MADRID, 6 Sep. (EDIZIONES/Portaltic) -
Un antiguo ingeniero de Apple, prejubilado desde 2008, intentó con 54 años regresar a la compañía mediante una entrevista de trabajo en una de las tiendas Apple para el soporte técnico, pero su edad supuso un freno a la contratación en la compañía.
La edad como obstáculo para acceder a los puestos de trabajo parece contradecir la idea de que cuanta más experiencia se tenga, más cualificado estará el candidato. La discriminación por edad ocurre y es cada vez más frecuente, como ha explicado Ashton Applewhite en su artículo en The New York Times.
Applewhite cuenta que tiene 64 años, pero que se siente afortunado por contar con la confianza de sus jefes. Otros ciudadanos estadounidenses no tiene tanta suerte. Como el caso de JK Scheinberg, un antiguo ingeniero de Apple que no ha conseguido trabajo en la tienda de la misma compañía.
Scheinberg ha reconocido su historia, contada por Applewhite y recogida también por Business Insider, e incluso con cierto sarcasmo se pregunta si "Apple finalmente me devolverá la llamada" que sus entrevistadores le prometieron cuando se presentó para una entrevista en Genius Bar, la parte de asesoramiento técnico de la tienda Apple.
Scheinberg trabajó hasta 2008 como ingeniero de Apple. Dedicó 21 años a la empresa y fue, incluso, el responsable de que Steve Jobs, el cofundador de la compañía, decidiera sustituir los procesadores PowerPC de los Mac por otros de Intel.
Un currículo que los tres entrevistadores que le atendieron cuando se presentó con 54 años para un puesto en Genius Bar decidieron desestimar. "De camino a la salida, los tres entrevistadores me señalaron y dijeron 'estaremos en contacto'", contó a Applewhite. Nunca recibió una llamada.
La discriminación por edad no es exclusivo de Apple ni del sector tecnológico; es un fenómeno cada vez más presente, como señalada Applewhite, debido a la importancia extrema que se da a la juventud en la actualidad. Una importancia que deja de lado la experiencia.
Además, Applewhite refiere, citando un artículo de New Republic, que en Silicon Valley ni siquiera los veinteañeros se libran de este problema. Antes de las entrevistas, los candidatos no sólo preparan sus respuestas a las posibles preguntas que les harán, sino que también acuden a centros para que les inyecten botox o les hagan injertos de pelo.