MADRID, 2 Ene. (Portaltic) -
Fue durante el Día de los Inocentes, el pasado domingo 28 de diciembre. Informativos Telecinco elaboró una pieza sobre como se ganan la vida las estrellas de YouTube y para ello entrevistó a dos de los más populares, un chico y una chica: Jpelirrojo y AdelitaPower.
Los entrevistados decidieron contar una mentira cuando se les preguntó por cuánto pueden ganar subiendo sus vídeos a la red. Tras la emisión de la pieza se rieron de la tomadura de pelo a través de las redes sociales.
En su réplica se quejan y dicen estar "hartos" de que todo el mundo les pregunte cuánto dinero ganan colgando vídeos en YouTube y que decidieron que la mejor solución para acabar con la curiosidad de los periodistas era engañarles. Jpelirrojo y AdelitaPower (juntos cuentan con casi un millón de suscriptores) exageraron el volumen de sus ingresos. "Vivo sobrada de esto. Me he comprado una casa, otra a mi madre y un coche", exageró AdelitaPower. "Hay meses que llega hasta el millón y medio de euros, y otros se queda en un millón", añadió Jpelirrojo.
Tras la emisión del reportaje, ambos youtubers colgaron un vídeo en sus canales y enorgullecieron de la hazaña conseguida con su mentira. Jpelirrojo fue más allá acusando a los medios de "no contrastar" las noticias. El vídeo en el que explican su "troleada máxima" va camino de las 300.000 reproducciones en cuatro días.
La cuestión es: ¿cómo se supone que los periodistas iban a contrastar esta información? Al entrevistar a un profesional serio sobre su compañía o su propio puesto, se espera de esa fuente de información directa que diga la verdad. Lo normal es que en una entrevista salgan a la luz datos que no es posible o casi imposible contrastar, pero que provienen de una fuente oficial y como tal se transmiten a los lectores, oyentes o espectadores.
Imaginemos que mañana el CEO de Samsung -o el de Apple- concede una entrevista mañana a The New York Times y anuncia un nuevo smartphone. El autor de la entrevista, contento con su exclusiva, va a su medio y lo cuenta. Sin embargo, el CEO de la compañía admite en su Twitter que hizo esa declaración, pero explica que era una mentira y aprovecha para criticar y reírse de los periodistas por su falta de profesionalidad. ¿De quién es la culpa: de quien se cree la mentira o de quien la cuenta?
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