag, y Streak, que si bien tres grandes proveedores de servicios de rastreo, no son los únicos. No obstante, Tulyaganov asegura que irá incorporando más ojos indiscretos con el tiempo.
Si lo que quieres es bloquear directamente el seguimiento, tu herramienta es PixelBlock, otra extensión para Chrome. Esta herramienta te mostrará un ojo rojo con el número de intentos de seguimientos fallidos dentro de un correo junto con la fuente del rastreo.